50.000 hayas protegidas siguen en riesgo de ser taladas para explotar un yacimiento minero

50.000 hayas del bosque protegido de Zilbeti en Navarra todavía están en riesgo de acabar taladas para dar paso a una cantera. La empresa Magnesitas de Navarra, junto a los concejos locales implicados, no se rinden y piden al Tribunal Supremo que levante la prohibición que paró la apertura de una mina en una Zona Especial de Conservación que conllevaría la destrucción de esos ejemplares, según el recurso presentado por Magna S.A. al que ha tenido acceso eldiario.es

La minera mantiene su plan de explotar el yacimiento de mineral de magnesita bajo el monte Alduide y en medio del bosque de Zilbeti a pesar de que Tribunal Superior de Justicia de Navarra anuló el permiso que le había concedido el Gobierno regional. Aunque la empresa calcula que su explotación supone menos del 1% del área protegida, la cantera implica la tala de unas 50.000 hayas, con una buena parte de ellas ya maduras. La sociedad contrapone que, al realizarse la extracción por fases, según se vayan cerrando, se irá repoblando la superficie afectada.

A la hora de paralizar el proyecto en octubre de 2015, los magistrados entendieron, básicamente, que las “autoridades y funcionarios” implicados en el expediente actuaron con “desviación de poder” y de manera “predeterminada”, ya que antes de estudiar y evaluar el proyecto ya se habían comprometido a “facilitar la implantación de la nueva cantera”.

Así que poco importó que los informes técnicos alertasen de que abrir la mina en el hayedo suponía eliminar los valores que hacen de este bosque un Lugar de Importancia Comunitaria (LIC) reconocido por la Unión Europea. La Declaración de Impacto Ambiental administrativa fue positiva y dio vía libre a la mina a cielo abierto.

Para defender su explotación, Magna esgrime ahora ante el Supremo que la magnesita está considerada “un mineral prioritario”, según Real Decreto y que se deben “armonizar los intereses ambientales y económicos”. La sociedad subraya que la Unión Europea dice que “no pueden sustraerse a la riqueza del país recursos económicos que el Estado considera de interés general”, y le aplican esa etiqueta a la magnesita encerrada en ese monte.

Además, en el escrito remitido al Alto Tribunal para conseguir poner en marcha la extracción de mineral, la sociedad considera que la Declaración de Impacto Ambiental (DIA) del Ejecutivo decía que “no afectará de forma significativa a la integridad de la Zona de Especial Conservación”. Justo lo contrario de lo que le escribieron en tres informes los técnicos al responsable de emitir ese veredicto. Magnesitas se aferra a esa DIA: “Lógico que sea ésta y no otros informes técnicos a la que haya de darse un mayor peso”, le exponen a la Sala Tercera del Tribunal Supremo. 

Carpintero en riesgo de desaparecer

En resumen, Magnesitas de Navarra asegura que en ese suelo se puede desarrollar una actividad minera y que una batería de medidas correctoras deja a salvo los valores que convierten el monte y su bosque de hayas en un hábitat protegido. Su proyecto está apoyado por las administraciones locales afectadas pero el Gobierno foral ha decido finalmente no presentar recurso.

Los árboles de Zilbeti destinados a morir si la explotación prospera son en parte ejemplares maduros (de gran valor) y en parte bosque más joven. Esa juventud le sirve a la empresa para devaluar a los árboles. Con todo, el hayedo es refugio de una de las aves más escasas: un pájaro carpintero llamado pico dorsiblanco.

Juan Carlos Atienza, director de conservación de la SEO-Birdlife  –una de las organizaciones que llevaron el caso a los tribunales– analiza que, más allá del recurso concreto de Zilbeti, esta pelea “muestra que es casi imposible terminar de forma definitiva con proyectos perniciosos. Se recurren, se buscan otras vías para aprobarlos, se les cambia de nombre para iniciar otra autorización...”. Para Atienza “si no se está encima a cada vuelta, al final, cuelan”.