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La Iglesia utilizó la ley Aznar para poner a su nombre al menos 30 catedrales que pertenecían al Estado desde 1931

Cuentan los Evangelios que Judas traicionó a Jesús por 30 monedas de plata. 30 monedas, en este caso de euro, son el único coste que, entre 1998 y 2015, tuvieron los obispos de una treintena de diócesis para inmatricular a su nombre algunas de las catedrales españolas más importantes que, desde hacía décadas habían pasado a formar parte del Tesoro Artístico Nacional. La reforma de la ley hipotecaria del Gobierno Aznar vino a ser una suerte de compensación a la incorporación de dichos bienes al patrimonio general llevado a cabo por el Gobierno republicano de Niceto Alcalá Zamora en 1931.

Pese a todo, dichos bienes –catedrales, museos y bienes de interés cultural– que algunas fuentes estiman en 4.500 sólo en el período 1998-2015, pero que podrían resultar diez veces más si contamos desde la aplicación de la franquista Ley Hipotecaria de 1946, continúan contando con fondos públicos.

Así, las distintas administraciones financian la restauración de dichos templos o su iluminación, en virtud de su condición de bienes de interés cultural. Sin embargo, los pingües beneficios derivados tanto de su uso litúrgico (mediante limosnas, estipendios de misas, etc...) como de su explotación turística –la Seo de Zaragoza, la Giralda de Sevilla o la Mezquita de Córdoba (inmatriculada ya en 2006) son tres de los lugares más visitados de España–, sólo tienen un destinatario: la Iglesia católica, que además se beneficia de las múltiples exenciones fiscales derivadas de los acuerdos entre el Estado español y la Santa Sede.

No están todos los que son (el listado completo que el Ejecutivo de Rajoy ha solicitado al Colegio de Registradores todavía se hace esperar), pero ésta es una suerte de ránking de los principales templos expoliados por la Iglesia con el beneplácito de los sucesivos Gobiernos:

Catedral de Valladolid

La diócesis de Valladolid llegó a inmatricular 16 propiedades, todas ellas sin escritura reconocida. Entre ellas, la catedral, que entró en el registro de la propiedad de la capital pucelana el 23 de marzo de 2007. Ya figuraba en el catastro a nombre del Arzobispado, con lo que únicamente se precisó que el canciller-secretario firmara un certificado y lo trasladara tanto a Hacienda como al registro.

La catedral y la Giralda de Sevilla

Ambos inmuebles, que forman un todo en el centro de la capital hispalense, fueron inmatriculados por la Iglesia católica en 2010. ¿El coste? El mismo que en Córdoba, 30 euros. Siete años después, la Giralda recibe anualmente a un millón de visitantes, con unos ingresos que superan los 9 millones de euros al año, 63 millones desde su inmatriculación. Todos ellos con un único beneficiario (y exento de impuestos): la Iglesia.

La catedral del Buen Pastor de Donostia

En 2012, el siempre polémico obispo donostiarra, José Ignacio Munilla, formalizó la petición de inmatricular la catedral del Buen Pastor. Un caso atípico, pues el terreno en el que se edifica el templo pertenecía al Ayuntamiento de Donostia, que en 1887 firmó un acuerdo por el que cedía el suelo, con el compromiso de que, si la Iglesia abandonaba su uso, volvería a ser propiedad del Consistorio. Sin embargo, hace cinco años, con la inmatriculación, tanto el templo como el terreno pasaron a manos de la diócesis.

Zaragoza

El caso de Zaragoza es el único de una gran ciudad en la que el Gobierno municipal (Zaragoza en Común) ha presentado una demanda judicial para reclamar la titularidad pública tanto de la catedral de La Seo como de la iglesia de la Magdalena. Ambos templos, inscritos a nombre de la Iglesia mientras la Comunidad de Aragón financiaba su rehabilitación, están en disputa, por más que, según el Registro, el edificio pertenezca al Arzobispado “desde tiempo desconocido”, pese a reconocer que carece de “título de dominio inscrito o inscribible”.

Catedral de Granada

La diócesis que hace unos meses ha vivido el escándalo del caso Romanones inscribió el 1 de junio de 2015 el conjunto artístico de la Catedral, la Capilla Real y el Sagrario, el lugar (después de La Alhambra) más visitado de la ciudad.

Según denuncia Europa Laica, la inmatriculación se llevó a cabo en el último momento, y después de que varios ciudadanos certificaran que el templo no aparecía en el registro. De hecho, el Arzobispado trató de inmatricular también la basílica de la Virgen de las Angustias, pero el plazo ya había concluido para entonces.

Catedral de Jaca

Es uno de los edificios más relevantes del románico español, declarado Bien de Interés Cultural en 1985. La diócesis tramitó su inmatriculación vía registro en junio de 2015, poco antes de que concluyera el plazo dado por los gobiernos del PP.

Catedral de Málaga

El Obispado de Málaga inscribió a su nombre la Catedral y su entorno más inmediato en febrero de 2011. En la nota registral se precisa que la seo fue “adquirida por inmatriculación” (figura prevista para bienes sobre los que no constaba titular con anterioridad) en virtud de un certificado administrativo autorizado por el Ayuntamiento de Málaga, que no puso pega alguna a las pretensiones de la diócesis.