“Nadie se esperaba que esto pudiera pasar”. La ministra de Igualdad, Irene Montero, ha asegurado en una entrevista en la Cadena Ser que durante la elaboración de la Ley del 'solo sí es sí' el ministerio de Justicia hizo un “trabajo exhaustivo” de revisión de casos y que no apareció el riesgo de que se produjeran las revisiones de condenas que han sucedido en los últimos meses. Esas revisiones, ha apuntado, no son efectos indeseados sino producto de una mala aplicación de la norma “de una minoría de jueces”. “La mayoría de jueces y juezas está aplicando bien la ley y el derecho transitorio”, ha dicho.
Montero subraya que el acuerdo sigue siendo posible “sin cruzar la línea del consentimiento”: “Deseo que volvamos a negociar cuanto antes, necesitamos dar una respuesta unitaria cuanto antes. Tenemos muchas posibilidades de llegar a un acuerdo. Yo no me he levantado de la mesa”. La ministra ha reconocido que no ha hablado con la titular de Justicia, Pilar Llop, en los últimos días, pero cree que el acuerdo es posible “antes de la tramitación parlamentaria”. “Desearía que hubiese acuerdo antes de que esa iniciativa se tramite con los votos de PP y Vox”, ha dicho.
Irene Montero enfatiza que su departamento ha puesto sobre la mesa seis propuestas diferentes y que, de todas las posibles, el Gobierno debía haber elegido “una que nos hubiera permitido dar una respuesta unitaria”. La titular de Igualdad asegura que la vicepresidenta segunda Yolanda Díaz le ha transmitido “todo su apoyo”. Sobre si la coalición de Gobierno corre peligro, Montero señala que los acuerdos son a veces “más fáciles y otras más difíciles”, pero que eso “no pone en riesgo lo que los ciudadanos votaron de manera insistente desde 2016”. “Tenemos motivos para seguir gobernando juntos, salen acuerdos que avanzan en derechos”.
Montero ha calificado el desacuerdo con el PSOE de “discrepancia política”, y no técnica. “Con el ministro Campos no teníamos esta discrepancia política. No me esperaba que presentasen una propuesta que fuera a volver al modelo anterior, creía que ese debate ya lo habíamos superado”, ha agregado la ministra, que ha defendido que la distinción entre una agresión sexual y una agresión sexual con violencia o intimidación implica de facto volver al anterior del Código Penal, que distinguía entre agresión sexual y abuso también en función de si existía violencia o intimidación.
“Las feministas no hemos peleado por un cambio de nombre y que se pene con un tipo menos agravado la agresión para las mujeres que no tienen marcas en su cuerpo. Ya es bastante violento que toquen tu cuerpo sin consentimiento. La mayoría de mujeres se quedan paralizadas y no pueden probar resistencia, no tienen heridas ni otras marcas. Hemos peleado por una forma diferente de juzgar los delitos sexuales y que el foco no esté en la víctima, en cuánto se resistió o en si cerró las piernas”, ha reflexionado.
“Con tal de preservar el consentimiento hay muchas opciones para que encontremos un acuerdo”, ha insistido Montero, que quiere que ese acuerdo no sea solo sobre la parte penal de la ley sino también sobre “las medidas de implementación”, como la especialización de juzgados, la ampliación de competencias de la Fiscalía de violencia sobre la mujer o las unidades de valoración forense. La ministra de Igualdad defiende su propuesta de que la violencia y la intimidación sean incluidas en la lista de agravantes, pero que no sirvan para crear un subtipo dentro de la agresión sexual.
La ministra de Igualdad ha reconocido “muchas discrepancias” con el PSOE respecto a las políticas feministas. “Creo que forma parte de la normalidad de lo que ha sido esta legislatura, en la mayoría de situaciones las estamos solucionando”, ha dicho, y ha puesto como ejemplo la Ley Trans, que causó fuertes fricciones en el Gobierno de coalición. La discrepancia sobre la Ley del 'solo sí es sí', ha admitido, no se la esperaba “y es muy dolorosa, porque estamos volviendo a los debates sobre el consentimiento de 2018”.