Durante los últimos meses diversos colectivos científicos y sociales se han pronunciado en contra de la consideración de los productos homeopáticos como medicamentos. Varias sociedades científicas farmacéuticas, la Organización Médica Colegial o la Real Academia de Medicina, se han posicionado en contra de unos productos que, a pesar de ser reconocidos legalmente como medicamentos, no han sido capaces de demostrar eficacia.
La última institución en pronunciarse ha sido la Real Academia Nacional de Farmacia (RANF), que publicó en junio un informe en el que aseguraba que los productos homeopáticos no solo no han demostrado eficacia, sino que “pueden poner en riesgo la salud”. Hablamos con uno de los ponentes de este informe, el catedrático de Farmacia y Tecnología Farmacéutica en la Universidad de Salamanca, Alfonso Domínguez-Gil. Este farmacéutico es referente nacional en los campos de la biofarmacia y farmacocinética y es académico de número de la RANF.
Grupos y asociaciones llevan años protestando porque la homeopatía se beneficia de una legislación especial que le permite comercializar sin demostrar eficacia. ¿Por qué se ha pronunciado ahora la RANF?
La idea de elaborar el informe surgió dentro de la comisión de farmacología y farmacoterapia de la Real Academia. Fue en una de la reuniones que celebramos cada cierto tiempo y en las que discutimos temas de actualidad. En esta en concreto surgió el tema de la homeopatía y cómo distintos colectivos se habían posicionado contra los medicamentos homeopáticos, pero echábamos de menos que hubiera más argumentos científicos. Entonces surgió la idea de realizar un informe. Fue un trabajo de varios meses, que fue revisado por todos los académicos y cuyas conclusiones son muy claras y contundentes.
Que la homeopatía no es eficaz.
Efectivamente, el informe concluye que los efectos de los medicamentos homeopáticos no se diferencian de los placebos, algo que está ampliamente demostrado y corroborado en la literatura científica. Lamentablemente, hoy en día no hay ninguna demostración de eficacia de los productos homeopáticos.
Los homeópatas publican muchos artículos en revistas especializadas en homeopatía. ¿Han analizado también esos estudios para el informe?
Sí, eso está descrito al final del documento y lo consideramos importante porque la inmensa mayoría de las opiniones que habíamos visto no incluían los resultados de los estudios publicados en estas revistas. También hemos analizado los estudios publicados en revistas de prestigio como The Lancet o el British Medical Journal, así como en revistas de especialidades médicas. Lo que hemos hecho ha sido realizar un análisis pormenorizado de todos los ensayos clínicos realizados con medicamentos homeopáticos.
Pero hay homeópatas que dicen que los ensayos clínicos que se utilizan en la medicina convencional no son válidos para determinar la eficacia de la homeopatía.
Esta afirmación resulta sorprendente, porque todos los estudios realizados por médicos homeópatas y que se publican en revistas de homeopatía utilizan ensayos clínicos, que son el patrón oro de la demostración de la eficacia de un medicamento. La realidad es que han tenido 200 años para demostrar eficacia y no lo han conseguido.
El hecho de que haya médicos y farmacéuticos que defienden la homeopatía puede dar la sensación de que existe un debate científico al respecto. ¿Hay tal debate?
El tema es bastante complejo, porque la homeopatía está muy extendida entre la población. Este es el motivo por el que es tan difícil discutir sobre esta cuestión, pero que algo tenga apoyo popular, o incluso apoyo entre algunos miembros de la comunidad médica, no quiere decir que esté respaldado por hechos científicos. Además, a esto hay que añadir que la legislación europea le da a los productos homeopáticos la categoría legal de medicamento, lo cual termina generando más confusión entre la población.
¿Cree que no deberían ser reconocidos como medicamentos?
La RANF en su informe no entra a valorar las cuestiones legales, eso es un problema de la Administración. Pero es cierto que no entendemos cómo puede haber medicamentos aprobados sin indicación terapéutica. Esto es incompatible con el conocimiento científico que tenemos hoy en día. Sabemos que el origen de las distintas enfermedades es diferente y que su respuesta ante los tratamientos también lo es, por lo tanto, no es posible que un medicamento no tenga indicación terapéutica. Esto es una anormalidad que es difícil de entender.
Además, yo entiendo que un medicamento para ser reconocido como tal debe demostrar sus propiedades terapéuticas y, atendiendo a las evidencias y a los estudios realizados, los medicamentos homeopáticos no lo han hecho. Creo que estamos ante una regulación claramente irregular.
El informe no solo dice que los medicamentos homeopáticos no han demostrado su eficacia, sino que también “pueden poner en riesgo la salud”. ¿Por qué?
Sí, la homeopatía puede ser perjudicial para la salud. El riesgo más importante es que algunos pacientes terminan utilizando exclusivamente medicamentos homeopáticos, en lugar de medicamentos convencionales que sí han demostrado su eficacia a través de la investigación clínica. Recientemente se ha dado un caso en Italia con el fallecimiento de un niño por una otitis. Los padres le trataron con homeopatía, en lugar de darle antibióticos, y el niño terminó desarrollando una encefalitis y falleció.
Pero eso ha sido un caso aislado.
Está claro, pero sirve muy bien para ilustrar el problema. Los padres ya le habían tratado con medicamentos homeopáticos varias otitis anteriores, lo que no sabían es que el 97% de los casos de otitis se curan solos. Por eso mucha gente que haya utilizado un medicamento homeopático puede creer que se curó por ese medicamento, cuando no es así.
A diferencia de la Organización Médica Colegial, el Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos no ha tomado partido en el debate, pero en su página web asegura que los productos homeopáticos curan. ¿Qué le parece su postura?
Personalmente creo que es tremendo. Su posición es realmente muy difícil de mantener y creo que puede estar condicionada por la presión de la Asociación de Farmacéuticos Homeópatas, que forma parte del consejo.
Hay quien considera que son las demás instituciones, como la propia RANF, las que reciben presiones para atacar la homeopatía.
A mí me han acusado varias veces de estar pagado por la industria farmacéutica, cuando eso no es cierto. Acepté ser ponente de este informe a petición de mis compañeros de profesión, si no, no lo hubiera hecho y puedo asegurar que el informe es absolutamente independiente y no está auspiciado por nadie, sino que surgió como una necesidad de aportar información técnica al debate.
Además, resulta curioso que la inmensa mayoría de las asociaciones que se han pronunciado en contra de la homeopatía no ejercen actividad mercantil alguna, mientras que muchos de los médicos y farmacéuticos relacionados con la homeopatía sí tienen tiene un interés comercial y por lo tanto están condicionados por sus beneficios personales.