Se cumple un año de pandemia de coronavirus y todavía siguen siendo muchas las incógnitas sobre cómo combatirla y cuándo llegará a su fin. Los lectores y lectoras de elDiario.es tuvieron una nueva oportunidad para resolver estas dudas de la mano de la divulgadora Esther Samper, Doctora en Ingeniería Tisular Cardiovascular (Medicina Regenerativa).
Con ella, que publica de forma regular artículos sobre ciencia en elDiario.es, organizamos una sesión de Preguntas y Respuestas en nuestra cuenta de Instagram, donde también responde a aquellos socios y socias de elDiario.es que prefieren hacer llegar sus dudas a través de los comentarios en nuestra web.
¿Es recomendable tomar paracetamol para tratar los efectos adversos de las vacunas?
Hay que aclarar que no todas las personas a las que se les administra una vacuna contra la COVID-19 padecen efectos adversos, hay personas que no los padecen y otros que sí. En algunos casos son muy leves, como un poco de dolor o inflamación en el lugar de la inyección y que es un efecto normal que pasa cuando se administra casi cualquier vacuna. En este sentido, se suele utilizar el paracetamol de 650 mg, que tiene un perfil de seguridad muy bueno. Es analgésico, por lo que alivia el dolor, y también alivia la fiebre si se produjera. Normalmente suele ser el fármaco indicado para aliviar estos síntomas. Si por cualquier razón una persona es alérgica al paracetamol, la alternativa suele ser el ibuprofeno de 400 mg, que además de ser analgésico y antitérmico (contra la fiebre) es también antiinflamatorio. Son fármacos muy seguros, solo que el paracetamol suele tener un poco más de seguridad y por eso es el que se recomienda.
En las guías del Ministerio de Sanidad, por lo menos hasta febrero, se recomendaba que se pudiera administrar paracetamol antes de recibir la vacuna de AstraZeneca. Esta recomendación se hacía tomando como referencia un ensayo clínico que concluyó que usar paracetamol no interfería en la respuesta inmunitaria de la vacuna. En cualquier caso, como muchas personas que reciban la vacuna de AstraZeneca no tendrán efectos adversos, varios médicos –entre los que me incluyo– preferimos la opción de esperar a ver si aparecen estos efectos y de ser así, pautar el paracetamol, que tarda unos 40-60 minutos en hacer efecto, y después administrarlo cada 6-8 horas. Creemos que no es racional consumir paracetamol sin saber si vamos a tener efectos adversos o no.
¿Cuándo volveremos a la normalidad?
Desafortunadamente ni yo ni nadie podemos adivinar el futuro, pero sí que vamos a ir volviendo poco a poco a la normalidad. No va a haber un punto y aparte drástico, va a ser algo gradual. Veremos a lo largo de este año cómo se aligerarán algunas restricciones, también en los viajes, y cómo poco a poco se vuelve a la normalidad.
Es importante en este proceso no confiarnos, sobre todo si las vacunas ya se han aplicado a los colectivos más vulnerables, que no nos olvidemos de las medidas de seguridad y pongamos en riesgo a más personas y se produzcan nuevas olas. Las autoridades tendrán que ser muy cuidadosas a la hora de equilibrar la normalidad y el riesgo de contagio y de brotes. Por eso esta Semana Santa seguiremos teniendo restricciones y habrá que ver en verano qué grado de normalidad tendremos.
Se está evaluando también qué documentos se puede dar a las personas ya vacunadas para garantizar su movilidad. Esto resulta bastante controvertido porque la población vacunada en Europa sigue siendo muy baja y puede ser discriminatorio que unas personas tengan ventaja sobre otras por haber recibido las vacunas.
No sabemos si la normalidad llegará este año o el siguiente, pero ya se va viendo la luz al final del túnel y tenemos razones para ser optimistas.
¿Qué vacuna es la mejor?
Ahora mismo no tenemos los datos para afirmar que una u otra vacuna es mejor. La razón es muy sencilla: cada vacuna se ha evaluado en múltiples ensayos clínicos que se han realizado en países distintos, con condiciones diferentes, características diferentes… Es sencillamente imposible poder comparar su eficacia o seguridad con circunstancias tan distintas. La única forma de hacer una comparativa sería hacer un gran ensayo clínico común en el que se evaluaran todas con las mismas condiciones. No parece que esto vaya a ocurrir en un futuro cercano, así que no podemos decir si una u otra es mejor.
Las mejores vacunas son aquellas que han demostrado seguridad y eficacia, las han autorizado las agencias del medicamento y están disponibles para las personas. Lo más importante es vacunar lo más rápido posible a la población y no divagar sobre cuál puede ser mejor.
¿Por qué no se suministra la vacuna AstraZeneca a los ancianos?
Esto probablemente cambie en cuestión de unos días porque está prevista una reunión para valorar esta indicación. Varios países ya han cambiado esta directriz porque ya hay muchos datos de ensayos clínicos y de la población vacunada en Reino Unido de que esta vacuna es eficaz con la población anciana. Es probable que la vacuna de AstraZeneca también se acabe aplicando en España a personas ancianas. Hasta ahora se restringe a personas por debajo de 55 años por cierta precaución, pero es cuestión de tiempo que esto cambie porque todos los datos apuntan a que tiene buen grado de seguridad y eficacia en el colectivo de mayor edad.
¿Las nuevas variantes pueden escapar a la protección de las vacunas?
Los datos a este respecto todavía son muy reducidos, así que lo que sabemos sobre las variantes puede ir cambiando en las próximas semanas o meses. Hay ahora mismo tres tipos de estudios diferentes sobre esto. Hay investigaciones que lo que hacen es extraer el suero de las personas y ven si los anticuerpos que generan las personas infectadas o vacunadas reaccionan ante las nuevas variantes. Hay también estudios epidemiológicos, que valoran cómo se transmiten las variantes en la población. Y hay investigaciones a nivel celular que estudian los linfocitos T.
Lo que se ha visto en los estudios de sueros es que hay algunas vacunas que tienen una eficacia un poco reducida ante ciertas variantes, pero hay que tener en cuenta que la respuesta inmunitaria es mucho más compleja que esto y no se limita a los anticuerpos. Es lo que se está viendo con los estudios de linfocitos, que muestran que la eficacia de esta parte del sistema inmunitario contra las variantes sigue siendo muy elevada.
De todas formas, aunque todavía faltan muchos datos, todo apunta a que las vacunas son efectivas contra las variantes. En cualquier caso, sería cuestión de semanas o meses que se pudieran generar nuevas vacunas que se adapten a las variantes del coronavirus. En ese sentido, tenemos que realizar un seguimiento para ver cómo actúan estas cepas, también si son más transmisibles, con más mortalidad… Es importante que los países hagan un seguimiento exhaustivo y vigilar por si aparecen nuevas.
Afortunadamente el coronavirus tiene una capacidad de mutar limitada, no es muy rápido comparado con el virus de la gripe, por lo que en ese sentido no nos debería dar muchas sorpresas.
¿La obesidad es un factor de riesgo para la COVID-19?
Es uno de los factores de riesgo más claros. Las personas con obesidad suelen tener problemas respiratorios y estos se complican aún más si la persona padece una COVID-19 grave. Se sabe también que el pronóstico en las personas con obesidad es más sombrío, y si a esto se le une tener una edad avanzada o ser hombre, las complicaciones aumentan.
En países como EEUU, donde un importante porcentaje de la población es obesa, ya están priorizando en algunos estados las vacunas para las personas que tienen un índice de masa corporal superior a 30.
¿Cuáles son los efectos adversos de las vacunas?
En general son equivalentes a las vacunas comercializadas para otras muchas enfermedades infecciosas. Casi todos los efectos adversos son bastante comunes. Son típicos el dolor de cabeza, fiebre, dolor en el lugar de la inyección, fatiga, malestar general… Hay algunas personas que lo describen como “un mal día de resaca” o haber pasado un día de gripe. Estos efectos adversos duran horas o días y se alivian con paracetamol o ibuprofeno, no tienen mayor gravedad.
Sí hay que tener en cuenta que algunas personas pueden sufrir reacciones alérgicas graves, anafilaxia, y en estos casos es muy importante que los que vacunan tengan adrenalina disponible para tratar al momento estos casos, que son muy raros. Se dan en unos 5 casos por cada millón de habitantes.
¿Qué se sabe de la relación de la vacuna de AstraZeneca y la aparición de trombos?
Hay que realizar investigaciones para ver si esta vacuna es responsable de estos eventos. En los ensayos clínicos no se había detectado. Falta más investigación y no se puede decir que estos problemas hayan aparecido por la vacuna de AstraZeneca. La Agencia Europea del Medicamento descarta en estos momentos la relación entre la vacuna de AstraZeneca y los casos de trombos
El regulador europeo, en la línea de lo analizado por el británico, sostiene que “el número de casos tromboembólicos en personas vacunadas no es mayor que el número observado en la población general”, aunque habrá que seguir pendientes de más estudios.
¿Cómo funcionan las vacunas que se están aplicando?
De las tres que tenemos comercializadas actualmente en Europa, dos son de ARN mensajero (Pfizer y Moderna). Es material genético que básicamente dicta las instrucciones a las células humanas para que produzcan la proteína S, conocida popularmente como la que produce los pinchos del coronavirus, y esa proteína va a servir para que nuestro sistema inmunitario responda a ella y si por cualquier razón nos volvemos a exponer al coronavirus, el sistema inmunitario ya estará preparado para reconocerlo como un agente extraño.
En el caso de AstraZeneca es un vector viral que contiene instrucciones genéticas y su principio es prácticamente el mismo. La vacuna de Janssen, la única de una sola dosis, ya se ha aprobado en Europa. También es otro vector viral que hace que las células produzcan la proteína del coronavirus.
¿Pueden vacunarse las embarazadas? ¿Y los niños?
Se está investigando porque en los ensayos clínicos iniciales se había evitado probar la vacuna en estos colectivos por ser potencialmente más vulnerables y esto es general en los ensayos clínicos. En estos momentos se están probando distintos tipos de vacunas para ver su seguridad y eficacia en embarazadas y en niños. Ahora mismo se tiene que valorar caso por caso en las embarazadas si la vacunación está indicada.
En el caso de los niños, como el riesgo de sufrir una COVID-19 grave es bastante bajo, no están señalados como prioritarios para vacunarse. Es probable que cuando se tengan que vacunar ya haya datos fiables de su seguridad en los más pequeños.
¿Cuándo nos pondrán la vacuna? ¿Cómo se diseñarán los siguientes grupos de vacunación?
Se espera que conforme los colectivos más ancianos se vayan vacunando se diseñen los siguientes criterios. Se dijo desde el principio que la estrategia de vacunación sería algo vivo, que se iría adaptando al número de vacunas disponibles. El siguiente grupo de vacunación por definir será el de personas adultas que sufren enfermedades o que son vulnerables a la COVID-19. En España, aproximadamente el 90% de las personas que han fallecido por COVID-19 son personas mayores de 65 años y por eso uno de los criterios principales para priorizar la vacunación de estos grupos fue ese mayor riesgo de muerte.
Las personas más jóvenes sin factores de riesgo, quedan bastantes meses para que podamos recibir la vacuna, aunque parece que se está acelerando la producción, que es el factor limitante. Además de la de Janssen, se espera que aparezcan más vacunas, y todo ello va a contribuir a que se acelere la vacunación. No sabemos si es factible que para el verano el 70% de la población está vacunada, pero en cualquier caso se notan los efectos. La situación en las residencias es muy buena y es una buena noticia que gran parte de las personas más vulnerables estén protegidas contra el coronavirus.
¿Tiene la vacuna de AstraZeneca más efectos secundarios?
Esto es difícil de precisar porque se ha evaluado en poblaciones y condiciones diferentes las distintas vacunas. Sí que parece que es más frecuente que haya efectos adversos, pero en cualquier caso son leves. Es importante tener en cuenta que las personas que ya han pasado la infección, si reciben la primera dosis de la vacuna reaccionan de forma más fuerte que aquellos que no la han pasado. Esto es porque su sistema inmunitario ya está preparado para el coronavirus, y es normal que tengan una respuesta más potente y que se manifieste de forma más obvia. Pasa lo mismo en las personas que reciben la segunda dosis de la vacuna, que hay más probabilidades de sufrir efectos adversos leves. Esto es algo normal y no hay que preocuparse.
En el caso contrario, que una persona no tenga efectos adversos, no quiere decir que la vacuna no haya sido efectiva, es que su sistema inmunitario está trabajando de forma más discreta.