Se extiende el temor a que 2023 sea el año más caluroso de la historia
Las temperaturas mundiales se han acelerado hasta niveles récord en junio, una terrible señal de la crisis climática que se produce antes de la llegada de El Niño, el fenómeno que podría hacer de 2023 el año más caluroso del que hay registros.
La medida preliminar de las temperaturas promedio globales para lo que va de junio supera en casi 1 grado Celsius el nivel registrado anteriormente para el mismo mes en 1979. El mes aún no ha terminado y es posible que no se alcance un nuevo récord para junio, pero según los científicos especializados en clima la pauta de reforzamiento del calentamiento global podría hacer de 2023 el año más caluroso jamás registrado, superando a 2016.
En lo que va de junio se ha producido un “notable calentamiento global”, confirmaron desde Copernicus, la agencia de observación terrestre de la Comisión Europea. De acuerdo con sus datos, el aumento en las temperaturas registrado en los primeros días del mes fue incluso superior a 1,5 ºC en comparación con las temperaturas de la época preindustrial. Según la agencia, es posible que esta sea la primera ocasión en que ocurre algo así desde que comenzó la industrialización.
Es probable que el calentamiento de largo plazo causado por la quema de combustibles fósiles aumente aún más con la llegada este año de El Niño, un fenómeno natural recurrente que calienta algunas partes del Océano Pacífico y suele provocar un aumento en las temperaturas de todo el mundo.
La Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica de EEUU (NOAA, por sus siglas en inglés) anunció la semana pasada que ya se estaban dando las condiciones de El Niño y que “se irían reforzando gradualmente” hasta principios de 2024. El climatólogo de la Universidad de Pensilvania Michael Mann dijo que el calentamiento provocado por el hombre se vería exacerbado por El Niño, un fenómeno que por lo general aumenta entre 0,1 y 0,2 grados la temperatura global.
Ahora mismo, la anomalía en las temperaturas globales de la superficie está en niveles récord o cerca de ellos, y es casi seguro que 2023 será el año más caliente del que haya registros
“Ahora mismo, la anomalía en las temperaturas globales de la superficie está en niveles récord o cerca de ellos, y es casi seguro que 2023 será el año más caliente del que haya registros”, dijo Mann. “Lo más probable es que en el futuro ocurra lo mismo en casi todos los años de El Niño, mientras sigamos calentando el planeta con la quema de combustibles fósiles y la contaminación por carbono”.
Según el meteorólogo finlandés Mika Rantanen, el aumento de las temperaturas en lo que va de mes es “extraordinario” y con “bastante seguridad” dará lugar a un junio de calor récord.
Puerto Rico, Siberia y España ya han registrado este año olas de calor récord; y en Canadá, el calor abrasador contribuyó a la propagación de los gigantescos incendios forestales que la semana pasada cubrieron de un humo tóxico el cielo de Nueva York y de Washington.
De acuerdo con la actualización que la NOAA publicó este miércoles, el pasado mes de mayo fue el tercero más caluroso en todo el mundo en los 174 años que hay de registro. Tanto en América del Norte como en América del Sur fue el mayo más caluroso desde que hay registro.
La NOAA es más prudente sobre la posibilidad de un 2023 con récord global de calor desde que hay registro. Para la agencia, la probabilidad de que ocurra algo así se sitúa en torno al 12%. Lo que sí ha dicho es que casi seguro 2023 estará entre los diez años más calurosos y, muy probablemente, entre los cinco primeros.
En mayo, la Organización Meteorológica Mundial avisó de que en los próximos cinco años las temperaturas mundiales se dispararían con mucha probabilidad, impulsadas tanto por El Niño como por las emisiones de gases de efecto invernadero. Para la organización, está casi garantizado que en ese intervalo de cinco años habrá al menos uno con récord histórico de calor.
También hay muchas probabilidades de que el aumento en la temperatura promedio global, con relación a la era preindustrial, supere los 1,5 ºC, una referencia para los acuerdos entre gobiernos y un umbral clave a partir del cual empeorarán significativamente las olas de calor, las sequías y las inundaciones, entre otros impactos climáticos.
Los mares lo acusan más
Si en la tierra se siente el calor, en los mares la explosión de las temperaturas es aún más notable. La NOAA confirmó que mayo de 2023 había sido el segundo mes consecutivo con temperaturas récord en la superficie de los océanos. Un 70% de la superficie del planeta está cubierta por agua. El exceso de calor en los océanos influye en las temperaturas globales, altera las poblaciones de peces, decolora a los arrecifes de coral y aumenta el nivel del mar en las costas.
Sin una mayor reducción en las emisiones, los cambios que estamos observando son solo el principio de los efectos adversos que podemos esperar
“Los océanos se han ido calentando de forma constante, pero ahora estamos viendo temperaturas récord, algo que es claramente alarmante teniendo en cuenta que lo que se espera de El Niño es que se fortalezca [el calentamiento]”, dijo la climatóloga de la NOAA Ellen Bartow-Gillies. “Sin duda eso va a tener un efecto en el resto del mundo”.
Según Bartow-Gillies, la NOAA aún no ha procesado sus datos de temperaturas de junio pero la expectativa es que este mes continúe con niveles elevados de calor, aunque El Niño no se hará sentir especialmente hasta los siguientes meses del año. “Estamos teniendo un comienzo de año bastante cálido, no sin precedentes, pero podría ser aún más cálido debido a El Niño”, dijo.
Independientemente de que 2023 termine siendo el año más caluroso del que hay registros, los científicos dicen que la escalada de efectos que está provocando la crisis climática se ha hecho evidente con claridad. También, que no frenará hasta que se reduzcan radicalmente las emisiones de gases de efecto invernadero.
“Sin una mayor reducción en las emisiones, los cambios que estamos observando son solo el principio de los efectos adversos que podemos esperar”, dijo la científica atmosférica de la Universidad de Cornell Natalie Mahowald. “Este año, y los fenómenos extremos que hemos visto hasta ahora, deberían servirnos de advertencia”.
Traducción de Francisco de Zárate.
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