Josep A. Planell es el rector de esa universidad peculiar que es la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), que este miércoles ha cumplido 25 años. Impulsada desde la Generalitat, gestionada de manera privada pero con precios públicos, la UOC presume de ser “la primera universidad totalmente online del mundo” y cuenta con 77.549 estudiantes este curso. Con el bagaje que dan más de dos décadas de dedicación exclusiva a la formación a distancia en el centro, su rector alerta en esta entrevista de que la educación superior online, tan presente estos meses los campus, implica más que simplemente grabarse las clases; debe participar de ella –y estar formado– todo el personal de la universidad. También pone en valor la presencia física de los campus en las ciudades y alerta contra algunos centros “que solo buscan el beneficio” económico.
Partiendo de que hay tantas propuestas para pasar lo presencial a online como facultades o hasta profesores, si se quiere, ¿cómo ve la educación a distancia que están planteando las universidades normalmente presenciales?
Ellos han tenido que afrontar una emergencia, y las emergencias tienen un principio, pero deben tener un final porque si no, no serán emergencias. Han hecho lo que han podido y estaba en sus manos, yo aplaudo y creo que tiene mucho mérito lo que todas las universidades españolas han hecho. Pero en cuanto a lo que podemos considerar que es formación online o no ahí hay muchas variables. La primera y más importante para mí es que el online no depende solo del personal académico. Necesitas que el personal de gestión esté absolutamente sincronizado y trabajando codo con codo con los académicos. La tecnología tiene que ayudar a los académicos, facilitar procesos de evaluación. Hace falta que el personal que se conoce como PAS (personal de administración y servicios) tenga unas competencias adecuadas para pasar al online. No solo que los profesores se adapten a filmarse mientras dan la clase.
“Lo que se está haciendo en algunas universidades no es educación a distancia”, le he leído. ¿Qué sí lo es?
En el momento en el que las universidades presenciales hagan la apuesta por el online deberán escoger el modelo pedagógico que quieren y adaptar sus estructuras a este modelo. El vicepresidente primero del MIT ha publicado un libro en el que cuando analiza el futuro de la educación considera muy importante tener en cuenta los periodos de atención del cerebro. Un vídeo de una hora es insostenible. Él dice que la atención se mantiene durante 10-12 minutos. Si tu apuesta online es filmar clases, deberás personalizar al máximo. El online puede considerarse esto, la filmación de clases, que es el modelo igual que el presencial. Tienes un profesor que emite conocimiento, los estudiantes lo reciben, toman notas, etc.
El modelo UOC no es así. En nuestro modelo no hay clases, los profesores no dan clases. Se parece más a la flipped classroom, el estudiante aprende haciendo. Es un modelo distinto del presencial y del online, en el que el profesorado dicta un conocimiento. Al estudiante se le plantean una serie de retos que debe resolver a través de pruebas de evaluación continuadas y para ello se le proporcionan unos recursos de aprendizaje (para entendernos, podrían ser los apuntes, pero es mucho más complejo), se le coloca en un aula virtual con un profesor al frente que le va a convocar para seminarios, le propondrá trabajos y va a resolver las dudas que el estudiante tenga mientras trabaja o estudia y la propia aula es una red social en la que los estudiantes pueden estar en contacto, hacerse preguntas, resolver problemas conjuntos y trabajar en pares. Esto permite la tecnología: tener ocho mil aulas organizadas de la misma forma. Con su profesor que los tutorizará, sus recursos de aprendizaje y un conjunto de estudiantes en el aula con los que trabajar conjuntamente.
Pero para una universidad como la UOC es más fácil mantener enganchada a la gente, que se apunta sabiendo lo que hay. Los de las universidades 'presenciales' se han encontrado esto de manera sobrevenida, quizá no estaban preparados.
El estudiante que viene a la UOC sabe a lo que viene. Ahí hay un punto de discusión muy interesante: si la docencia va a pasar a ser híbrida online presencial para la mayoría de las universidades, en la descripción de derecho y deberes de estudiantes y profesores esto deberá ponerse de manifiesto, porque nadie te obliga a priori a tener un ordenador o una tableta. En otros países ha habido desmovilización de estudiantes en estas circunstancias.
¿Cómo puede afectar todo esto al sistema universitario español? Se dice que la idea es volver a la presencialidad absoluta cuanto antes, pero está por verse. ¿Cree que podría derivar la situación en algún tipo de reordenamiento de las universidades si lo online se extiende? Ya no haría falta tener tantas facultades en tantos lugares...
Esta pregunta me la hecho alguna vez y la hemos comentado con algún otro rector en la CRUE. Cuando Cambridge decidió pasar a online la respuesta que mostraba mayor perjuicio era del alcalde de Cambridge, porque esto significaba que los estudiantes ya no iban a ir allí. Significaría una pérdida para el municipio. En España la universidad dinamiza las ciudades. Se ve en Catalunya en Girona, Lleida... Pero imaginemos que Cambridge decidiese que los estudios costaran 5.000 libras (diez veces menos que ahora) a cambio de tener diez veces más alumnos. ¿No existiría la tentación de tener un título de Cambridge en vez del de la universidad de tu pueblo? ¿Cómo sería la relación entre las universidades grandes y pequeñas? El online está para quedarse. Todo lo que se hace en un aula es virtualizable, pero lo que haces fuera del aula no tiene por qué serlo. Cuando quieres ver células en un microscopio hay que hacerlo en un laboratorio. La pandemia ha acelerado esto y dudo que la educación online remita respecto de lo que era anteriormente. Luego habrá modelos y quién hace qué y para qué, porque en educación online estamos algunos haciendo un servicio público, pero luego hay modelos que solo buscan el beneficio.
¿Cree que hay universidades privadas de poca calidad?
Las titulaciones oficiales, reguladas por el Ministerio, deben estar sometidas a la verificación y acreditación por parte de las agencias, para eso las tenemos. En este sentido creo que tenemos la estructura para ofrecer una educación superior de calidad. Lo que ocurre es que en función del tipo de modelo de universidad que se establezca habrá otras cosas que se darán más o menos. Me refiero a que las universidades públicas ofrecen precios regulados por las comunidades autónomas. Pero luego hay universidades que salen a bolsa o están en manos de fondos de inversión, o empresas privadas que, con toda la legitimidad, establecen su política de precios y su tipo de organización. Esto establece diferencias relevantes. En el momento en el que la educación tiene una componente de negocio lucrativo las cosas no son iguales. Por eso hay universidades privadas sin ánimo de lucro y universidades privadas donde esto no es así. Sería interesante analizar el nivel de investigación que se hace en unas y otras. La investigación siempre es una inversión e invertir en investigación es algo que no aporta beneficio económico.
Ha mencionado que hay fondos de inversión comprando universidades, con todo lo que esto implica. ¿Sería partidario de poner límites a quién tiene una universidad?
No estoy en condiciones de decir quién sí y quién no. Creo que por el lado de la acreditación debería poder establecerse qué es una universidad. Se pueden hacer mejor o peor con cualquier estructura. Cuando piensas que la demanda de educación superior va a crecer en los próximos años (un informe de la OCDE decía que en 2009 había 100 millones de universitarios en el mundo y esperaban 400 millones para 2030) necesitas universidades para dar cabida a estos estudiantes. Si lo haces mediante universidades presenciales, tendríamos que estar construyendo dos universidades para 20.000 estudiantes cada día. Si tienes que dar contenido, tienes que formar profesores, y formar un doctor puede costar más de 25 años desde que nace. Esta es la gran oportunidad para el online porque es escalable. Con la presencialidad únicamente no darás abasto a dar respuesta a esta demanda creciente. Una gran demanda atrae al negocio y es lógico que haya una respuesta de fondos u otro tipo de estructuras que vean posibilidad de negocio.
La pandemia nos ha puesto de frente con la realidad de la brecha digital, que en tiempos de bonanza no preocupaba. Si las universidades están planteando una educación semipresencial (aunque técnicamente la llamen presencial), ¿deben facilitar los medios –ordenadores, conexión– a los estudiantes para seguir las clases online?
Primero quiero decir que tenemos que dar la capacitación digital a toda la ciudadanía, estamos tardando. Y debe empezar ya en las escuelas. Si la educación online está aquí para quedarse en el educación superior en España es imprescindible que internet sea accesible para todos. Internet es un derecho ciudadano como lo es el acceso al agua o la electricidad, y debe tener un precio asequible y una red neutra, que no favorezca por parte de los distribuidores cierto tipo de paquetes frente a los educativos o culturales.
Respecto a los medios: no sé si debe ser una universidad y cargárselo a su presupuesto o debe ser una cuestión del Gobierno. En el caso de las universidades públicas, en las becas el estudio habría que incluir los medios para estudiar online. Si las presenciales van a incorporar el online –y creo que deben hacerlo– y montar una formación híbrida, creo que es fundamental y lógico que se les suministren los medios para poder acceder a internet. Se acaba de aprobar una ley para el teletrabajo que dice que deben suministrarse al trabajador los medios para teletrabajar, estamos un poco en la misma situación. Una universidad no es una empresa, por tanto si hay que facilitarlo deberá recibir los fondos.
¿Qué opinión le merecen los cursos masivos online (MOOC)? Nacieron, se reprodujeron exitosamente hace unos años (se dijo que eran el futuro), pero no sé si se están muriendo ya.
Tal como se concibieron al principio se les ha pasado el momento. El problema es que no tenían seguimiento, nadie orientaba a los estudiantes. La gran función del profesor no es tanto lo que enseña como los errores que evitas que cometa el estudiante. El seguimiento del estudiante era un elemento a incorporar en los MOOC. Algunos lo están haciendo ya, pero yo creo que hay que tener claro para qué sirve un MOOC. Un MOOC puede ser un elemento de márketing importante. Va a exponer de manera breve y atractiva un elemento complejo, que puede servir para atraer estudiantes para grados, por ejemplo. Son recursos que se ponen gratis en el sistema: la universidad que los pone debe saber qué está dejando de ofrecer para hacer esto, qué le conviene para su propia sostenibilidad. El MIT, por ejemplo, habla de que para ellos los MOOC son para atraer talento. Siempre me ha interesado poco el tema, jamás los vi como el futuro de la educación superior. Y eso que nosotros tenemos unos cuantos, pero en ámbitos muy concretos para levantar interés en cuestiones que creo que pueden ser relevantes y que pueden tener una buena acogida, por ejemplo en Latinoamérica.