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Cuando las cosas no funcionan por las buenas, las universidades han aprendido que por las malas pueden ir un poco mejor. Las madrileñas se han pasado varios años sobreviviendo a base de un dinero que le ganaron a la Comunidad de Madrid en unos juicios hace unos años ya y en el resto del Estado toman nota. Ahora son los rectores andaluces los que amenazan: recurrirán a los tribunales en caso de que la Junta de Andalucía no abone los 50 millones de euros que les “adeuda” este 2024.

Ha pasado un poco bajo el radar porque Madrid es una centrifugadora que todo se lo come y Ayuso potencia aún más ese efecto, pero el Ejecutivo madrileño no es el único que está enfrentado a sus campus. Los nueve rectores le exigen a la Junta 50 millones de euros y esta no parece dispuesta a abonarlos. El año que viene el problema solo irá a más: lo adeudado subirá hasta 80 millones de euros.

¿Por qué los Gobiernos regionales que quieren socavar ese gran activo público que son las universidades? No se me escapan las ansias privatizadoras de según quién, obvio, pero no sé si se están midiendo bien estos movimientos. Las universidades son, también, un gran motor económico en sus comunidades autónomas. Atacarlas es dispararse un poco en el pie.

Algo así parece haber entendido Madrid en los últimos días, según se desprende de su cambio de posición respecto primero a la financiación y finalmente la firma del convenio María Goyri con el Ministerio de Universidades para cofinanciar la incorporación de un millar de profesores a los seis centros públicos.

El pasado jueves se firmó el convenio y el acto fue un poco sonrojante. El consejero de Educación de Madrid dedicó sus minutos de intervención pública a criticar el convenio y a la ministra Morant, que no sabía qué cara poner, y a Pedro Sánchez. La ministra le replicó que para qué firmaba un texto en el que no creía. Los rectores se miraban incrédulos. Nadie aplaudió el discurso de nadie, como protocolariamente se hace en estos casos.

La realidad es que la universidad española tiene muchos problemas y parte de ellos están provocados por la falta de fondos. Los compañeros de Carne Cruda realizaron la semana pasada una radiografía de cómo está la cosa por los campus. Es informativo, ágil como es el programa de Javier y con muchas voces.

Esta semana hemos hablado de...

  • De nativos digitales a ChatGPT. La IA ha irrumpido, también, en la educación. Prácticamente no hay joven que no utilice algunas de las diferentes inteligencias artificiales en cuestiones relacionadas con el colegio o instituto, una situación que supone un reto notable para el profesorado. Y no solo porque vayan a copiar o presentar trabajos elaborados por esta herramienta, explica una experta. Como sucedió con los nativos digitales –término que se dejó de utilizar porque se considera erróneo–, el riesgo está en asumir que porque las IA sean una utilidad natural para los jóvenes, van a saber relacionarse con ellas. Ni los nativos digitales sabían más de tecnología o internet ni las actuales generaciones saben cómo respira la IA
  • Un profesor presiona a sus alumnos para que pongan en un examen que el cambio climático no existe. Lo denuncian al menos cuatro familias, que realizan el mismo relato: el profesor, que niega los hechos, pidió a los niños de Primaria que pusieran que el cambio climático es una manipulación. Cuando sucedió la DANA de Valencia también dijo que había sido orquestado por los políticos y difundió el bulo de que habían abierto compuertas de presas para matar a gente. El centro por el momento no ha hecho nada.

Para subir nota

  • Una adolescente se suicida tras sufrir acoso escolar. Sucedió el pasado octubre en Asturias, según cuenta El País. Ainara tenía 16 años, pero llevaba dos sufriendo acoso. Había incluso una sentencia judicial contra uno de sus acosadores, que era expareja de la joven. El caso lo junta todo: el acoso escolar, una protección insuficiente de la administración a las víctimas, el efecto tóxico de las redes sociales y los escasos recursos públicos de salud mental.
  • Madrid paga 38 millones de euros anuales a colegios que segregan por sexo. Y lo hace rozando la ilegalidad, porque la nueva ley prohíbe financiar con fondos públicos a este tipo de centro. Pero en Madrid todavía hay 11, siete de ellos relacionados con el Opus Dei, que se benefician de las diferentes maniobras de Ayuso para favorecer a la escuela concertada. Aquí tienes los detalles.

Con esto me despido por hoy.

Gracias por leernos y apoyar a elDiario.es.

Que pases una buena semana.

Cuando las cosas no funcionan por las buenas, las universidades han aprendido que por las malas pueden ir un poco mejor. Las madrileñas se han pasado varios años sobreviviendo a base de un dinero que le ganaron a la Comunidad de Madrid en unos juicios hace unos años ya y en el resto del Estado toman nota. Ahora son los rectores andaluces los que amenazan: recurrirán a los tribunales en caso de que la Junta de Andalucía no abone los 50 millones de euros que les “adeuda” este 2024.

Ha pasado un poco bajo el radar porque Madrid es una centrifugadora que todo se lo come y Ayuso potencia aún más ese efecto, pero el Ejecutivo madrileño no es el único que está enfrentado a sus campus. Los nueve rectores le exigen a la Junta 50 millones de euros y esta no parece dispuesta a abonarlos. El año que viene el problema solo irá a más: lo adeudado subirá hasta 80 millones de euros.