Los ultracatólicos de HazteOir quieren restar proyección pública a su marca. Sus vinculaciones con la organización secreta El Yunque, que mueve sus tentáculos a través de este tipo de colectivos ultraconservadores, le han pasado factura a su imagen, por lo que ha decidido desaparecer como tal y diluirse en la plataforma CitizenGo, una institución creada en 2013 por el mismo HazteOir.
El Yunque es una sociedad secreta surgida en México con la supuesta intención de proteger los valores cristianos. Los tres principios que se inculcan a los miembros se llaman primordialidad (la organización debe anteponerse a todo, incluso la familia o la Iglesia), obediencia (que ha de ser incondicional) y reserva (secreto). Sus miembros se consideran mitad monjes y mitad soldados.
El grupo HazteOir atraviesa una crisis institucional, a pesar de ser uno de los protagonistas en los lanzamientos de campañas homófobas, contra la igualdad de género o los derechos sexuales y reproductivos. La última acción ha sido la celebración el 25 de enero de un seminario online conducido por Richard Cohen, autor de 'Comprender y Sanar la homosexualidad'.
Pero la fuerza del colectivo –y de otros de los sectores ultracatólicos– se ha ido desvaneciendo en los últimos años coincidiendo con la marcha del arzobispo de Madrid, el cardenal Rouco Varela, y la llegada de Carlos Osoro. La primera decisión del actual arzobispo, que clausuró las polémicas “misas de las familias de Colón”, convertidas en un mitin ultraconservador, supuso el primer duro revés para la organización.
Posteriormente, algunos obispos retiraron explícitamente su apoyo a la entidad, sacudida por la pertenencia de algunos de sus responsables a El Yunque, y los principales grupos profamilia se negaron a organizar actos conjuntos con la organización de Ignacio Arsuaga, fundador y dirigente de HazteOir y sobrino de Rodrigo Rato.
Ya sin el apoyo de la jerarquía, las iniciativas del grupo sufrieron un serio retroceso, hasta el punto de hacer ver a sus integrantes la conveniencia de desaparecer del ámbito de actuación español, diluyéndose en otra entidad, con un carácter más europeo, y que pudiera recabar apoyos de los sectores ultracatólicos de Francia, Bélgica, Holanda o Polonia, países con importante presencia de ultraderecha.
CitizenGo fue creada por el propio colectivo en 2013, concebida como “rama europea” del mismo. Se trata de una plataforma digital de “ciudadanos que se reúne con la finalidad de facultar e impulsar su participación en la vida pública”, según sus estatutos. “Queremos defender y promover de una forma útil y efectiva la vida, la familia y la libertad a través de peticiones y acciones online. Trabajamos para que los poderosos respeten la dignidad de la persona y sus derechos”.
Desprenderse de la marca de El Yunque
Ahora la página web www.hazteoir.org redirecciona directamente a www.citizengo.org/hazteoir y, aunque todavía se puede ver el nombre original, parece ser que las campañas que lleven a cabo a partir de ahora estarán firmadas por CitizenGo en un intento de desprenderse de una marca que, para muchos, ha quedado como la marca de El Yunque.
Este paso coincide con la emisión, este viernes, de un programa en La Sexta que se ha dedicado, durante meses, a analizar los lazos entre HazteOir y la sociedad secreta, cuya presencia arrancó en España a finales de los años 90. El reportaje, según miembros de la plataforma, “podría causar un daño irreparable en la reputación de la asociación que ha sido uno de los máximos exponentes en la defensa de la vida y la familia durante los últimos años en España”.
La Iglesia católica ha desautorizado las actividades públicas del colectivo, pero la espalda que le han dado muchos de los obispos choca con aquellos más ultraconservadores (los de San Sebastián, Alcalá y Getafe, y Córdoba), que acuden a los actos y firman los manifiestos de los colectivos de este tipo –Profesionales por la Ética, Centro Tomás Moro, Abogados Cristianos, Más Libres...–.
Al igual que estos grupos, HazteOir tiene una larga trayectoria como adalid del ultracatolicismo español, llegando a conseguir que una veintena de obispos secundara sus manifestaciones en 2005 contra el matrimonio igualitario aprobado por Zapatero.
El pasado año arremetieron contra los restaurantes VIPS y El Corte Inglés, lanzando una campaña de recogida de firmas para pedir que retiraran dos anuncios en los que aparecían parejas de hombres. En el de los grandes almacenes eran los padres de dos menores. “Los niños tienen derecho a un padre y una madre”, afirmaba el grupo en una de las iniciativas. Poco después hicieron lo mismo contra TVE y un capítulo de una serie infantil en el que aparecía una boda entre mujeres.
Pero su actividad más intensa del último año ha estado dirigida a las leyes contra la LGTBfobia aprobadas en diversos parlamentos autonómicos. “Las leyes de adoctrinamiento sexual” es como denomina el grupo a estas normas, tal y como han plasmado en los miles de folletos homófobos que han repartido en colegios públicos y privados de toda España con el objetivo de desautorizarlas.