Con retraso, el Gobierno ha aprobado el decreto que traslada a España la normativa europea sobre reducción de uso de bolsas de plástico. Los comercios deberán cobrar desde el 1 de julio por las bolsas ligeras entre 5 y 15 centímos. A partir de 2021, no podrán distribuir bolsas ligeras o muy ligeras que no sean biodegradables a la clientela. El decreto no prevé sanciones para aquellos que incumplan las obligaciones.
La ministra de Medio Ambiente, Isabel García Tejerina, ha explicado que la norma diseñada no contempla multas: “Hay un registro de productores y podrán operar los que estén incluidos”, ha dicho. Luego ha añadido: “Se harán controles”.
El real decreto remite en su artículo 10 al régimen sancionador de la ley de Residuos y Suelos Contaminados, ha aclarado más tarde Medio Ambiente. Esa ley se refiere a la recogida diferenciada de residuos, establece objetivos sobre el porcentaje de material que debe prepararse para reutilizar o reciclar y en su disposición adicional segunda establece un “calendario de sustitución de bolsas comerciales de un solo uso de plástico no biodegradable”. La disposición sitúa el año 2018 la “sustitución de la totalidad de estas bolsas” con alguna excepción. “La puesta en el mercado de estas bolsas con posterioridad a la fecha mencionada será sancionada en los términos previstos en el artículo 47.1.b)”.
Esta medida no significa el fin inmediato de las bolsas. Todavía se pueden usar las muy gruesas (de más de 50 micras de peso). El foco principal de la norma son las bolsas con menos material: de menos de 50 micras de peso. A partir de ahora, los comercios están obligados a cobrar por ellas. La idea es que eso disuada al consumidor y emplee bolsas reutilizables. Tras la fase de cobro, estos productos deben desaparecer del circuito comercial. En 2021 las bolsas deben ser de plástico compostable: esto significa que se degrada a la misma velocidad que el material orgánico con el que se mezcla, produciendo dióxido de carbono, materia inorgánica y biomasa.
Las bolsas de más peso podrán seguir utilizándose hasta 2020 cuando deberán tener, al menos un 50% de este plástico considerado biodegradable.
La generación y desperdicio de plástico además de su desecho en el medio se ha convertido en un grave problema ambiental. Tanto que, mientras el Gobierno acaba de trasponer la normativa sobre bolsas, la Comisión Europea ha lanzado una estrategia para convertir en 2030 en reutilizable o reciclable la inmesa cantidad de empaquetado plástico que se utiliza en la UE. La Comisión ha calculado que cada año se produce 25 millones de toneladas de basura plástica. El 80% acaba den las playas. Basura a base de productos, ahora, de difícil reciclaje,