A pesar de la crisis, la producción científica de España ha seguido aumentando. El número de estudios publicados lleva años creciendo y, a juzgar por ese dato, se podría decir que el sistema de I+D+i goza de buena salud, o, al menos, que aún no se ha visto afectado por la crisis. Pero cuando se pasa de la ciencia a granel a aquella de mayor calidad mundial, la que se denomina “de excelencia”, se comprueba que el país se estancó en 2009 y ha comenzado una tendencia a la baja desde entonces. Así lo indican los últimos datos de los que dispone el grupo SCImago, que cada año realiza un pormenorizado informe de la producción científica en todo el mundo.
Los informes anuales de esta institución recogen el nivel de excelencia de una institución o un país en ciencia. El indicador muestra el porcentaje de estudios españoles que figuran entre el 10% de los más citados en todo el mundo, algo así como la élite de la investigación a nivel mundial. En 2009, España alcanzó su nivel más alto, con un 12,7% de toda su producción incluida entre la más excelente del mundo, explica a Materia Felix de Moya, investigador del Instituto de Políticas y Bienes Públicos del CSIC y fundador del grupo SCImago. Desde entonces el porcentaje ha ido bajando año a año hasta quedarse en 12,5% en 2011, el último con datos definitivos. La gráfica que muestra la trayectoria de España en ciencia de excelencia desde 2003 no deja lugar a dudas: tras años de crecimiento sostenido, el sistema se resiente en 2009 y comienza a caer.
Cambio de liderazgo
¿Seguirá haciéndolo en los próximos años? De Moya dice que es “una cuestión política”. “Si se mantienen los programas públicos de excelencia para financiar a los mejores centros en este aspecto es posible que se consiga estabilizar el nivel y que no baje, pues lo razonable es que caiga si no hay una inversión adicional”, advierte. En este sentido será importante conocer los datos de 2012 en adelante, donde los efectos de la crisis y los recortes en I+D+i pueden cobrar más relevancia.
El informe 2013 de SCImago (SIR), que ha analizado la producción científica entre 2007-2011, muestra cuáles son los mejores centros de I+D de España de acuerdo a sus niveles de excelencia. El ganador es el Instituto Catalán de Investigación Química (ICIQ), que también fue líder absoluto en el periodo 2006-2010. Tras él llama la atención la presencia de cinco centros asociados al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Hasta ahora, los estudios de SCImago consideraban a este mastodonte de la ciencia (es el mayor organismo público de investigación en España) como una sola institución, a pesar de estar formado por 125 centros con unos niveles de excelencia muy dispares. Esto resultaba injusto para los mejores pues no les permitía destacar en los ránkings. Al desglosar los datos, este año destacan cinco centros del CSIC (algunos son centros mixtos creados junto a universidades) entre los 15 mejores del país. Todos ellos (ver lista) se clasifican por delante incluso de joyas de la corona de la ciencia española como el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO). En el periodo 2005-2009, este centro era el más excelente de España, según los datos de SCImago. Ahora el CNIO ha sido desbancado por el ICIQ y el número de trabajos suyos que alcanzan el máximo nivel ha bajado desde el 33% en 2007 al 28% en 2011, explica Moya.
En cuanto al volumen total de producción, el CSIC sigue siendo el primera institución de España y la octava del mundo. Por ahora el consejo tampoco se resiente en el terreno de la excelencia, asegura Moya, si se atiende a otro indicador de la calidad científica conocido como impacto y que identifica la capacidad de estar por encima de la media mundial. En este indicador, el CSIC está por encima de la media española y supera a sus homólogos francés e italiano, el CNRS y en CNR, respectivamente, concluye Moya.