“Eso son dolores menstruales, es lo normal”. Esta es la respuesta que han escuchado miles de mujeres al quejarse de los dolores que sufren cuando tienen la regla. Dolores que en algunos casos pueden ser tan intensos como un cólico nefrítico o un ataque al corazón. Dolores que pueden provocar náuseas, vómitos e incluso desvanecimientos. Dolores, en suma, que impiden a las mujeres desarrollar una vida normal y que, por muchas veces que se repita, no son normales.
“Hay que entender que un dolor de regla que deja a una mujer sin poder ir a trabajar o a la facultad no es baladí y es importante que las mujeres y la sociedad lo asuman y nos neguemos a aceptarlo como normal”, explica a eldiario.es el doctor Francisco Carmona.
En muchos de esos casos, el dolor es síntoma de una enfermedad que afecta a más de 170 millones de mujeres en el mundo, pero que es ignorada por parte de la sociedad y minusvalorada por parte de la comunidad médica: la endometriosis. En España la sufren más de un millón de mujeres, aunque este número podría superar los dos millones según algunas esitmaciones.
“Es una enfermedad tan frecuente que ni siquiera sabemos el porcentaje real de afectadas”, explica Carmona. Se calcula que la padecen entre 10% y el 15% de las mujeres, “quizás incluso el 20%”, asegura este experto en endometriosis. “De alguna manera se podría decir que esta enfermedad es una gran ignorada y que solo vemos, como dice el documental, la punta del iceberg”, concluye Carmona.
Una enfermedad benigna y crónica
La endometriosis es una enfermedad crónica y benigna que afecta a mujeres en edad reproductiva, y en la cual el endometrio, un tejido o mucosa que recubre el interior del útero y cuya función es la de alojar al cigoto cuando una mujer se queda embarazada, crece fuera del útero, comúnmente en las trompas de falopio, los ovarios o áreas circundantes.
Pero, pese a ser una de las enfermedades ginecológicas más comunes y ser considerada responsable de la mitad de todos los casos de infertilidad que carecen de explicación médica, en la actualidad no se sabe el origen de esta enfermedad. “No conocemos bien por qué se produce, con lo que el tratamiento muchas veces es sintomático”, explica Carmona, que también asegura que “hay un componente social y educacional que hace que se investigue menos en este tipo de enfermedades”.
Falta de financiación en investigación
El caso de la endometriosis es solo una muestra más del machismo que ha imperado durante décadas en el mundo de la medicina y que sigue teniendo reflejo en la actualidad. En EEUU los Institutos Nacionales de Salud financian los estudios sobre diabetes, una enfermedad que afecta a cerca de 14 millones de mujeres, con 100 veces más dinero que los que se hacen sobre endometriosis, que afecta a unas 8 millones de mujeres en ese país.
El desconocimiento sobre esta enfermedad y la falta de inversión en investigación hace que diversos colectivos exijan que se hable más de la enfermedad. Para ello, este sabado se ha celebrado la Marcha Mundial por la Endometriosis, con la que los organizadorespretenden “concienciar a la sociedad” de la problemática que representa esta enfermedad y de reconocer que “necesita más investigación y recursos”.
“La regla no debería doler”
Pero además de la falta de investigación, las mujeres con endometriosis se enfrentan al hecho de que culturalmente la sociedad ha aceptado que la regla duele y “eso es un error, es falso”, explica Carmona. Según este experto, “la regla no debería doler, aunque es algo que hemos aceptado así y por eso muchas mujeres no consultan”.
Pero el problema no solo afecta a las mujeres que consideran que los dolores de la regla son normales o que son parte de lo que significa “ser mujer”. Según Carmona, “existe una discriminación real contra las mujeres”, ya que “toda la sociedad, incluidos algunos médicos, tienen esta visión sesgada y discriminatoria que hace que la mujer sufra y aguante más de lo que debería”.
Hasta 8 años de retraso en el diagnóstico
Algunos estudios han mostrado que el retraso medio desde que aparecen los síntomas hasta que se diagnostica es de más de 6 años. “Hablamos de 5 a 8 años de retraso en un diagnóstico”, insiste Carmona. “He visto señoras a las que les decimos que tienen endometriosis y se alegran, aún siendo una enfermedad grave, porque por fin, después de visitar varios especialistas, alguien las escucha, las hace caso y las diagnostica”, asegura Carmona.
Además, las mujeres afectadas por dismenorrea, como se conoce el dolor menstrual agudo, pueden llegar a perder hasta 10 horas de trabajo a la semana, con el estigma social que ello implica. “En estos casos habrá quien diga que es porque es flojita, porque no quiere trabajar o que lo que tiene es mucho morro… mientras que si un hombre tuviese un dolor que no le dejase levantar de la cama, todos pensaríamos que está muy mal”, afirma Carmona. “Creo que los ginecólogos en particular, y la sociedad en general, deberíamos prestar más atención a todas esas mujeres a las cuales no se les hace el caso necesario”, concluye este ginecólogo.