El grupo parlamentario Unidos Podemos ha presentado una proposición no de ley para mejorar la atención médica a la mujeres que sufren endometriosis, una enfermedad que, pese a que algunas estimaciones indican que afecta hasta a un 20% de las mujeres, tiene un retraso diagnóstico de entre 7 y 8 años desde el inicio de los síntomas.
La propuesta ha sido presentada hoy por las diputadas Marta Sibina y Ángela Rodríguez, aunque esta última insiste en que “no hace falta solo una proposición no de ley, sino también tomarse en serio el problema y lo que dice nuestra propia normativa”.
Según explica a eldiario.es esta diputada, ya “hay una guía incluida en el sistema nacional de salud”, pero asegura que no ha sido adecuadamente distribuida entre todos los profesionales que pueden llegar a tratar con mujeres que sufren endometriosis. “Hay más 60.000 personas del cuerpo de biosanitarios que deberían tener esta guía, pero solo se han impreso 800 ejemplares”, explica Rodríguez, quien asegura que “éste es el único compromiso que ha tenido el gobierno con este problema, 800 panfletos y tres tuits en el año 2013”.
Un sesgo de género
Rodríguez considera que a la hora de abordar esta enfermedad “hay un claro sesgo de género”, no solo porque sea una enfermedad que solo afecta a las mujeres, sino porque “hay un relato construido que hace entender que la endometriosis no es una enfermedad grave y que el dolor menstrual, el dolor pélvico y todos los síntomas asociados, como migrañas, vómitos, fatiga crónica, etc. en realidad son cosas normales porque tenemos la regla y si nos quejamos es que somos unas histéricas”.
Según esta diputada, este relato es, en parte, el responsable de los amplios retrasos a la hora de abordar un diagnóstico adecuado de la enfermedad. Retrasos como el que sufrió Ana Crespo, una joven madrileña que tardó diez años en ser diagnosticada de endometriosis, pese a las evidencias de los síntomas.
“Diez años de dolor”
“Yo siempre había tenido dolores muy fuertes e incluso me habían hospitalizado varias veces y no habían encontrado lo que era”, explica Ana a eldiario.es. “Fueron como 10 años de dolor, de médicos y hospitales hasta que dieron con esto”, cuenta Ana. “Yo ya había asimilado que me afectaba el dolor porque era ”blandita“ y que me asustaban las hospitalizaciones porque era ”sensiblera“”.
Según Crespo, no fue hasta los 25 años cuando descubrieron que sufría endometriosis. “Una ginecóloga me hizo una ecografía y vio que tenía un endometrioma muy avanzado e incluso se plantearon operarme de urgencia”. Ana finalmente no fue operada y tras el diagnostico y el tratamiento, el endometrioma se reabsorbió.
“Desde entonces voy a revisiones continuas porque está en un tamaño límite y si vuelve a crecer me tendrán que operar”, explica. Aún así, para Ana el diagnóstico “fue un alivio, porque me habían dado muchos diagnósticos no concluyentes y cuando me venían los episodios de dolor no sabía cómo actuar”.
Ana recuerda que durante los diez años que pasó sin recibir un diagnóstico “la respuesta de los médicos fue, en general, condescendiente, si no agresiva” y considera que “entre los médicos debería haber más formación e información”.
Además, insiste en que son las instituciones públicas las que deberían tomar las riendas en este asunto. “Han pasado cinco años y aún sigo muy perdida, apenas hay información y casi todo lo que encuentro lo he buscado por mi cuenta o gracias a organizaciones voluntarias como EndoMadrid, que están haciendo un gran trabajo”.
Invertir más en investigación
La endometriosis es una enfermedad crónica que afecta a mujeres en edad reproductiva, y en la cual el endometrio, un tejido o mucosa que recubre el interior del útero y cuya función es la de alojar al cigoto cuando una mujer se queda embarazada, crece fuera del útero, comúnmente en las trompas de falopio, los ovarios o áreas circundantes.
Sin embargo, pese a ser una de las enfermedades ginecológicas más comunes y ser considerada responsable de la mitad de todos los casos de infertilidad que carecen de explicación médica, en la actualidad no se sabe el origen de esta enfermedad.
En este sentido, la proposición también plantea “incrementar los fondos destinados a la investigación de la endometriosis”. Según Rodríguez, uno de los grandes problemas “es que no hay un buen estudio epidemiológico que nos permita saber de forma más precisa el número de mujeres que la padecen”.
Esta diputada define la enfermedad como “una gran epidemia silenciosa”, ya que “muchas mujeres no saben que la padecen” e insiste en que “no podemos abordar un problema del que no sabemos bien su magnitud”.