La Unión Europea ha renovado finalmente por cinco años la autorización de uso del herbicida glifosato. Tras dos años de negociaciones y prórrogas, la Comisión Europea ha conseguido la mayoría cualificada que buscaba para respaldar la nueva licencia.
El cambio de criterio de Alemania que ha pasado de la abstención a apoyar la propuesta ha terminado por deshacer el nudo que mantenía al fitosanitario pendiente de un hilo. Su permiso actual expiraba (tras prorrogarse provisionalmente) a mediados de este mes de diciembre. In extremis, los comercializadores del producto podrán seguir vendiéndolo.
El frente de países contrario al glifosato se ha mantenido estable en la sesión de este lunes con Francia e Italia a la cabeza pero, una vez enrolados los germanos en el grupo del sí, la decisión en favor del glifosato era ya inevitable. El bando que siempre se ha mostrado favorable estaba liderado por Gran Bretaña, España y Países Bajos.
Esta decisión de los Gobiernos contradice la postura común votada en el Europarlamento que pidió un abandono progresivo del glifosato en los cultivos europeos además de dejar con pocos efectos posibles la petición ciudadana registrada en la Comisión con un millón de firmas que también solicitaba el fin de este agroquímico.
El eurodiputado de Equo, Florent Marecellesi –uno de los más activos en la oposición al glifosato en la Cámara– ha comentado que no piensan cejar en su intento de para el uso del producto: “Iremos país por país para conseguir su eliminación como han propuesta Francia y Bélgica. Y propondremos una comisión de investigación sobre el glifosato y los conflictos de intereses de los lobbys”. Pero, de momento, el producto seguirá siendo legal en los cultivos de la Unión Europea.