El impulso a los combustibles fósiles por la guerra de Ucrania bloquea la Cumbre del Clima

Raúl Rejón

16 de noviembre de 2022 22:21 h

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Hay un elefante, fósil, en la habitación de la COP27. Llama la atención el retraso que acumula la Cumbre del Clima de Egipto que este miércoles se adentraba en su décima jornada sin haber producido un borrador de decisión final. Los observadores en Sharm el Seikh coinciden en las dificultades para nombrar en los documentos los combustibles fósiles y concretar cómo deberían pagar los países desarrollados los daños que la crisis climática causa a los empobrecidos.

El año pasado a estas alturas de COP ya había brotado un texto que pedía, por primera vez, acabar con las subvenciones públicas al petróleo, el gas y el carbón. Luego se aguó ese punto, pero ahí estaba. En la COP27, el enviado especial del Gobierno egipcio, Wael Aboulmagd, ha tenido que lidiar este miércoles con el hecho de que en su lista de puntos importantes no asomen las palabras combustibles fósiles.

Son esos combustibles, en forma de petróleo, gas y carbón, las principales fuentes de gases de efecto invernadero que la actividad humana lanza a la atmósfera: la causa del calentamiento global.

“Es la lista más equilibrada que pudimos elaborar oyendo a todas las partes”, se ha justificado Aboulmagd. “Muchos países no quieren que se repita la experiencia de la COP26 de Glasgow”, cuenta desde Egipto el encargado de cambio climático de SEO, David Howell quien admite que es “una fuente de tensión en las conversaciones”.

A las 5.30 de este jueves, la presidencia de la COP ha publicado una nueva lista de puntos de negociación que casi copia la mención del acuerdo final de Glasgow sobre la salida progresiva del carbón y el abandono de las “ayudas económicas ineficientes” a los combustibles fósiles. Ese punto solo cambia el verbo aplicado en 2021, que era, “invoca a las partes a...” y por “alienta a las partes a...”.

Cada vez más países africanos reclaman su derecho a explotar sus reservas como elemento en su crecimiento económico

Howell considera que es “crucial reconocer la necesidad de sustituir los combustibles fósiles, de reducir su uso rápidamente en los próximos años y acabar con las subvenciones asociadas”. Pero si en la COP de Glasgow, India abanderó la oposición a terminar con las ayudas al carbón, este año se le añade la multiplicación de contratos, acuerdos y proyectos para comprar y producir gas tras la crisis energética desencadenada por la invasión rusa en Ucrania.

Solo entre el 31 de octubre, poco antes de empezar la COP, y este martes, se han conocido 13 acuerdos de distinto tipo y que abarcan todo el globo. Desde el acuerdo entre EEUU y Gran Bretaña para suministro de gas, el compromiso de Emiratos Árabes Unidos para vender gas a India, el memorando entre China y Turkmenistán para colaborar, también, en materia gasista o el acuerdo de la francesa Total para iniciar exploraciones de este hidrocarburo en Líbano.

Además, Alemania y EEUU han dicho que financiarán energía renovable en Egipto para....liberar 2.000 millones de metros cúbicos de gas para la exportación. En este sentido, Egipto ya había acordado vender a Europa el 15% de su producción, pero durante la COP, se ha conocido que el Gobierno ha racionado su uso a cambio de alimentar sus plantas eléctricas con mazut: un combustible pesado de mala calidad y altamente contaminante, según ha revelado Climate Change News.

Nigeria, Mauritania, Tanzania o Argelia han anunciado en este periodo acuerdos de exportación o exploración de gas. “Cada vez más países africanos reclaman su derecho a explotar sus reservas como elemento en su crecimiento económico”, cuenta David Howell. La mayoría de esos acuerdos tienen a países del norte global en la firma en lo que la experta en gas de Ecologistas, Marina Gros, ha llamado “una colonización energética. Una carrera entre países, sobre todo europeos, para gasificar África”.

Un último detalle en esta contradicción: la empresa alemana RWE ha comenzado a desmantelar un parque eólico en el país centroeuropeo para poder ampliar una mina de carbón de lignito. Sus representantes han admitido que “esto parece paradójico, pero así es como están las cosas”. RWE planea reactivar tres centrales térmicas de carbón para generar electricidad. Con todo, la empresa insiste en que abandonará el carbón en 2030.

“La presidencia va muy tarde y nos tememos que haya patadas adelante, es decir, procrastinar decisiones”, cuenta desde la COP el responsable de cambio climático de Ecologistas en Acción, Javier Andaluz. “Nos dicen que es un ritmo normal, pero a estas alturas deberíamos haber tenido un borrador para discutir durante este miércoles”

Efectivamente, las delegaciones oficiales de los países insisten en que “esto es lo normal en las cumbres”. Y el portavoz egipcio ha insistido este miércoles en que “este es el ritmo habitual”, aunque, acto seguido, Aboulmagd admitía que “hay delegaciones que se están mostrando cerradas en varios aspectos”.

Pérdidas y daños

La expresidenta de Irlanda, Mary Robinson, ha contado este miércoles cómo está “el bloqueo” en las negociaciones para compensar los daños y pérdidas que la crisis climática causa a los países empobrecidos.

Este martes, 77 países en desarrollo más China pidieron un fondo que EEUU rechazó, ha explicado Robinson, según Reuters. En este aspecto la presidencia egipcia de la COP sí afirma que “queremos algo realmente significativo porque las pérdidas y daños no son algo abstracto es algo muy concreto”.

No acaba ahí la cosa: “La Unión Europea no está muy de acuerdo en el mecanismo de financiación para los países más perjudicados. Se trata de esa obsesión de la Unión europea de decirle a los que tienen que afrontar las perdidas cómo deben hacerlo”, analiza Andaluz. “Igual deberían echarse atrás y que fueran esos estados –como los insulares– los que lideraran esas discusiones y la UE apoyar”.