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La agencia antidrogas de EEUU quiere ilegalizar el kratom, la planta tailandesa de moda

A finales de septiembre la agencia antidrogas de Estados Unidos, conocida como DEA por sus siglas en inglés, decidió prohibir temporalmente el consumo de una planta relativamente desconocida, el kratom. Pocas semanas después, la misma agencia decidió levantar la prohibición ante las críticas recibidas, apoyadas por varios congresistas, y abrir un periodo de consultas sobre esta droga, cuyo consumo es cada vez más popular en EEUU.

En España también se consume esta planta legalmente, aunque, al igual que en EEUU, no existen estimaciones precisas sobre su número. Con respecto a su situación legal en el resto del mundo, ni la planta, ni ninguno de su componentes principales aparecen en las listas de plantas prohibidas de Naciones Unidas, aunque cabe destacar que lleva más de 70 años prohibida en su país de origen, Tailandia. En la UE solo está regulada en Dinamarca, Letonia, Lituania, Polonia, Rumania y Suecia.

El día que la DEA anunció el levantamiento de la prohibición “fue un día de orgullo y alivio”, cuenta a eldiario.es Susan Ash, presidenta de la Asociación Americana de Kratom. Según Ash, “los que consumimos kratom de forma responsable, tenemos más tiempo para hacerlo sin que sea considerado un delito grave”. Advierte que “aún no se sabe lo que puede suceder después del 1 de diciembre”, día en que finaliza el periodo de consultas, aunque insiste en que “la apertura de este proceso es una señal de que el kratom no es la amenaza para la salud pública que asegura la DEA”.

Esta agencia gubernamental sostiene que dos de los componentes del kratom, la mitraginina y la 7-Hidroximitraginina, son opioides y, por tanto, son susceptibles de generar adicción y “presentan un peligro inminente para la seguridad pública”, motivo por el que la planta fue incluida en la Lista 1 de sustancias adictivas, junto a la heroína o el LSD. 

Además, la DEA ha encargado un informe a la FDA (agencia de control de alimentos y medicamentos de EEUU. Ash se muestra algo escéptica ante esta evaluación y asegura que “es probable que carezca de datos”, ya que “no hay muchos estudios científicos que digan que el kratom es peligroso o altamente adictivo”.

Falta de estudios en humanos

El kratom, o Mitragyna speciosa, es una especie de planta de la familia del café originaria de Tailandia y que se encuentra en varias regiones del sudeste asiático. Históricamente se ha consumido en forma de té o mascando sus hojas, debido a sus propiedades psicoactivas y analgésicas. También algunos usuarios han afirmado que les ha ayudado a abandonar su adicción a los opiáceos sin sufrir síntomas de abstinencia importantes.

La mayor parte de los datos conocidos sobre los efectos de esta planta están basados en las experiencias de los consumidores y no en ensayos clínicos controlados. En general, estos efectos dependen de la dosis, de forma que cantidades pequeñas producen un efecto estimulante, mientras que dosis más grandes causan efectos sedantes. A pesar de la falta de ensayos clínicos en humanos, estos datos “son consistentes con lo que sabemos acerca de los compuestos activos en kratom”, según ha explicado a eldiario.es el investigador de la Universidad de Columbia Andrew Kreugel.

Kreugel lleva varios años trabajando con esta planta y es el principal autor de un reciente estudio en el que se mostró que algunos de los componentes contenidos en las hojas de kratom pueden actuar como analgésicos, pero sin el alto riesgo de adicción ni los efectos secundarios de otros opioides como la oxicodona u opiáceos como la morfina.

También otros estudios han determinado el potencial de esta planta para ayudar a los adictos a los opiáceos a luchar contra el síndrome de abstinencia, como los realizados con ratones por el profesor de la Escuela de Farmacia de la Universidad de Mississippi, Christopher R. McCurdy, cuyos resultados muestran que el efecto de algunos componentes del kratom es superior a la metadona.

Temen que corra la misma suerte que el LSD

La decisión de la DEA puede suponer un serio contratiempo para estos científicos. “Creo que esta prohibición, si al final se concreta, obstaculizará significativamente la investigación sobre esta planta”, explica Kreugel. “Las licencias y los requisitos logísticos para trabajar con sustancias de la Lista 1 son muy difíciles de cumplir” y “aunque es probable que nuestro laboratorio continúe trabajando con kratom, incluso en estas circunstancias, es menos probable que otros científicos que no están ya trabajando en la materia quieran involucrarse”.

El caso de McCurdy es más delicado, ya que su laboratorio no dispone de permiso para trabajar con drogas de la Lista 1. “Ahí es cuando llegará la frustración, cuando tengamos que cerrar todas nuestras investigaciones porque no tenemos una licencia para trabajar con productos de la Lista 1”, aseguró McCurdy a la revista Scientific American.

Además, Kruegel advierte de que “una vez que un medicamento está en la Lista 1, la historia demuestra que nunca se retira y que la investigación se ve obstaculizada” y recuerda el caso del LSD, sobre el que ha habido mucho interés en los últimos años, por su potencial para el tratamiento de algunas condiciones psiquiátricas, pero el hecho de “estar en la Lista 1 ha dificultado en gran medida los esfuerzos para demostrar su valor medicinal”, a pesar de que “no tiene ningún potencial adictivo y es extremadamente seguro en términos de toxicidad”.

Efectos perjudiciales del kratom

En cuanto a los problemas que podría causar el kratom, Kreugel considera que “es posible que pueda tener cierto potencial adictivo” y, de hecho, existe un caso documentado por McCurdy en EEUU. Kreugel considera que “este potencial está significativamente atenuado, tal vez debido a la baja concentración del compuesto activo en la planta”. 

Tampoco se tienen muchos datos respecto a su toxicidad, aunque Kruegel recuerda que “la manera en que se consume normalmente la planta es segura y no hay en la literatura científica ni un solo estudio que haya tratado sobre el fallecimiento de un consumidor como consecuencia directa del kratom”. 

A este respecto, McCurdy y sus colegas han comprobado que “algunos de los efectos tóxicos achacados al kratom son, en realidad, debidos a otros agentes farmacéuticos con los que habían sido adulterados los productos”. Tal y como ocurrió en Suecia entre 2009 y 2010, donde murieron nueve personas tras consumir de una droga legal llamada Krypton, que se vendía como extracto de kratom, aunque en realidad también contenía un opioide sintético muy potente, llamado o-dimetiltramadol.

Una prohibición “injustificada”

Precisamente para evitar casos como este, Kreguel “apoyaría una regulación que limite las ventas a los adultos y que establezca unas normas de control de calidad para evitar los productos adulterados”. Sin embargo, considera que “el kratom no debería ser regulado con la Ley de Sustancias Controladas”, tal y como propone la DEA, ya que “esa medida es injustificada dadas las circunstancias actuales”, y asegura que “no hay un peligro inminente para la seguridad pública”. Una opinión compartida por McCurdy, quien asegura que no se opone a una regulación, “solo me opongo a que se incluya en la Lista 1”.