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Las campeonas del mundo renuncian a la selección nacional de fútbol mientras siga Rubiales

Jenni Hermoso niega que el beso de Luis Rubiales fuera consentido. Lo hace arropada por todas sus compañeras de selección, que renuncian a volver al equipo nacional hasta que no haya cambios en la dirección de la Federación, como aseguran en un comunicado difundido por el sindicato Futpro y adelantado por la página web de fútbol femenino Visibilitas. El anuncio se produce horas después del discurso que Luis Rubiales ha hecho ante la asamblea de la Federación Española de Fútbol, un discurso en el que ha rechazado dimitir, ha cargado contra el feminismo y ha asegurado que Jenni Hermoso fue quien se acercó a él.

Todas las jugadoras de la actual selección firman el comunicado, muestran su apoyo a Jenni Hermoso y renuncian a volver al conjunto nacional “si continúan los actuales dirigentes”. A las 23 campeonas del mundo se suman casi 50 jugadoras o exjugadoras, como Vero Boquete, Sandra Paños, Mapi León o Natalia Pablos, y algunas históricas del fútbol femenino como Carmen Arce 'Kubalita'.

“Quiero aclarar que en ningún momento consentí el beso que me propinó y en ningún caso busqué alzar al presidente. No tolero que se ponga en duda mi palabra y mucho menos que se inventen palabras que no he dicho”, dice Jenni Hermoso en el comunicado conjunto. Si Rubiales aseguraba en su comparecencia de la mañana que el beso a la jugadora fue “mutuo y consentido”, Hermoso deja claro ahora que “tal y como se vio en las imágenes” no fue así y “en ningún momento” consintió el beso. Un par de horas después de ese comunicado, la jugadora hizo público otro, esta vez individual, en el que iba aún más allá: “Quiero reiterar, como ya hice en su momento, que este hecho no había sido de mi agrado. La situación me provocó un shock por el contexto de celebración (...). Me sentí vulnerable y víctima de una agresión, un acto impulsivo, machista, fuera de lugar y sin ningún tipo de consentimiento por mi parte. Sencillamente, no fui respetada”.

No tolero que se ponga en duda mi palabra y mucho menos que se inventen palabras que no he dicho”, subrayaba también Hermoso. El lunes, la Federación difundía un comunicado que atribuía a la futbolista unas palabras en las que restaba importancia a lo sucedido. Una información del medio 'Relevo' aseguraba, sin embargo, que la Federación había inventado esa reacción de la jugadora, algo que el organismo presidido por Rubiales negó. La futbolista deja claro en su comunicado individual que esas declaraciones no salieron de su boca. Hermoso relata que, efectivamente, le pidieron hacer una declaración conjunta con Rubiales que ella rechazó y que tanto ella como su familia y entorno han recibido una “continua presión” para que diera un testimonio que “nada tenía que ver” con su experiencia.

Las actuales campeonas del mundo dicen esperar “respuestas contundentes de los poderes públicos para que no queden impunes acciones como las contenidas”. Piden también “cambios reales, tanto deportivos como estructurales, que ayuden a la Selección Absoluta a seguir creciendo, para poder trasladar este gran éxito a generaciones posteriores”. “Nos llena de tristeza que un hecho tan inaceptable esté logrando empañar el mayor éxito deportivo del fútbol femenino español”, afirman.

Entre las que suscriben el texto están las 15 futbolistas que hace un año enviaron un correo electrónico a la Federación para quejarse de algunos acontecimientos que habían afectado a su salud y que anunciaban su renuncia a la selección en esas condiciones. Después de algunos cambios, siete de ellas pidieron su vuelta y solo tres fueron convocadas para este mundial: Ona Batlle, Aitana Bonmatí y Mariona Caldentey.

“Desde nuestro sindicato queremos remarcar que ninguna mujer debería verse en la necesidad de contestar ante las contundentes imágenes que todo el mundo ha visto y por supuesto, no se deberían ver involucradas en actitudes no consentidas”, reza el comunicado.

Una reacción en cadena

El triunfo del seleccionado femenino, de trascendencia deportiva y social, quedaba empañado por el beso forzado que el presidente de la Federación daba a la futbolista Jenni Hermoso durante la entrega de medallas. El malestar por lo sucedido estallaba ese mismo domingo y daba la vuelta al mundo, y obligaba a Luis Rubiales a grabar un vídeo con unas disculpas descafeinadas que echaron más leña al fuego. Durante la semana, las reacciones y acciones se fueron sucediendo. Al reproche social y político se sumaron tres denuncias contra Luis Rubiales ante el Consejo Superior de Deportes y los comunicados del sindicato de Jenni Hermoso, Futpro, y de la Liga Femenina pidiendo acciones contundentes contra Rubiales.

Sin embargo, el viernes por la mañana el presidente de la Federación rechazaba dimitir y lanzaba un discurso que cargaba contra el feminismo y ponía el foco en Jenni Hermoso. Poco después de su intervención comenzó el aluvión de reacciones de las jugadoras de la selección en las redes sociales. La primera fue Alexia Putellas, dos veces balón de oro: “Esto es inaceptable. Se acabó. Contigo, compañera Jenni Hermoso”. Le siguieron Aitana Bonmatí –“Hay límites que no se pueden cruzar y esto no lo podemos tolerar. Estamos contigo compañera”– o Athenea del Castillo. También la portera Cata Coll: “Qué pena me da que 23 futbolistas no seamos las protagonistas… se acabó! Contigo a muerte Jenni Hermoso”.

Olga Carmona, Irene Paredes, Misa Rodríguez, Ona Batlle, Laia Codina, Mariona Caltendey y Alba Redondo publicaban mensajes en el mismo sentido. También se pronunciaban otras futbolistas relevantes que han jugado con la selección, como Vicky Losada o Natalia Pablos. La reacción colectiva se estaba fraguando.

Ya durante la celebración de este lunes en Madrid, algunas de las futbolistas más relevantes de la selección, como Alexia Putellas o Aitana Bonmatí, no quisieron tomar la palabra. Las caras y la actitud de algunas de ellas, evitando a Rubiales o manteniendo la distancia con Vilda, eran elocuentes.

La rebelión de las 15

Entre las muestras de apoyo a Jenni Hermoso y la selección destacaron esta semana las de algunas futbolistas internacionales, como Megan Rapinoe, excapitana de la selección de EEUU. Rapinoe señaló el gesto de Rubiales como parte de la “misoginia y sexismo” del fútbol. “Piensa en todo lo que ha tenido que soportar esa selección española: algunas de las jugadoras que se manifestaron el año pasado [para protestar contra los malos tratos] todavía no están en el equipo”, decía.

Rapinoe se refería así a esa rebelión de 15 jugadoras de la selección que hace apenas un año enviaron, una a una, el mismo correo electrónico a la Federación para comunicar que debido a los “últimos acontecimientos acaecidos” su salud estaba afectada y no se encontraban, por tanto, “en condiciones” de ser jugadoras seleccionables. Los correos de las futbolistas sugerían un grave conflicto interno pero no explicitaban cuáles eran los hechos concretos por los que protestaban.

“Por la presente les informo que debido a los últimos acontecimientos acaecidos en la selección española y la situación generada, hechos de los cuales son ustedes conocedores, están afectando de forma importante a mi estado emocional y por lo tanto a mi salud. Debido a todo ello, actualmente no me veo en condiciones de ser jugadora seleccionable para nuestro equipo nacional y por este motivo solicito no ser convocada hasta que esta situación no sea revertida. Mi compromiso con el equipo en el pasado, presente y futuro fue, es y será absoluto”, decían.

La reacción de Rubiales fue muy crítica con las futbolistas y, por contra, de respaldo a Vilda. La prensa deportiva tachó entonces a las jugadoras de chantajistas y caprichosas. Sin embargo, después de reuniones y acercamientos, en mayo de este año ocho de esas 15 jugadoras enviaron un nuevo correo para avisar de su disponibilidad. La Federación había fijado como condición para volver a la selección comunicarlo por la misma vía que habían utilizado para transmitir su malestar. Solo tres de ellas fueron finalmente convocadas por Vilda: Ona Batlle, Aitana Bonmatí y Mariona Caldentey. Otras siete decidieron no pedir su vuelta.

Las futbolistas consiguieron mejorar algunas de sus condiciones, por ejemplo, contar por primera vez con un nutricionista y tener más fisioterapeutas, volar en vuelos chárter, o contar con un plan de conciliación que les ha permitido estar cerca de familiares y seres queridos y compartir tiempo con ellos durante el Mundial. No obstante, la mayor parte de las futbolistas que decidieron no enviar los correos que exigía la Federación han guardado silencio durante este Mundial