El diagnóstico es tan rotundo como preocupante para la Iglesia española. “Nos estamos quedando sin curas. Si no cambian las cosas, en los próximos diez años tendremos que cerrar decenas de iglesias, especialmente en la España vaciada, pero también en las grandes ciudades”. Un importante obispo analiza así las cifras de vocaciones al sacerdocio en España, pero desde el anonimato ya que Roma acaba de terminar una investigación en todos los seminarios españoles, y nadie quiere significarse hasta conocer los resultados.
Por primera vez desde que se tienen registros, el número de seminaristas baja del millar: en el presente curso, sólo 974 hombres estudian en los seminarios de nuestro país. De ellos, al menos la cuarta parte (la Conferencia Episcopal, por cuarto año consecutivo, se ha negado a dar los datos por diócesis o centros) pertenecen a los seminarios Redemptoris Mater, gestionados por el Camino Neocatecumenal, conocidos como kikos.
“Nos quedamos sin curas y, lo que es peor, los que se están formando en los últimos años, son absolutamente refractarios, si no abiertamente contrarios, a las reformas de este Papa”, lamenta el mismo prelado, que añade otra conclusión descorazonadora: “Somos pocos, y cada vez más conservadores. Y todavía hay quien se pregunta por qué Francisco no viene a España”.
Vinculaciones ideológicas aparte, lo cierto es que los 15 seminarios cedidos por la Iglesia española a los 'kikos' son los únicos que se mantienen con cierta estabilidad ante el derrumbe que afecta a los seminarios gestionados por las diócesis. Y es 974 aspirantes al sacerdocio es una cifra ínfima para un país que, estadísticamente, sigue siendo mayoritariamente católico, aunque el número de practicantes asiduos a misa no llega al 15%, y es superado por la suma de ateos y agnósticos. No sólo eso: este curso apenas hubo 172 nuevas incorporaciones, y solo 97 ordenaciones. Las cifras tampoco ofrecen datos sobre los que abandonan la formación antes de convertirse en sacerdotes.
En manos de los neocatecumenales
Unos 250 de ellos se forman en los seminarios Redemptoris Mater de Alcalá de Henares, Burgos, Cádiz, Murcia, Castellón, Córdoba, Granada, León, Lugo, Madrid, Orense, Oviedo, Pamplona, Sevilla y Vitoria. Curiosamente, casi todos ellos fundados por obispos muy relacionados con el ala más conservadora de la Iglesia española. Y que, en definitiva, hacen una suerte de competencia desleal a los seminarios diocesanos.
“Ya nos habíamos echado en sus manos, pero ahora no nos va a quedar más remedio que asumirlo”, lamenta el rector de un relevante seminario diocesano, que en los últimos años ha visto no sólo cómo el descenso en el número de candidatos al sacerdocio se hacía evidente, sino cómo muchos de sus seminaristas abandonaban el centro y, en algunos casos, lo hacían para trasladarse a centros de formación neocatecumenal.
“Buscan la pureza doctrinal, con la aquiescencia de algunos obispos que entienden la existencia de la Iglesia en la España actual como una suerte de guerra cultural en la que hay que defender determinados valores... Como si en los seminarios diocesanos fuéramos poco menos que herejes”, relata otro formador que, como todos los participantes en este reportaje, han preferido el anonimato.
“Hay miedo, claro que sí. Porque, con los números en la mano, no estamos haciendo bien nuestro trabajo, y ellos sí. Y no se puede alzar la voz para que te tumben con las cifras”, añade un tercero, que critica la falta de transparencia de la Conferencia Episcopal, que desde el curso 2019-20 ha dejado de dar los datos de entradas, salidas u ordenaciones por seminarios, o por diócesis.
Hay que irse a las diócesis, y no a todas, para ir rascando, uno a uno, los datos. Y ni siquiera en ellos se diferencia entre kikos y diocesanos. Con salvedades como la de Sevilla, cuyos datos –nos confirman– son extrapolables al resto de España: 36 seminaristas diocesanos (incluyendo a los cuatro diáconos), por 11 del Redemptoris Mater. En Madrid, otra de las pocas diócesis que ofrece datos, el porcentaje es mayor aún: 84 seminaristas diocesanos, por 38 neocatecumenales. Esto es: casi un tercio.
El Vaticano investiga los seminarios españoles
Junto a las pocas vocaciones, están también las marchas de muchos que no entienden los procesos de formación que se dan en la actualidad y que no están resistiendo el análisis que, por orden del Papa Francisco, están llevando a cabo los dos obispos uruguayos, quienes durante los meses de enero y febrero recorrieron todos los centros de formación de nuestro país y de cuyos resultados tampoco ha dado la más mínima información la Conferencia Episcopal.
Lo que sí hace la CEE es intentar explicar los porqués de este descenso, que en las últimas dos décadas es del 40%: han pasado de ser 1.699 a 974. Y la explicación principal es “la nueva metodología en la recogida de los datos, que por primera vez ha sido nominal, y ha estado a cargo de la Oficina de Transparencia de la Conferencia Episcopal”. Una Oficina que no aporta más datos que tres totales: número, ingresos y ordenaciones.
“También hay que tener presentes la secularización y la falta de compromiso por parte de no pocos jóvenes, que también se reflejan en otros datos estadísticos, como en el número decreciente de matrimonios –tanto civiles como eclesiásticos–”, admite, no obstante, la nota episcopal de una jornada que, curiosamente, lleva por lema 'Levántate y ponte en camino'. “¿Hacia dónde?” se pregunta el obispo, que no encuentra una respuesta convincente, más allá del vacío de los templos... y ahora, también, de las sacristías.
Toda la información en www.religiondigital.org