Los escándalos de abusos sexuales de sacerdotes le estallan al Papa Francisco en su viaje a Chile y Perú

Francisco ya está en Chile, primera etapa de un viaje que también le llevará a Perú y que se presenta como uno de los más complicados en estos cinco años de Pontificado. Bergoglio visita dos países cuyas iglesias están más que salpicadas por escándalos de abusos sexuales y cuyas cúpulas eclesiásticas han tratado de esconder al no incluir ningún acto oficial con las víctimas. Solo habrá renocimiento público para los abusados si Francisco se salta el programa ya que sus obispos en el terreno no lo han previsto ni planeado.

En el primer discurso público del Papa, en el Palacio de la Moneda, Francisco ha subrayado: “No puedo dejar de manifestar el dolor y la vergüenza ante el dolor causado a niños por parte de ministros de la Iglesia.”

Entre esos ministros se encuentran Fernando Karadima, el sacerdote formador de obispos acusado, y condenado, por decenas de abusos. También Juan Barros, a quien el propio Francisco nombró obispo de Osorno pese a que las víctimas lo acusan directamente de encubrimiento. Y el escándalo de los maristas, que salió a la luz hace unas semanas, y que afecta a varias decenas de sacerdotes.

“Es justo pedir perdón y apoyar con todas las fuerzas a las víctimas, hemos de empeñarnos para que no se vuelvan a repetir”, señaló, ante la atenta mirada de la presidenta saliente, Michelle Bachelet. 

Pero la mancha de los abusos con la que debe lidiar Francisco también se extiende a la etapa peruana del periplo papa. En Perú, la Iglesia trata de sobrevivir al escándalo dentro de la sociedad de vida apostólica el Sodalicio de la Vida Cristiana y su fundador, Luis Fernando Figari, sobre quien ha recaído la mayor denuncia de abusos sexuales en Latinoamérica desde los Legionarios de Cristo y Marcial Maciel.

Esta misma semana, el Papa ha anunciado la intervención de la congregación, aunque muchos piden a Francisco que dé un paso más y extradite a Figari a Perú. Actualmente, el fundador del Sodalicio vive confinado en Roma, pero ha de responder por abusos cometidos al menos sobre una treintena de personas, entre 1975 y 2002. Los actuales líderes de la congregación han sido los primeros en pedir al Vaticano que facilite la acción de la justicia peruana.

La visita olvida a los abusados

¿Tendrán algún valor las primeras palabras del Papa en Chile para los obispos y la organización de la visita, que no han previsto ningún encuentro oficial con las víctimas de la pederastia clerical? Se antoja complicado, pues las iglesias de Chile y Perú, que durante años fueron el soporte de la población más pobre (especialmente en los primeros años de la dictadura chilena), ocupan los puestos más bajos en la confianza de los ciudadanos de ambos países.

La política de tolerancia cero de Bergoglio frente a los abusos se ha visto en cierto modo torpedeada por la curia episcopal en Perú y Chile ya que sendos episcopados  no han incluido ningún momento para que Francisco se encuentre con víctimas de la pederastia.

Así que, por primera vez en sus cinco anteriores viajes a Latinoamérica, la víspera del viaje papal ha estado marcado por las críticas de los afectados por los abusos, que necesitan encontrarse con Francisco, y escuchar de su boca, mirándoles a los ojos, esa misma petición de perdón. Encuentros que se han convertido ya en protagonista de cada viaje papal.

Porque los dos estados a los que ha viajado Bergoglio acumulan no pocos casos: solo en Chile se ha publicado una lista de 78 religiosos pederastas. En los últimos 15 años, 4 obispos, 66 clérigos, 6 hermanos, 1 diácono y hasta una monja fueron denunciados y condenados por abusos sexuales. Uno de ellos, el ex obispo de Iquique, cuya sentencia ha sido retrasada para que no coincidiera con la visita papal.

Especialmente sangrante es el 'caso Osorno, también en Chile, que vivió un nuevo capítulo esta misma semana, cuando se hizo pública una carta, fechada en enero de 2015 en la que el Papa achaca al Nuncio en el país, Ivo Scapolo (muy cercano a la vieja guardia del ex secretario de Estado por Juan Pablo II, Angelo Sodano, quien también fuera nuncio en Chile durante la época de Pinochet), de haber “bloqueado e impedido” la renuncia del responsable Barros y de los obispos cercanos a Karadima.

Víctimas de todo el mundo se organizan

La carta papal, no ha satisfecho satisfecho a las víctimas de abusos, que han anunciado una catarata de protestas en Santiago, Temuco e Iquique, y han anunciado que no pararán hasta conseguir ser recibidos por el Papa.

Una de las primeras medidas fue el encuentro que víctimas de abusos de todo el mundo han celebrado en Santiago de Chile, y en el que han anunciado el lanzamiento de una organización global contra el abuso sexual infantil en la Iglesia. Del mismo modo, han exigido a Francisco que “cambie perdones por acciones” para “desterrar” la pederastia clerical.

La nueva organización, denominada Ending Clerical Abuse (ECA, siglas en inglés) pretende conformar “un grupo notable de abogados para poder llevar a los tribunales estos crímenes de lesa humanidad” , comentó Sara Oviedo, exvicepresidenta del comité internacional de los derechos del niño de la ONU.

Del mismo modo, la nueva plataforma busca documentar los casos que se registran en todo el mundo y presentarlos ante la ONU. Entre sus miembros fundadores se encuentra Peter Saunders, un ex integrante de la Comisión Pontificia para la Prevención, creada por el Papa para combatir el abuso sexual.

“En Chile hay obispos que han encubierto y que deberían estar en la cárcel o deberían estar destituidos y le pedimos al papa concretamente en Chile, acciones, no perdones”, lanzó Juan Carlos Cruz, integrante de la Fundación para la Confianza y uno de los hombres que junto a Murillo denunció en 2010 al sacerdote Fernando Karadima.