“Nuestro hogar desaparece bajo la implacable subida del mar”: arranca la mayor causa para la justicia climática
“Nos dicen que somos los líderes del mañana, pero ¿qué futuro tenemos si nuestras islas desaparecen?”. Es Dylan Kava, un joven de Fiji que clama ante los jueces del Tribunal de Justicia Internacional para que pongan límites legales que permitan combatir la emergencia climática. El grito que llega de las pequeñas islas del Pacífico es desesperado: “Nuestro hogar desaparece bajo la implacable subida del mar”.
Los jueces de La Haya comenzarán a escuchar testimonios y argumentos de 98 países y doce organizaciones internacionales a partir de este lunes en la que será la mayor causa para la justicia climática hasta ahora. La ONU decidió pedir por unanimidad al tribunal que emitiera una opinión sobre las obligaciones de los Estados con respecto al cambio climático. La resolución, que no será vinculante, pero sí tendrá relevancia desde el punto de vista político, busca establecer bases legales para la justicia climática.
El proceso comenzó a miles de kilómetros, en las recónditas islas del Pacífico, a partir de la organización del movimiento estudiantil contra la “devastación de su paraíso”. En marzo de 2019, 27 estudiantes de Derecho de ocho de esos países insulares lanzaron una campaña para convencer a los gobiernos del Foro de las Islas del Pacífico para que llevaran la destrucción que están sufriendo hasta el Tribunal Internacional de Justicia. Ahora la organización de Estudiantes de las Islas del Pacifico contra el cambio climático tiene miembros de todos los niveles educativos (desde las escuelas hasta posgraduados) y representación en todas las islas del Pacífico.
Su causa la enarbola el Gobierno de Vanuatu, una de esas pequeñas islas, situada a 1.750 kilómetros de Australia. Con 334.000 habitantes, es una de las principales víctimas del cambio climático, a pesar de que sólo emite el 0,02% de los gases de efecto invernadero. Ciclones, tormentas y la subida del agua del mar pone en peligro al 64% de esa isla. Fue Vanuatu quien llevó el asunto a la ONU.
"Esperamos un marco para hacer responsables a aquellos que con sus emisiones han causado la crisis climática en la nos encontramos"
“Necesitamos acción decidida”, ha dicho Ralph Regenvanu, el enviado especial para el Cambio Climático de esta nación del Pacífico, en la ceremonia que las organizaciones sociales han celebrado en La Haya la víspera de que arranquen las vistas, que se prolongarán hasta el próximo 13 de diciembre. “A través del Tribunal, no sólo esperamos una interpretación legal sino un marco para hacer responsables a aquellos que con sus emisiones han causado la crisis climática en la nos encontramos hoy”, ha defendido Regenvanu.
Un aviso a los responsables de las emisiones
Los jueces emitirán una opinión dentro de unos meses a partir de la causa en la que participarán países desde Vanuatu hasta Estados Unidos, pasando por China, Rusia, Arabia Saudí o Brasil, entre otras decenas, entre las que se encuentra España. La preocupación de las organizaciones sociales es que los gobiernos de los estados más contaminantes se opongan a un dictamen ambicioso del tribunal, que es lo que esperan los impulsores y el propio secretario general de la ONU, António Guterres: “Los que menos contribuyeron a la crisis climática ya se enfrentan a un clima infernal y aguas elevadas. Para algunos países, las amenazas climáticas son una sentencia de muerte”.
La opinión que emita el Tribunal de Justicia Internacional será un espaldarazo de cara a las negociaciones que cada vez se ponen más cuesta arriba, como se vio en la COP29 de Baku, donde se llegó a un acuerdo mínimo de financiación: los países ricos pagarán 300.000 millones de dólares anuales al mundo en desarrollo para costear la acción climática a partir de 2035. Es insuficiente para aquellos que ya ven amenazada su tierra, sus comunidades y “la supervivencia de sus culturas”, como recordó Vishal Prasad, director de la organización de los Estudiantes de las Islas del Pacífico contra el Cambio Climático.
Los primeros pronunciamientos
La resolución de La Haya será, además, determinante para la justicia climática, que está empezando a tener los primeros pronunciamientos para acordonar a los responsables de la emergencia. En los últimos años, el número de causas climáticas se ha duplicado en todo el mundo.
El Tribunal Internacional del Derecho del Mar resolvió en mayo de este año que las emisiones de gases de efecto invernadero a la atmósfera constituyen una contaminación del medio marino y que los Estados tienen la obligación legal de tomar todas las medidas para prevenir, reducir y controlar su impacto, incluso al ir más allá de instrumentos como la convención de la ONU sobre cambio climático o el Acuerdo de París.
La gran victoria se produjo en Estrasburgo: el Tribunal Europeo de Derechos Humanos concluyó en un fallo pionero que el cambio climático viola los derechos fundamentales. La causa -contra Suiza- la impulsaron un grupo de mujeres mayores, agrupadas en la asociación Verein KlimaSeniorinnen, que denunciaron las consecuencias que tienen para su salud las olas de calor “cada vez más frecuentes e intensas”. Los jueces europeos consideraron que el país incumplió sus obligaciones y fallaron que se había vulnerado dll derecho al respeto de la vida privada y familiar. “Nos nos rendiremos”, ha prometido Pia Hollestein, una de sus representantes, presente en el acto de La Haya. Y es que la lucha contra el cambio climático es global.
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