Incendio en Seseña: las consecuencias de la dejadez política
La localidad de Seseña (Toledo) amaneció este viernes teñida por un espeso humo negro. El cementerio de neumáticos del municipio toledano, el más grande de Europa, comenzó a arder en la madrugada del jueves al viernes y ya ha consumido más del 80% de las 11,4 hectáreas que ocupa el vertedero. Un enclave donde las competencias de las comunidades autónomas se han cruzado hasta el punto de ser ineficaces y han desembocado en una catástrofe que amenazaba seriamente al medio ambiente y a la salud de la población.
La historia del vertedero se retrotrae hasta el 2002, cuando comenzaron a acumularse hasta 90.000 toneladas de neumáticos obsoletos. El Ayuntamiento de Seseña otorga en abril de ese mismo año una licencia municipal a Disfilt para vallar las parcelas 44 y 45 del polígono 3 de su municipio. Y en 2003 el consistorio, en manos del socialista José Luis Martín, da otra licencia a Disfilt para el reciclado de neumáticos.
Apenas a medio kilómetro se expandió años más tarde la urbanización 'El Quiñón', un residencial construido por el empresario Francisco Hernando, más conocido como Paco 'El Pocero'.
Poco tiempo durará el normal funcionamiento del vertedero de caucho. El 4 de abril de 2005, la Delegación Provincial de Medio Ambiente de Toledo comunica a Seseña su orden de paralización de la actividad y, unos meses más tarde, en septiembre del mismo año, la Consejería de Medio Ambiente sanciona a la empresa Disfilt con una multa de 60.102 euros y suspende la entrada de neumáticos en las instalaciones del cementerio por infracción muy grave de la Ley de Evaluación de Impacto Ambiental.
El dueño de Disfilt S.A., Victorino Villadangos, es condenado por el Juzgado de lo Penal 1 de Toledo por delito contra el medio ambiente. Ante esta situación, el popular Carlos Velázquez, alcalde de Seseña, aseguró en 2011 que se libraría de esta mancha negra de caucho pese a que el consistorio “no es competente”. Ese mismo año, el cementerio de neumáticos dejó de sumar kilos.
La empresa valenciana Desechos y Gestión de Ruedas Iberia (Dgriberia) se iba a encargar de cumplir de vaciar el lugar en algo más de dos años. Sin embargo, el propio Velázquez aseguró que la empresa no podría “cumplir el plazo de sacar todos los neumáticos”.
En febrero de 2016, hace apenas tres meses, el Ayuntamiento de Seseña y Dgriberia firman el fin del convenio para el reciclado y la retirada de neumáticos de las parcelas 44 y 45 del municipio toledado. Y, tal y como afirmó Velazquez, no se consiguió extraer todos los residuos de caucho del vertedero. Unos residuos que fueron pasto del fuego en la madrugada del jueves al viernes.
El excalcalde de Seseña, crítico con las autonomías
El que fuera alcalde de la localidad desde 2003 a 2011, Manuel Fuentes (Izquierda Unida), que se hizo con el poder municipal pocos meses después de la aprobación de la licencia, decidió aplicar medidas correctoras para que dejaran de acumularse neumáticos en el vertedero.
Tras la sentencia judicial, el ayuntamiento consiguió antes de las elecciones municipales de 2011 que los tribunales decretasen la parcela como “bien público en abandono”, de forma que el consistorio obtuvo autorización para gestionar los residuos.
“Ahí acabó mi gestión. Yo conseguí parar la actividad, pero desde entonces ha ido mucho allá de las competencias de gestión que tiene un ayuntamiento”, explica Fuentes. “Lo que sí es verdad es que, como el problema sobrepasa la competencia local, esa responsabilidad recae en la Junta de Castilla-La Mancha, en la Comunidad de Madrid y en el Ministerio de Medio Ambiente”, sentencia el excalcalde de Izquierda Unida.