Joaquín Montull, monje del Valle de los Caídos: “La Iglesia son los miles de españoles que quieren que las cosas estén como quiso Franco”

Las declaraciones de uno de los monjes de la abadía del Valle de los Caídos redoblan la tensión entre el Ejecutivo y la comunidad de religiosos. Joaquín Montull, quien ha actuado en otras ocasiones como portavoz oficioso de los benedictinos que custodian los restos de Francisco Franco, considera que la ley del Gobierno ordenando la exhumación del dictador “es propia de una república bananera”. Montull cree, además, que “la Iglesia no es el Vaticano”. “La Iglesia son esos miles de españoles y también del extranjero que nos apoyan y que quieren que las cosas estén como están. Como quiso Franco en un principio”, ha dicho.

Según este religioso la exhumación “está en el aire” porque “los fundamentos de derecho” en los que se apoya el Supremo para dar vía libre a la salida de los restos de Franco “no pueden ser una ley propia de una república bananera”. “El real decreto ley del 24 de agosto del año pasado es un real decreto propio de una república bananera”, ha insistido el monje en declaraciones a la Cadena SER.

Preguntado sobre una posible resistencia física a las labores de exhumación, Montull considera que no será necesaria. “¿Para qué una resistencia física cuando hay fuerzas superiores, la providencia divina, que están ahí?”, se ha preguntado retóricamente.

El monje, además, considera que nada ha cambiado desde la muerte de Franco: “Las circunstancias políticas no han cambiado. Han cambiado los políticos. Algunos son sensatos y otros son insensatos. Los políticos actuales están muy lejos de la altura de miras de los políticos que realizaron una ejemplar Transición. Y la historia les pasa factura”.

Estas declaraciones de Montull coinciden con la difusión de una carta de Santiago Cantera, prior de Valle de los Caídos, en la que el que el líder de esa comunidad benedictina reta abiertamente al Tribunal Supremo. En la misiva, adelantada por eldiario.es, Cantera anuncia que no acatará sus decisiones: “La abadía no autoriza el acceso a la Basílica (lugar de culto) con la finalidad de acceder a una 'res sacra' (sepultura)”.