La acción del cambio climático en España (con un incremento de las temperaturas medias a cuestas) ha hecho mella en una de sus debilidades medioambientales más claras: el agua disponible. Según un estudio de la organización Ecologistas en Acción, disminuye en más de un 1.550 hectómetros cúbicos al año respecto a lo que disponía en los cincuenta años que fueron desde 1945 a 1996. Es aproximadamente una caída de algo más del 1% anual y equivale a 1,5 billones de litros. El documento presentado este miércoles en París (en el foro alternativo a la Cumbre del Clima COP21) lo liga directamente al cambio del clima.
El análisis une “la reducción de las precipitaciones y la subida de temperaturas” en el origen de la caída del agua en todas las demarcaciones hidrográficas. Década a década, los grandes ríos han ido viendo cómo caían los aportes que corrían por sus cursos y el de sus tributarios.
Dice que, “si en 2000 solo la demarcación del Segura era la única con un déficit estructural”, para las próximas décadas se prevé que ese balance negativo llegue también a las del Júcar, Guadiana, Guadalquivir, Cuencas Internas de Cataluña, Guadalete-Barbate y Cuencas Mediterráneas, y parte de las del Tajo y Ebro. Eso abarca aproximadamente la mitad de la superficie de la Península Ibérica.
La ciudades beben poco
Pero la sed no se ha templado. La demanda de agua en España va para arriba y va camino de subir un 10% de acuerdo con los cálculos del informe. La ONG concluye que se está preparando un “colapso hídrico”. En España se consume de media al año unos 4.600 hectómetros cúbicos al año para uso urbano. Los planes hidrológicos de las 18 regiones hidrográficas prevén que se sumen otros 100 en dos décadas. “Es un cálculo moderado”. Pero la clave, exponen, no está ahí sino en el uso agrario. “Se prevé que haya casi 700.000 hectáreas más de regadío, lo que implicará unos 3.000 hectómetros cúbicos más”. De hecho, ocho de cada diez litros de agua que se gastan en España van a los cultivos de regadío.
“La reducción del agua disponible y el incremento de las demandas previstas en el regadío nos llevan a ese auténtico colapso”, ha comentado uno de los coautores del iforme, Santiago Martín Barajas. Se trata, abunda el ecologista, de “una reducción que nos lleva a una mayor insostenibilidad”.
Así que en un escenario de calentamiento generalizado y menos lluvias que aporten agua, el estudio concluye que el grifo, donde tiene que cerrarse es en el campo más que en la ciudad: “No debería crearse ni una sola hectárea más de regadío en España, a la vez que se sigue trabajando en incrementar la eficiencia en la utilización del agua allí donde se pueda (modernización de regadíos, reutilización de aguas residuales depuradas, etc.), y se fomenta la sustitución de cultivos por otros menos consumidores de agua”, concreta. ¿La cifra? “Abandonar un millón de hectáreas de esta agricultura para alcanzar cierto reequilibrio”, ha resumido Martín Barajas.
Nota:
El viaje y la estancia del enviado especial de eldiario.es a la COP21 han sido sufragados por la organización Ecologistas en Acción con la ayuda de la Fundación Biodiversidad del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente. Ecologistas en Acción ha organizado una delegación de periodistas para asistir a la conferencia.