Las inundaciones causadas por la DANA son ya las más mortíferas del siglo XXI en España

Raúl Rejón

30 de octubre de 2024 20:19 h

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Las inundaciones provocadas por las lluvias torrenciales en València y Albacete son ya las más mortíferas del siglo XXI. Mientras se continúa buscando a personas, las cifras provisionales indican que las riadas han causado al menos 95 fallecidos, lo que multiplica por cuatro el peor registro hasta ahora: 24 víctimas mortales en 2018, según los datos del Ministerio del Interior.

Las inundaciones son el desastre natural (sin contar con el calor) más costoso en España. Tanto en vidas humanas como en daños económicos. Desde el año 2000 a 2023 se habían confirmado 233 muertes por avenidas de agua.

La DANA ha dejado registros altísimos en la provincia de València donde se superaron los 300 l/m2 en el área comprendida entre Utiel y Chiva, según informa la Aemet (de hecho en la localidad de Chiva se recogieron 491 l/m2 en ocho horas). “Prácticamente lo que puede llover en un año entero”, informa la Agencia, concentrado en menos de medio día.

Los años más trágicos, además de ese 2018, han sido 2019 con 20 fallecidos, 2015 con 17, 2012 con 15 fallecidos y el año 2000 con 14 personas muertas. En 1996 (el año de la riada que arrasó el camping de Biescas en Huesca, la cifra alcanzó las 110 víctimas mortales, según el Ministerio del Interior).

Más frecuencia y más capacidad destructiva

Ernesto Rodríguez Camino, meteorólogo superior del Estado, ha dicho al Science Media Centre que “en términos generales lo que sabemos es que, en un contexto de cambio climático, este tipo de fenómenos de precipitaciones intensas y excepcionales, raras, van a ser cada vez más frecuentes y más intensos y, por lo tanto, destructivos”.

El también miembro de la Asociación Española de Meteorología explica que el nuevo contexto climático está haciendo saltar por los aires los periodos de retorno de episodios violentos: “Eventos de este tipo que, entre uno y otro, antes pasaban muchos decenios, ahora nos podemos encontrar que los tenemos con más frecuencia y su capacidad destructiva es mayor”.

Con todo, lo que sí se está comprobando es que, con un planeta más cálido por el efecto invernadero de los gases emitidos por los humanos, los episodios de tormentas torrenciales se han vuelto más frecuentes en España en general (y el área mediterránea en particular) y, al mismo tiempo, que esos episodios son también más intensos: hasta cuatro veces más que hace 50 años.