España no cierra la brecha: la mitad de los jóvenes tiene estudios superiores pero un 28% no se saca el Bachillerato

El paciente mejora, pero despacio. España está mejorando sus indicadores educativos (o de titulación, al menos), aunque el sistema sigue marcado por la desigualdad y algunas brechas: las que existen entre los jóvenes entre sí y también de los jóvenes respecto a los adultos.

Casi uno de cada tres jóvenes españoles de entre 25 y 34 años (un 27,7%) no pasa de la Secundaria obligatoria, según el Panorama de la Educación de la OCDE. Este es el dato más alto de toda la UE y duplica la media de los países de la Organización para la Cooperación al Desarrollo y el de la Unión Europea, que no superan el 14,2%.

En el otro extremo, la tasa de personas en este grupo de edad con un título terciario (titulados universitarios o con la Formación Profesional de grado superior) roza el 50%, dato que por el contrario mejora las comparativas internacionales. El panorama se completa con un 20% de jóvenes que no estudia ni trabaja: también aquí superamos a nuestros vecinos, que tienen una media del 13%.

El panorama que dibuja esta combinación (la mitad de la población con títulos superiores y la otra mitad que uno de Secundaria como mucho) mantiene el patrón que ha tenido el país en los últimos años, aunque la brecha entre unos y otros mengua: en el año 2000 la proporción era de un tercio de los jóvenes con estudios superiores y dos tercios sin ellos.

La OCDE recuerda, en este sentido, una correlación conocida: “La probabilidad de tener un empleo aumenta con el nivel de formación” y destaca que “el salto más importante se da al adquirir el nivel de segunda etapa de secundaria”, justo donde España flojea más. En cifras, esto se observa analizando la tasa de empleo según los estudios de cada persona: en España es de un 78% para los titulados terciarios, un 69% para quien tiene un título de Secundaria postobligatoria y un 59% para los que están por debajo de eso.

Beneficia sobre todo a las mujeres

La evolución de los indicadores es va en la dirección correcta, a decir del secretario de Estado de Educación, José Manuel Bar Cendón, que también ha destacado durante la rueda de prensa en la que ha presentado el informe que esta mejora de la situación educativa “beneficia sobre todo a las mujeres”.

El panorama es similar cuando se analiza el conjunto de la población. Un 40,7% de las personas entre 25 y 64 años tiene un título superior, cifra que se ha prácticamente duplicado en lo que va de siglo. Hace 20 años apenas tres de cada cuatro adultos tenían como mucho un título de Secundaria; hoy algo más de la mitad.

Esta brecha educativa no es exclusiva entre jóvenes ni entre jóvenes y adultos: también aparece, advierte la OCDE, cuando se miran los datos desde una perspectiva regional. Extremadura (37,3%), Murcia (36%), Castilla-La Mancha (34,2%) y las dos ciudades autónomas (Ceuta con un 38%, Melilla con un 41,2%) presentan porcentajes de jóvenes con estudios básicos que duplican a las de las comunidades más formadas, como Navarra (14,6%) o el País Vasco (15,4%).

Ensanchar el medio

Con los datos encima de la mesa, el Ministerio de Educación tiene claro que las necesidades de España pasan por mejorar en las zonas intermedias (formativamente hablando, la Secundaria postobligatoria, Bachillerato y FP de Grado Medio), que es donde el país tiene los mayores déficits, a costa de reducir las personas con estudios básicos.

En este sentido se enmarca la apuesta de la cartera que dirige Pilar Alegría por la Formación Profesional. En los últimos tres años, ha recordado el Secretario de Estado, se han creado 210.000 plazas de esta etapa, y la reforma de la ley, que le ha dado la vuelta al sistema flexibilizándolo, pretende por un lado que esta etapa llegue a más gente –este curso se ha superado el millón de estudiantes por primera vez– y por otro mejorar en la formación continua de los trabajadores y la acreditación de competencias de tres millones de profesionales que no tienen ningún título que acredite sus conocimientos.

Por encima de la media en Infantil

La etapa que quizá mejor esté en términos comparativos es la de Infantil, tanto en su segundo ciclo (entre 3 y 6 años), prácticamente universalizado desde hace años, como en el primero (0-3 años). España ha dado un salto en este indicador en los últimos años y se sitúa como el cuarto país de la UE con un mejor porcentaje de pequeños que acude a una Escuela Infantil con un 41,1%. En 15 años el país ha casi triplicado la presencia de bebés en escuelas (era un 14,9% en 2005) para situarse solo por detrás de Países Bajos, Noruega y Suecia y muy por encima de la media tanto de la OCDE (26,8%) como de la UE, a la que duplica (22%).