Todos los focos vuelven a apuntar a la Comunidad de Madrid por el importante incremento de contagios de coronavirus, que la sitúa de nuevo a la cabeza en la segunda oleada que está experimentando España y que preocupa no solo al Gobierno de Pedro Sánchez sino también a las provincias colindantes. El temor es que el repunte en la región –que se ha disparado a la mayor tasa de incidencia con 235 positivos por cada 100.000 habitantes en la última semana y con 698 casos en 24 horas– acabe extendiéndose de nuevo a los territorios más cercanos a la capital. Ante esa situación, el ministro de Sanidad, Salvador Illa, ha citado a los consejeros de la Comunidad de Madrid, Castilla y León y Castilla-La Mancha a una reunión este miércoles para intentar atajar el problema cuanto antes, según confirman algunos asistentes. En el encuentro participarán tanto el ministro como personas del equipo de Salud Pública y del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias que dirige Fernando Simón. El ministerio no la ha incluido en la agenda pública de Illa, resta importancia a la cita y lo rebaja a un mero “encuentro técnico”.
A pesar de las acusaciones de la presidenta de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, que lleva varios días acusando al Gobierno y a los técnicos del Ministerio de ensañarse con la Comunidad por constatar que es allí donde está ahora lo peor de la pandemia, Sanidad mide cada una de las declaraciones públicas de sus representantes para no estigmatizar ni atacar a ninguna comunidad autónoma por su situación epidemiológica, ni entra abiertamente en enfrentamientos a pesar de que en numerosas ocasiones en los últimos meses hubo disparidades de criterio entre el Gobierno central y los autonómicos.
La preocupación por que el descontrol de Madrid pueda extenderse a las regiones limítrofes obliga a convocar esta cita. Desde el inicio de la pandemia, la fuerte incidencia de la pandemia en Madrid mantuvo en alerta a las comunidades vecinas, que se vieron afectadas en buena medida por su cercanía a la capital. Ya en la primera ola, las comunidades más golpeadas por la COVID-19 fueron Madrid y 'las Castillas'. Se vio en el número de muertes, pero también en el estudio de seroprevalencia del Ministerio de Sanidad: más del 10% de los habitantes de Madrid, Segovia, Toledo, Cuenca, Soria y Guadalajara tenían anticuerpos, es decir, habían pasado la enfermedad entre febrero y mayo, un porcentaje muy superior a la media nacional del 5%. Los epidemiólogos asumen que las tasas de transmisión del virus en Madrid influyeron en la situación de esas provincias. Daniel López Acuña, exdirector de Acción Sanitaria de la OMS y profesor de la Escuela Andaluza de Salud Pública, explica que en esos momentos la lectura fue que “el trasiego intenso de personas” por cercanía y por motivos laborales hizo que “en gran medida los contagios se extendiesen” entre esos territorios, sobre todo antes del confinamiento general.
“Es importante frenarlo a tiempo”
Sería lo que llama “un efecto de difusión osmótica”, es decir, desde un foco con mucha incidencia el virus se fue esparciendo. “Es importante frenarlo a tiempo” cuando eso se observa, comenta López Acuña. Considera “difícil saber cuánto está influyendo ahora mismo exactamente” de nuevo en esta segunda ola, “habría que estudiar los movimientos de casos autóctonos detectados y cuántos han tenido contacto con personas de Madrid o han ido a Madrid”. Pero por ahora, celebra que las administraciones de lugares como Valladolid y Salamanca, que han vuelto a unas medidas equiparables a las de la fase 1 de desescalada, “estén reaccionando rápido. Justo lo que debería hacer Madrid”.
Con el objetivo de coordinar y atajar cuanto antes la posible transmisión entre esas zonas, Sanidad ha convocado a los tres gobiernos autonómicos. No obstante, los gobiernos de Castilla y León y Castilla–La Mancha evitan señalar públicamente a la Comunidad de Madrid y aseguran que no han pedido ninguna medida para restringir la movilidad.
En diferentes comparecencias, los líderes de Castilla y León han evitado pronunciarse sobre si son necesarias medidas más restrictivas en Madrid o una limitación de movilidad con la capital en esta segunda ola de la epidemia de COVID-19. Fuentes de la Junta de Castilla y León, aseguran que la Comunidad no ha solicitado a Sanidad “ninguna medida” en relación a limitar la movilidad o sobre aplicar mayores restricciones con Madrid. Sin embargo, sí confirman que este miércoles hay prevista una reunión interterritorial, aunque no precisan qué Comunidades formarán parte de ella.
La cercanía entre algunas provincias de la Comunidad con Madrid sí ha presentado algunos quebraderos de cabeza para el Gobierno autonómico, especialmente durante la etapa de desescalada. Durante los meses de mayo y junio, la consejera de Sanidad, Verónica Casado, llegó a comentar que le producía “terror” el hecho de que Madrid avanzase demasiado rápido, y aportó datos que respaldaban que la movilidad entre la capital y algunos territorios castellanos habían contribuido a la incidencia de la enfermedad en ellos.
De hecho, un preestudio llevado a cabo por la Comunidad y citado por Casado en una rueda de prensa, llegó a cifrar en un 68% la afectación que la movilidad interprovincial y centrífuga con Madrid podría tener sobre la incidencia en la mortalidad y la seroprevalencia en toda la Comunidad, un fenómeno que la responsable de Sanidad de esta comunidad calificó como “siembra centrífuga” desde Madrid a otras provincias.
También la tercera oleada del estudio de seroprevalencia llevado a cabo en julio, confirmó que Soria y Segovia eran las provincias con mayor incidencia del virus y señalaba que la “agrupación central de provincias con prevalencias iguales o próximas al 10%” estaban en el entorno de Madrid. En la provincia de Soria, el 14,4% de los ciudadanos habían desarrollado anticuerpos; en Segovia,12,4%, ambas muy por encima de la media de la Comunidad autónoma, que se situaba en el 7,5%.
No tanto el miedo a la cercanía con Madrid sino unos datos peores que la media de la Comunidad provocó que el plan para la desescalada, que se inició en Castilla y León por zonas básicas de salud y finalmente por provincias enteras, se produjese a dos velocidades. Primero avanzaron las provincias más alejadas de Madrid y después las limítrofes.
A principios de julio, Salamanca, Ávila, Segovia y Soria (tres de ellas colindantes con Madrid) fueron las únicas provincias de Castilla y León permanecieron en fase 2 mientras el resto avanzaban a la tres. Al respecto, la consejera de Sanidad apuntó que no era tanto una cuestión geográfica, como que la incidencia acumulada en estos territorios, especialmente Soria y Segovia “fueron el epicentro del virus” en la Comunidad. Un virus “que llegó a nuestra Comunidad de forma desigual precisamente por la relación con Madrid”.
En el ámbito local, los alcaldes de Segovia y Soria mantuvieron una posición distinta sobre la influencia de la capital con los contagios en sus territorios. La regidora segoviana, Clara Luquero, llegó a manifestar al inicio de la desescalada que prefería que Madrid avanzase más despacio. “A mí me gustaría la prudencia de que Madrid permaneciese también en la fase 0. Todos estamos pensando en reactivar nuestra economía, pero lo primero en lo que tenemos que pensar todos es en la salud de nuestros ciudadanos”, sentenció en TVE. El alcalde de Soria, Carlos Martínez, rechazó, sin embargo, la relación entre cercanía e incidencia. “No es entendible la cercanía con Madrid. Es más claro y transparente poner encima de la mesa que es la evolución de la pandemia”, explicó en junio.
Mientras se deciden o no nuevas limitaciones por parte del Ministerio de Sanidad, Castilla y León continúa endureciendo sus restricciones de manera selectiva. Este martes, la Junta anunció que Valladolid y Salamanca tendrán “prácticamente” las mismas medidas que en la fase 1 de la desescalada, debido a la alta incidencia registradas de hasta 56,7 positivos por cada 10.000 habitantes. Desde las 00.000, en estas dos ciudades se limita la participación en velatorios y entierros a un máximo de 15 personas al aire libre y 10 en espacios cerrados. También ven reducido el máximo de participantes en bodas y celebraciones a un máximo 50 personas al aire libre y de 25 en espacios cerrados. En la hostelería no se podrá consumir en el interior de los locales salvo en la mesa y se prohíbe el consumo en las barras.
“Constatamos los datos”
En Castilla-La Mancha, el presidente, Emiliano García-Page, no ha dudado en apuntar a la Comunidad de Madrid en varias ocasiones. A principios de mayo, durante el estado de alarma, señaló a esta región en varias ocasiones y llegó a recalcar que “el gran foco, inmensamente grande de expansión del virus” en territorio castellanomanchego había sido Madrid. “No queremos echar la culpa a nadie”, añadió después, pero habló incluso del momento “clave” de expansión del coronavirus hacia Castilla-La Mancha: cuando el Gobierno madrileño “decidió decir a los cuatro vientos que se cerraban los colegios”. Ese día “se vinieron miles y miles de personas a segundas residencias a Castilla-La Mancha y diría que han seguido llegando”.
“Se multiplicó de tal manera el contagio en Castilla-La Mancha, que pasamos de ser una comunidad casi libre de coronavirus a multiplicarse los casos y paralelamente en Castilla y León, en provincia como Segovia o Ávila”. Según el presidente regional, Castilla-La Mancha multiplicó por cinco el número de contagios cuando Madrid cerró sus centros escolares, sin el permiso del Ministerio de Sanidad. “Pasamos de 41 casos a 5.637 en solo esos días”.
Otras fuentes del Ejecutivo regional también admitían posteriormente, en junio, la necesidad de ‘apurar’ la desescalada: lo que más preocupaba en esta región era el importante trasvase de gente con Madrid, la comunidad más golpeada por la pandemia. Controlarlo era la “prioridad y principal preocupación”, y por eso anunciaron que esta región pediría que no se pudiese hacer hasta el 21 de junio, como mínimo.
Y es que desde el Gobierno castellanomanchego la movilidad con Madrid ha sido y es fundamental. Durante semanas esgrimió un informe del Instituto de Física Interdisciplinar del CSIC y de la empresa de 'big data' Kido Dinamics en el que se constataba que la movilidad de cada provincia con Madrid fue determinante en la propagación y mortalidad por coronavirus, sobre todo en provincias limítrofes con esta comunidad autónoma.
El discurso ahora no ha tomado el cariz de señalar explícitamente al Gobierno de Isabel Díaz Ayuso, pero apunta maneras. El presidente de Castilla-La Mancha no ha vuelto a referirse de manera tan directa a la cuestión, pero sí lo dejó caer hace una semana el consejero de Sanidad, Jesús Fernández Sanz: la Comunidad de Madrid, como entonces, sigue siendo “la comunidad vecina que más casos nos está reportando”. El consejero quiso dejar claro que “no es culpa de nadie” ya que la movilidad es libre pese a las restricciones, pero aportó como prueba el hecho de que se hayan multiplicado por seis las recetas expedidas a madrileños por parte de los servicios sanitarios castellanomanchegos.
Fuentes del Gobierno regional explican a elDiarioclm.es que actualmente no acusan a Madrid. “Simplemente constatamos los datos de que muchos de los brotes que hemos tenido en julio y agosto en Castilla-La Mancha tienen su origen en ciudadanos de Madrid que han venido a localidades nuestras a descansar unos días”. De hecho, afirman que no ha habido ningún contacto del Ejecutivo autonómico ni con Moncloa ni con el Gobierno madrileño para pedir que haya restricciones de movilidad.
Mientras tanto, los datos hablan por sí solos. La provincia de Toledo es actualmente la más afectada en esta comunidad autónoma. En los últimos días ha registrado la mitad de los contagios con COVID de toda la comunidad autónoma. Hay una decena de pueblos con restricciones adicionales a las que establece el decreto autonómico del cierre del ocio nocturno. Entre ellas está Toledo ciudad y municipios de la comarca de La Sagra, colindantes o muy cercanos a Madrid, como Illescas, Yuncos o Seseña. La otra provincia limítrofe es Guadalajara: aquí mantienen medidas adicionales Azuqueca de Henares y Marchamalo. Es más, el consejero de Sanidad afirmó esta misma semana que la autoridad sanitaria estaba analizando muy de cerca los datos de la ciudad de Guadalajara por si debían establecerse restricciones.
El Gobierno, que este mismo lunes pidió un cambio en el clima político para que el país afronte unido el combate del virus y la tarea de reconstrucción con unos nuevos Presupuestos, trata de evitar cualquier roce con las comunidades autónomas. Este martes, Pedro Sánchez ha terminado por reconocer que le inquieta especialmente lo que está pasando en la Comunidad de Madrid, uno de los territorios que presentan la peor evolución en toda Europa. “Nos preocupa el estado de salud pública y la evolución de la epidemia en Madrid”, sentenció el presidente este martes en una entrevista en la Cadena Ser en la que evitó entrar en la confrontación directa con Isabel Díaz Ayuso, pero admitió que las “capacidades estratégicas tienen que mejorar”.
Sánchez respondía así a la queja manifestada por la presidenta de la Comunidad de Madrid, que se ha convertido en uno de los principales acicates contra su gestión, por lo que denominó un “ensañamiento” del Gobierno contra la región porque el director del Centro de Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón, reconoció que es la que peores datos acumula en las últimas fechas. “Una gran parte de los diagnósticos y los fallecidos se deben a los datos de la Comunidad de Madrid”, fue la afirmación en el análisis de los datos que realiza el doctor semanalmente que contrarió a la presidenta conservadora.
Simón se mostró “preocupado” por Madrid, ya que los indicadores de la región que gobierna Isabel Díaz Ayuso no han dejado de empeorar en las últimas semanas. El portavoz de Sanidad destacó la movilidad de Madrid como peligro latente de diseminación de la enfermedad, sobre todo en el contexto de la vuelta a las aulas y a la actividad empresarial. Muchos de los primeros contagios en algunas comunidades autónomas tuvieron que ver con estudiantes que estaban en Madrid y volvieron a sus casas al cerrarse las universidades. Y los epidemiólogos temen que ahora pueda pasar lo mismo con la circulación de personas por estudios o negocios entre diferentes puntos de España y la capital, que en este momento tiene una transmisión comunitaria del virus muy alta respecto de otras zonas.
Pero en Moncloa aseguran que no solo inquieta al Gobierno la situación epidemiológica en Madrid sino que afecta también a las regiones vecinas. “Hay comunidades limítrofes que igual les preocupa la situación al interior de su territorio como el que se está produciendo dos kilómetros más allá porque ahí la circulación puede perjudicar también esa situación”, expresó la portavoz, María Jesús Montero, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros. Aunque no se refirió específicamente a la Comunidad de Madrid, admitió a continuación que “hay reuniones programadas con más intensidad sobre aquellas comunidades donde hay mayor preocupación”.
Montero aprovechó, además, para reclamar a los gobiernos autonómicos que cumplan “a rajatabla los compromisos que se adquieren en las conferencias de presidentes y en las reuniones de los consejos interterritoriales”. “Del cumplimiento de esos compromisos depende la capacidad del resto de comunidades para poder llevar a cabo su capacidad de control”, apostilló.
Con información de Belén Remacha