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Expertos alertan sobre los peligros de crear ‘bacterias espejo’: producirían infecciones letales e incurables

De todos los escenarios apocalípticos que nos acechan en este ajetreado siglo XXI había uno que no teníamos tan presente y sobre el que los científicos acaban de poner el foco: la posibilidad de que un grupo científico genere un nuevo tipo de vida artificial con una simetría diferente y que esta se cuele por los resquicios de la biología sin que nada la detenga. 

Así lo advierte un grupo de más de 30 prestigiosos científicos, entre los que se encuentra Craig Venter –pionero en la creación de vida sintética artificial–, en un artículo en la revista Science. Los autores advierten de que sintetizar organismos espejo, como bacterias, podría provocar “infecciones letales en humanos, animales y plantas” y expandirse sin freno por los ecosistemas produciendo “un daño sin precedentes e irreversible”.

Para entender el fondo del asunto, hay que tener en cuenta que las moléculas pueden existir en dos formas de imagen especular, denominadas levógiras y dextrógiras. Por motivos que aún desconocemos, la vida en el planeta evolucionó seleccionando unas formas y no otras. De este modo, el ADN y el ARN están hechos de nucleótidos “diestros”, mientras que las proteínas están hechas de aminoácidos “levógiros”. 

Movidos por la curiosidad y las posibles aplicaciones médicas, algunos investigadores trabajan desde hace años en la creación de formas de vida compuestas enteramente de moléculas biológicas que son imágenes especulares. Lo que piden ahora estos expertos es que se deje de trabajar en el desarrollo de estos ‘organismos espejo’, porque son muchos más los riesgos que los posibles beneficios.

Del escepticismo al terror

“Aunque al principio éramos escépticos ante la posibilidad de que las bacterias espejo pudieran plantear riesgos importantes, ahora estamos profundamente preocupados”, reconocen los autores del escrito. “No estábamos seguros de la viabilidad de sintetizar bacterias espejo, pero hemos llegado a la conclusión de que el progreso tecnológico probablemente lo hará posible. No estábamos seguros de las consecuencias de la infección por bacterias espejo en humanos y animales, pero un examen minucioso de los estudios existentes nos llevó a la conclusión de que las infecciones podrían ser graves”.

En un extenso y minucioso informe, los investigadores llegan a la conclusión de que la capacidad de crear vida espejo esté al menos a una década de distancia y requeriría grandes inversiones y grandes avances técnicos. “Por lo tanto, tenemos la oportunidad de reflexionar y anticiparnos a los riesgos antes de que se hagan realidad”, concluyen.

Tenemos la oportunidad de reflexionar y anticiparnos a los riesgos antes de que se hagan realidad, dicen los autores

Aunque los autores se centran en las bacterias espejo, sus conclusiones también podrían aplicarse a otras formas de vida, advierten. El análisis sugiere que las bacterias espejo probablemente evadirían muchos mecanismos inmunes mediados por moléculas quirales, causando potencialmente infecciones letales en humanos, animales y plantas. “Es probable que evadan la depredación de fagos de quiralidad natural y muchos otros depredadores, facilitando la propagación en el medio ambiente”, aseguran. “Las consecuencias podrían ser desastrosas a nivel global”, dice el coautor del informe y premio Nobel Jack W. Szostak en The New York Times.

Las consecuencias podrían ser desastrosas a nivel global

“Pedimos que se realicen más estudios sobre nuestros hallazgos y se hagan más investigaciones para comprender mejor estos riesgos”, reclaman los autores del artículo. “Sin embargo, en ausencia de evidencia convincente que dé seguridad, nuestra opinión es que no se deben crear bacterias y otros organismos espejo. Creemos que esto se puede lograr con un impacto mínimo en la investigación beneficiosa y pedimos una amplia participación para determinar el camino a seguir”.

No inmediato, pero sí suficiente

Alfonso Valencia, profesor ICREA y director de Ciencias de la Vida en el Centro Nacional de Supercomputación de Barcelona (BSC), cree que está llamada a la paralización de la experimentación entronca con advertencias similares sobre otras biotecnologías, como el reciente artículo editorial que pedía el control de las nuevas proteínas diseñadas por técnicas de IA. 

Aunque no es inmediato, sí representa un peligro de una magnitud suficiente como para parar estos experimentos

La principal preocupación aquí, señala Valencia, es que ya hay grupos trabajando en el diseño de copias especulares de las proteínas naturales, más resistentes a la degradación y con un potencial destructivo, al ser muy difíciles de destruir por los sistemas que operan en el mundo real. “Aunque esta posibilidad no es para nada inmediata, sí que representa un peligro de una magnitud suficiente como para parar estos experimentos en opinión de los autores de esta declaración”, asegura en declaraciones al Science Media Centre.

“Cabe la posibilidad que la vida con la simetría nueva tenga la capacidad de escapar a los principales mecanismos de defensa y puede ser un peligro”, admite Marc Güell, experto en Biología Sintética de la Universidad Pompeu Fabra (UPF), también al SMC. “Es cierto que, aunque parece tan lejos tener una bacteria entera especular, quizás no lo está tanto tener componentes especulares en bacterias”, matiza. 

Debemos ser realistas; estamos lejos de construir una célula viva funcional desde cero, incluso utilizando quiralidad convencional

“Debemos ser realistas; estamos lejos de construir una célula viva funcional desde cero, incluso utilizando quiralidad convencional”, señala Víctor de Lorenzo, profesor del Centro Nacional de Biotecnología (CNB-CSIC), en el mismo sentido. “Creo que estamos al menos a unos 10 o 20 años de conseguirlo”. Centrar la narrativa únicamente en los peligros puede dar una imagen equivocada de este tipo de trabajos, señala, y también le preocupa que el panel encargado de redactar este informe esté compuesto casi exclusivamente por científicos estadounidenses, con escasa representación internacional. “Dado que los riesgos y beneficios de esta investigación tienen implicaciones globales, es esencial incluir a actores de diversas regiones y contextos en el debate”, concluye.