Haber nacido en una comunidad autónoma o en otra condiciona las oportunidades de aprendizaje de los niños y niñas que acuden a la escuelas. Cada región tiene una capacidad, bien distinta, a la hora de compensar las brechas y desigualdad con las que los alumnos se enfrentan al estudiar. La equidad educativa sube y baja por territorios y de su mano va unida la pobreza infantil: donde el sistema educativo es menos igualitario se percibe una mayor exclusión de los menores.
El informe Iluminando el Futuro: Invertir en educación es luchar contra la pobreza infantil, elaborado por Save the Children, ha realizado un ranking sobre este panorama por comunidades autónomas. El estudio no se ha fijado únicamente en los presupuestos: La orientación de las políticas y otros factores externos al ámbito escolar hacen crecer las diferencias entre estudiar en una comunidad o en otra.
En este sentido, las comunidades que se encuentran a la cola son Melilla, Canarias, Murcia, Extremadura, Andalucía, Castilla-La Mancha y Ceuta. Por otro lado, la alta de la tabla la ocupan País Vasco, Madrid, Cataluña, Navarra y Aragón. Los territorios que obtienen una puntuación media son La Rioja, Cantabria, Asturias, Castilla y León, Galicia, Comunidad Valenciana y Baleares. Cabe destacar que ninguna llega a los 19 puntos máximos.
Dese luego que la crisis ha afectado al dinero público empleado en educación: se ha reducido de forma considerable. Todas las comunidades autónomas han contraído el gasto entre 2007 y 2013 –a excepción de Navarra–, aunque no lo han hecho en la misma medida. Algunas como Murcia y Castilla-La Mancha presentan disminuciones en el presupuesto superiores al 15%.
Para obtener la posición de cada territorio, la organización se ha basado en 14 indicadores relacionados con la calidad del acceso a la educación en el ámbito escolar y con la participación de los niños y niñas en actividades culturales y sociales fuera de él. Entre los primeros se encuentra la tasa de escolarización temprana (hasta los dos años); el tipo de jornada –si es partida o continua– tanto en primaria como en secundaria; si los centros escolares cuentan con servicios de comedor; la calidad de las infraestructuras, el acceso a internet y la tasa de abandono escolar.
En opinión de Ana Sastre, directora de sensibilización y políticas de infancia de Save the Children, del informe se extraen “datos preocupantes”, como que menos de la mitad de las comunidades autónomas (solo siete) alcanzan el nivel de escolarización temprana marcado por la Unión Europea como objetivo para 2020, que se encuentra en el 33%. Canarias y Ceuta no alcanzan ni el 10% de provisión y solo cinco lo superan, entre ellas Cataluña, Andalucía y Galicia.
En cuanto a los servicios de comedor de los que disponen los colegios cabe destacar que en ninguna comunidad se proporcionan en todos los centros educativos. Sin embargo, las diferencias son muy acusadas: Desde Ceuta, donde solo el 27% cuentan con este servicio hasta Madrid, donde lo hacen el 84%.
Aulas poco habitables y abandono escolar
La calidad de las infraestructuras es otro de los aspectos que determinan las oportunidades educativas. Unas óptimas condiciones de habitabilidad, una buena iluminación, calefacción y aire acondicionado influyen en las clases. Del análisis de este factor se deriva que más de la mitad de las comunidades tienen puntuaciones negativas o muy bajas, entre ellas Baleares, que tiene una puntuación de -30. Esto supone que el nivel de infraestructura afecta de forma negativa a la educación. Otras como La Rioja o Madrid superan los 20 puntos. La máxima puntuación ha sido de 30 y el documento aclara que “por debajo de 0” hay efectos negativos.
País Vasco, Cantabria y Navarra son las comunidades en las que menos tasa de abandono escolar se registra: Un 10%, 12% y 13% respectivamente de los jóvenes de 18 a 24 años no completó la ESO. Solo la primera ha alcanzado el objetivo de la Unión Europea del 10%. Al otro lado se encuentran Ceuta, Melilla, Baleares, Extremadura y Andalucía, con porcentajes que oscilan entre el 33% y el 29%. El porcentaje de aulas con acceso a internet es bastante generalizado. En Cataluña alcanza el 100% y en el resto supera el 70%.
Poco cine y menos teatro
Los otros siete indicadores que ha empleado la ONG para evaluar la equidad educativa de cada región se basan fundamentalmente en la realización de actividades culturales y sociales. En general, el porcentaje de familias que han gastado con los niños y niñas al menos un euro en cine, teatro y otros espectáculos en el año 2013 no llega a alcanzar el 29%; cifra que se reduce al 4,2% en el caso de museos y bibliotecas. Sin embargo, hay importantes diferencias entre comunidades. En el primer caso, mientras en comunidades como Madrid o País Vasco el porcentaje supera el 40%, en otras como Melilla, Comunidad Valenciana o Murcia no alcanza el 21%.
La desigualdad también es elevada al analizar la práctica de deporte. Andalucía es la comunidad en la que menos niños y niñas lo hacen habitualmente –un 51%– y País Vasco y Navarra, en la que más, con porcentajes que superan el 70%. El uso de internet, que en general cuenta con una cobertura alta en todos los territorios y el hábito de lectura son otros dos de los factores que influyen en el grado de pobreza educativa que presente una comunidad. Como ejemplo, algo más de un 40% de los niños y niñas en Canarias y Murcia, que ocupan las peores posiciones en este sentido, viven en hogares en los que hay menos de 50 libros, sin embargo, en Madrid, Asturias y Navarra el porcentaje solo alcanza el 20%.
Una relación estrecha
Las diferencias entre asistir al colegio en una comunidad o en otra se relacionan directamente con la pobreza infantil: cuando la brecha educativa aumenta lo hace al mismo tiempo la exclusión. En este sentido, las seis comunidades con más pobreza infantil –Ceuta, Andalucía, Castilla-La Mancha, Murcia, Extremadura y Canarias– también se encuentran a la cola en equidad educativa. Según los datos del Instituto Nacional de Estadística, estos territorios cuentan con tasas de población hasta los 17 años en riesgo de pobreza que van del 64% en el caso de Ceuta al 40% en el de Canarias, cifras que no han dejado de aumentar desde 2009.
“Cuando se limitan las oportunidades de aprendizaje de un niño en situación de exclusión social, sus posibilidades de salir de esta situación se minimizan”, comenta Andrés Conde, Director General de Save the Children. Y es que en su opinión la educación y su equidad “es la herramienta fundamental para romper el ciclo de transmisión intergeneracional de pobreza” y para dar respuesta a las desigualdades entre territorios.
Esto es así porque “tiene la capacidad de compensar las diferencias socioeconómicas de los niños y niñas y ofrecer oportunidades a los más vulnerables”. Aún así, remarca Ana Sastre, “la educativa no es la única política para paliar la pobreza infantil”. Algo que se refleja en la situación de comunidades como Castilla y León, que se encuentra entre las que cuentan con una equidad educativa media–baja, pero al mismo tiempo con una de las menores tasas de exclusión infantil –23,1%–.
La inequidad educativa también viene provocada por los llamados “gastos ocultos de la educación”: menús de los colegios, libros de texto, transporte, uniformes...Elementos imprescindibles que también hacen aumentar las diferencias entre ir al colegio en una comunidad o en otra. Ante el descenso en inversión pública, los hogares no han dejado de aumentar este tipo de gastos; de hecho, junto a los vinculados a la vivienda son los únicos que lo han hecho durante la crisis-.
Una situación que afecta especialmente a los niños y niñas en situación de vulnerabilidad. Según cálculos manejados por Save the Children, las familias que se encuentran por debajo del umbral de la pobreza dedican algo más de un 17% de su presupuesto en los gastos en enseñanza. “La educación no es una opción política, es un derecho de los niños y niñas y tanto el Gobierno central como los autonómicos tienen el deber de garantizarlo”, sentencia Conde.