El calor extremo vuelve a golpear. España espera una nueva ola cálida tras el pico “muy inusual” que ya experimentó en mayo pasado, según la Aemet. La previsión es que comience a formarse la tarde del jueves y se prolongue desde el viernes hasta el próximo lunes.
La ola va a afectar especialmente a la zona suroeste de la península ibérica y se irá extendiendo hacia el centro, el valle del Duero y parte del Ebro. La cuestión es que a la estabilidad atmosférica, que favorece que haya más horas de sol, se le va a unir la entrada de una masa de aire cálido proveniente del norte de África para dar valores en el termómetro por encima de la normalidad a estas alturas del año.
La bolsa de aire caliente va a llegar desde Marruecos y, dice la Agencia, va a dejar temperaturas por encima de 38ºC en los valle del Guadalquivir, el Tajo y el Guadiana. Con puntos donde serán 40ºC. Luego, a medida que avance el fin de semana, va a darse “un ascenso progresivo” de esas temperaturas. Los modelos meteorológicos de la Aemet apuntan a que el episodio cálido va a durar incluso el lunes, “tendiendo a estabilizarse a partir del martes”.
Ola de calor no es calor habitual del verano. Tiene que superar las medias históricas para esos días. Además, debe extenderse por una parte significativa del territorio, verificándose en, al menos, un tercio de las estaciones de medición. También, y al mismo tiempo, debe prolongarse un mínimo de tres días para recibir la etiqueta de ola de calor meteorológica.
El contexto de calentamiento global y cambio climático ha alargado cinco semanas los veranos en España desde 1980. Una de las implicaciones directas de este fenómeno es el incremento de olas de calor tanto en su frecuencia, como en su duración y severidad. De hecho, la ola de calor más intensa medida por los meteorólogos se produjo en agosto del año pasado.