La cuenta no deja de subir. El rescate del espeleólogo Cecilio López Tercero, atrapado desde el 19 de septiembre en una cueva en Perú, sigue acumulando gasto sin que apenas haya comenzado la operación propiamente dicha. El jueves, el Ministerio de Exteriores reiteró a la familia, según cuentan sus allegados, que no hay fondos para financiar el rescate. “Estamos pagando a escote un rescate entre amigos”, se lamenta Ángel San Juan de la Asociación Madrileña de Espeleología.
A falta de que llegue otra remesa de espeleólogos desde España, Cecilio aguarda en una plataforma a ser salvado. Este viernes había ascendido, según la Federación Española de Espeleología, “100 metros” de los 400 que lo separan del aire libre. “Un médico del grupo de rescate de Madrid está con él las 24 horas. Saldrán juntos cualquiera sea el final”, relata San Juan. López estaba inmerso en una expedición arqueológica en el yacimiento de Intimachay, donde había descubierto en 2010 altares rituales prehispánicos, tumbas, restos humanos y cerámica en las profundidades de una cavidad.
El compañero del espeleólogo cuenta a eldiario.es que “este fin de semana mismo tenemos que sufragar el viaje de otros 10 compañeros porque algunos rescatistas peruanos han debido abandonar por problemas personales o laborales”. Según sus cuentas con esa decena, los enviados se irán a 57 espeleólogos actuando en Perú. “Hemos tenido que ir cubriendo sobre la marcha. Primero nos dijeron que acudirían técnicos brasileños, luego mexicanos... pero a medida que iban fallando hemos cubierto los huecos”, recuerda San Juan. Grupos de exploración de toda España han aportado “dinero, comida o material”, señalan los compañeros de Cecilio.
Los gastos, hasta ahora, superan con creces los 40.000 euros, de acuerdo con el cálculo de los coordinadores de la operación. No parece una cifra desorbitada para un ministerio pero “no hay cuenta corriente particular que lo aguante”. Han dispuesto por adelantado, dicen, “de los 18.000 euros del seguro que está suscrito con Generali”. Y luego añaden que “sólo en llamadas de teléfono a Perú imagina lo que puede gastarse...”.
Todo el dispositivo se está poniendo en marcha gracias, en gran medida, a los contactos del sacerdote de la Cañada Real Agustín Rodríguez Teso. Este cura, también espeleólogo, “tiene contactos en muchísimas partes, incluido Perú”, señala el compañero de Cecilio. Y “estamos aprovechándolo al 100% para movilizar allí recursos”. De hecho Rodríguez Teso estuvo en esa cueva con Cecilio durante el descubrimiento del yacimiento arqueológico precolombino. Sus llamadas pusieron en alerta a los primeros equipos peruanos que se desplazaron en auxilio del español.