Ya está hecho: el Consejo de Ministros ha aprobado este martes la (polémica) reforma de las oposiciones docentes. El nuevo sistema, que dará ventaja a los actuales interinos frente a los nuevos aspirantes que nunca han ejercido, tiene como objetivo cumplir con Europa y rebajar la temporalidad en el sector al 8% en tres años. La Educación tiene actualmente un 23% de docentes interinos, según el Ministerio de Educación.
El texto aprobado por el Gobierno introduce una modificación respecto a las primeras versiones que se filtraron: seguirá favoreciendo a los interinos, pero un poco menos. La reforma presentada por Educación contempla dos vías de acceso hacia el funcionariado: un concurso-oposición tradicional, aunque modificado respecto a lo que se venía haciendo hasta ahora para primar la experiencia sobre la formación, y un concurso de méritos, abierto a todos pero del que básicamente solo se beneficiarán quienes sean actualmente interinos y que solo se podrá convocar una vez en cada comunidad autónoma.
Pero el Consejo de Estado, que evalúa el encaje legal de los proyectos normativos antes de que se aprueben, pidió un cambio al ministerio: la vía de acceso por concurso de méritos se limitará a “las plazas [estructurales] ocupadas con carácter temporal con anterioridad al 1 de enero de 2016”, según explica Educación. Esto es, las de reposición (fundamentalmente, los docentes que se jubilan) y las de nueva creación tendrán que ofertarse por concurso oposición, creando un doble sistema de acceso que los sindicatos critican. Aunque ambos sistemas están abiertos a todo el mundo, quien no sea interino apenas tiene opciones en el concurso. De hecho, según denuncian los aspirantes sin experiencias, tampoco tienen apenas opciones en el concurso-oposición.
El sistema aprobado este martes es transitorio, en principio previsto para tres años incluyendo este, aunque la mayoría de las comunidades autónomas han evitado implementar la reforma este año, por lo que el grueso de las oposiciones de verano se harán con el sistema antiguo, más equilibrado entre interinos y aspirantes de nuevo cuño. Educación calcula que se ofertarán en total unas 125.000 plazas hasta 2024.
El problema para los colectivos de interinos es que el concurso oposición que ha diseñado el Gobierno –y aprueban los sindicatos– favorece claramente a los actuales interinos, según denuncian plataformas como Docentes por la Justicia. ¿Cómo lo hace? Por la doble vía de rebajar el peso de la formación en la nota final del concurso oposición, de manera que la experiencia acumulada pese más, y suprimiendo el carácter eliminatorio de la primera prueba teórica, que podía dejar por el camino a aspirantes que después, en la fase del concurso, tuvieran más méritos.
El nuevo concurso oposición
En el concurso oposición se reduce a dos el número de pruebas a realizar. Habrá una primera como la actual, en la que el aspirante tendrá que desarrollar un tema de la especialidad por la que se presente, y una segunda en la que tendrá que elaborar y defender una unidad didáctica. La principal novedad de esta parte es que la primera prueba dejará de ser eliminatoria como sucede actualmente y todos los candidatos podrán pasar a la segunda.
Para acceder al posterior concurso de méritos hará falta aprobar esta primera parte (sacar un 5 sobre 10), que tendrá la consideración de un todo y cuya nota no vendrá desglosada. Muchos más aspirantes que ahora pasarán al concurso de méritos, que también se modifica. Con el sistema actual, cada profesor que se presenta puede optar hasta el diez de nota por varios métodos: acumulando puntos por formación, por experiencia docente o por “otros méritos”, con un complejo sistema: la formación otorga hasta cinco puntos, la experiencia siete y los otros méritos uno, de manera que aunque cada aspirante no pueda tener más de un diez sí tiene varias maneras de conseguirlo.
Con la reforma, se rebaja el peso de la formación y se favorece la experiencia. En el cómputo final la formación solo pesará dos puntos, mientras se mantienen siete de la experiencia y uno de “otros méritos”. Para contabilizar los puntos de experiencia se obtendrán 0,7 puntos por año de experiencia en un centro público en la especialidad por la que se presenta el candidato, 0,35 si es de otra especialidad pero también público, 0,15 si trabaja en un centro no público o es de la misma etapa y 0,1 si es de distinta especialidad o etapa. Con este método, solo hay una manera de conseguir el diez: obteniendo el máximo en cada apartado. Antes era posible suplir alguna carencia en formación o experiencia alcanzando el máximo en la otra categoría.
A partir de aquí, la nota final de cada candidato se obtiene ponderando el peso de cada parte. La oposición contará un 60% y el concurso de méritos un 40%.
Respecto al concurso de méritos extraordinario previsto, la puntuación máxima podrá ser de 15 puntos, de los que hasta siete son por experiencia docente, tres por formación académica y cinco por otros méritos, entre los que se incluye haber superado una oposición previamente. Esta distribución de puntos hace que aunque cualquiera se pueda presentar sea prácticamente imposible para un aspirante sin experiencia sacar una plaza.
Ministerio y sindicatos vs aspirantes sin experiencia
El Ministerio sostiene en el texto que “se considera que este diseño, conforme con las previsiones de la Ley 20/2021, de 28 de diciembre, permite una valoración adecuada y equilibrada de las competencias, formación y experiencia docente de las personas aspirantes, con pleno respeto a los principios constitucionales”.
Contaba inicialmente en esta reforma con el aval de los sindicatos –que suelen nutrirse de profesorado, interino o no, más que de aspirantes a serlo–, que sin embargo lamentan ahora la modificación introducida. CCOO explica que los cambios de última hora “pueden poner grandes trabas a la gestión de estos procesos (...). La más relevante podría implicar que, en lugar de que todas plazas de concurso-oposición se rijan por el mismo procedimiento, tal y como se venía haciendo en el proceso de estabilización desde 2018, se deban celebrar dos procesos distintos de concurso-oposición, uno con las plazas de reposición (jubilaciones) y otro con las de la tasa adicional de estabilización”. En una línea similar, UGT lamenta que se generen “dos procedimientos diferentes para ingresar en los mismos cuerpos docentes”.
Muchos aspirantes, en su mayoría de nuevo cuño pero también algunos interinos con experiencia, denuncian por “injusto” el sistema diseñado por Educación. La aspirante María argumentaba sus quejas: “De forma encubierta esto supone regalar las plazas a los interinos. Una persona sin experiencia, como es mi caso, la nota máxima a la que puede aspirar es un 7,2 (según el nuevo sistema) aunque saque un diez en la primera prueba. Pero un interino con diez años de experiencia, aún sacando un cinco en la oposición (el mínimo para acceder al concurso) con poquita formación complementaria que tenga ya quitaría la plaza al opositor más preparado”, ilustra.