El expresidente del Gobierno, Felipe González, ha defendido este lunes la energía nuclear en contra de las renovables por considerar que es la menos contaminante. González, que también fue durante 5 años consejero de la energética Naturgy, ha cuestionado que no se hable del reto de los residuos de las plantas fotovoltaicas, entre otros métodos para producir energías limpias.
“Cuando se mide la contaminación en términos de CO2”, ha dicho González durante su intervención en las II Jornadas de Incendios Forestales y Riesgos Naturales —organizadas por la Fundación Felipe González y la Revista RIyRN— “resulta que la menos contaminante es la nuclear”. El expresidente ha lamentado que haya “una corriente de opinión enorme” en contra de esta fuente de energía porque, según ha defendido, “no sabemos qué hacer con los residuos nucleares”.
González ha reconocido que se trata de un argumento válido, pero también ha preguntado “¿qué vamos a hacer entonces con los residuos de las plantas fotovoltaicas o con los aerogeneradores? ¿Alguien ha pensado en esto?”. El expresidente ha añadido que “no hay energía del todo limpia” porque tampoco está previsto “qué vamos a hacer con los residuos de las plantas fotovoltaicas cuando se acabe su vida útil o de los aerogeneradores”.
El exconsejero de Naturgy, que ya ha defendido anteriormente los beneficios de la energía nuclear, ha argumentado erróneamente que “ni siquiera tenemos previsto quién tiene la responsabilidad de desmontar” las plantas fotovoltaicas, “ni cómo se reciclan los metales”, “ni qué se hace con esos metales que no son reciclables”.
González ha obviado así la legislación europea que establece que son los productores de paneles fotovoltaicos los que deben garantizar su reciclaje y eliminación al cabo de los 25 a 30 años de funcionamiento. Todos los países de la Unión Europea están obligados además a tener un plan de reciclaje de estos paneles, que deben aceptar y reciclar los mismos fabricantes.
Según PV Cycle, una ONG que asesora a los productores de paneles fotovoltaicos en el cumplimiento de la legislación europea, entre el 80% y el 95% de los paneles se puede reutilizar. El porcentaje depende de los materiales de fabricación.
“No digo cómo se paga la minería de esos metales imprescindibles basada en trabajo esclavista, sino qué se hace con esos metales porque no son reciclables. Son energías limpias porque alguien sacramentó que son limpias”, ha reiterado el expresidente socialista. “Si quieren transformar eso en energía, no me quiero meter en si se deben pagar impuestos o no, hay que tener en cuenta que hay un esfuerzo de transformación de una cantidad de componentes que no es gratis”.
Y así es como González ha regresado a la tasa que introdujo el expresidente Mariano Rajoy, del Partido Popular, a las energías renovables: el conocido como “impuesto al sol”. Aquella medida, implementada en 2015 para imponer un cargo a las instalaciones de autoconsumo energético, no llegó a aplicarse pero sí causó un retraso en el avance de esta tecnología en nuestro país. Tras su derogación en 2018, el sector se quintuplicó en solo cinco años.
El expresidente González piensa distinto: “El único impuesto que no se paga es cuando te tumbas panza arriba y te da el sol o cuando estás en la terraza de un piso o en una azotea y te da el sol. Por supuesto que no le puedes poner un impuesto a tomar el sol panza arriba en la playa”.