Dos generaciones con sus dos causas se han unido en una misma marcha este miércoles en el centro de Madrid: jubilados por las pensiones dignas y estudiantes –en su gran mayoría adolescentes– “contra el machismo en las aulas”. La movilización la convocaba el Sindicato de Estudiantes y el colectivo Libres y Combativas, como parte de una jornada de huelga general feminista en institutos y universidades de toda España.
El manifiesto de las estudiantes pedía ese “fin del machismo en las aulas”. Marina Mata, portavoz del Sindicato de Estudiantes, explica que eso va aparejado a medidas como que se elimine el sesgo machista de algunos regímenes interno sobre vestimenta o a que se expulse a los profesores que educan en la desigualdad, “que afortunadamente son pocos pero los hay”. También a que se incorpore en todos los centros y a todos los niveles desde primaria una asignatura sobre educación sexual “inclusiva, evaluable y obligatoria” y que también inculque valores contra la LGTBIfobia.
A lo largo de la protesta también ha estado muy presente la sentencia de 'la manada', que ahora se encuentra en fase de deliberación de los recursos en la Audiencia de Navarra, con gritos de apoyo a la víctima como “tranquila, hermana, aquí está tu manada”. El pasado 10 de mayo, apenas dos semanas después de conocerse la sentencia, los mismos colectivos habían llamado a otra movilización de similares características. Para Mata, la problemática del caso va unida a esa necesidad de educación sexual en las aulas: “Está todo relacionado, esto es el mayor ejemplo de justicia patriarcal. Queremos que esta asignatura inculque valores de libertad e igualdad”. Afirma que el colectivo se ha reunido con el secretario de Estado de Educación –Alejandro Tiana – tras meses de pedir una reunión con la ministra“ para tratar la posible materia, pero no han concluido ninguna medida: ”Echan balones fuera“.
La organización afirmaba que habían participado 15.000 personas en la manifestación, todavía no hay cifras de Delegación de Gobierno. Se han reunido en Sol y han bajado hasta el Ministerio de Educación, en un recorrido que ha durado dos horas y que pasaba por la Gran Vía y Preciados “donde se ha ido uniendo más gente”. La cabecera estaba partida entre los jóvenes y los mayores, y uno de los cánticos recurrentes rezaba “pensionistas y estudiantes, unidos y adelante”. Había previstas otras 60 concentraciones de alumnado en distintas ciudades del país, como Barcelona o Sevilla.
Respecto a las críticas de otros colectivos estudiantiles como el Frente de Estudiantes por la “unilateralidad” de la convocatoria, Marina Mata se limitaba a declarar que en el Sindicato de Estudiantes se encuentran “satisfechos” por el apoyo de otras agrupaciones, como asambleas locales. Destacaban sobre todo el apoyo de la Coordinadora Estatal por las Pensiones Dignas. Entienden la causa de los jóvenes y los jubilados “como un todo, que es proteger el sistema público. Ahora somos estudiantes pero el día de mañana ni siquiera tendremos derecho a jubilación”.
85% de respaldo, según la organización; 50%, según algún centro
La organización calificaba la huelga de “todo un éxito” y anunciaba un seguimiento de entre el 85 y el 90%, mayoritariamente en institutos aunque también “importante” en universidades. Aseguraban haber recibido “alguna queja” sobre equipos directivos contrarios a que se ejecutase. A las 11 de la mañana, en el IES Cardenal Cisneros, en el centro de Madrid y uno de los institutos donde esperaban gran respaldo, no había demasiada diferencia durante un cambio de clase entre un día normal y este miércoles. En Secretaría no disponían de datos de participación, y dos alumnas de la ESO declaraban que habían ido al instituto pero luego bajarían a Sol.
En otro de los que esperaban apoyo, el IES Emperatriz de Carabanchel, el equipo del centro cuantificaba un 50% de seguimiento. Un profesor de Matemáticas declaraba a eldiario.es haber tenido unos 4 alumnos en su clase de 4º de la ESO y otros 8 en otra de 1º de Bachillerato, ambas de casi 30 en total. “En los primeros cursos quizá la secunden menos, ahí mandan más los padres”, explicaba. En la puerta, un grupo mixto de adolescentes de Bachillerato que no había hecho huelga reconocía no estar muy al tanto de los motivos ni haber hablado mucho el tema ni con compañeros ni con tutores. En su grupo solo la había hecho una persona y por contra confirmaban que en el B, el otro, apenas habían ido unas 4 a clase.
Ya a las 12 en Sol, otras chicas, Sherezade y Miriam, de 4º de la ESO y 1º de Bachillerato, tenían muy claro que quieren “seguir la lucha” y que es necesaria “la educación sexual”. Entre sus profesores había de todo: unos les habían puesto falta, con otros habían hablado de la huelga en clase. Dicen sufrir situaciones machistas en clase, sobre todo, relacionadas con su ropa. Otra asistente, Marta, había acudido con una compañera del grado superior de Fotografía que realiza en Fuenlabrada y se cubría con una bandera arcoíris. Además de contra el machismo, ellas estaban “contra la homofobia”: “A día de hoy, aunque cada vez menos, sigue habiendo. Para las chicas más, que sufrimos LGTBIfobia y machismo”.
Álvaro y Carlos, de 3º de la ESO, bajaban la Gran Vía portando una pancarta en la que se leía 'se preocupan por mis notas, no por mis valores'. Ellos estaban orgullosos de que su colegio es feminista: “Con casi todos los profesores tratamos el tema en tutorías y se castiga si se encuentran comportamientos machistas o micromachismos”.
“Levantar el país entre todos”
Las distintas plataformas de pensionistas encabezadas por la Coordinadora Estatal se encontraban ya desde la Puerta del Sol acompañando a los chicos y chicas, y se han mantenido durante toda la marcha en la cabecera. José, de la Plataforma de Fuenlabrada, decía que “todo está unido. Han convocado los estudiantes, pero hemos venido a apoyar. Somos pensionistas pero tenemos hijos y nietos. Su futuro y luego sus pensiones también estarán en juego, estamos por todo”.
Lázaro Sola, de la Coordinadora Estatal, ha leído al final de la manifestación un texto frente al Ministerio de Educación. Relacionaba el poder de movilización feminista y por las pensiones de la pasada primavera con el fin del mandato de Mariano Rajoy, aunque “queda mucho por hacer”: “Si nos unimos pensionistas y mujeres ponemos este país patas arriba, pero nos tenemos que poner de acuerdo”.
Lázaro Sola llamaba además entre vítores de los jóvenes a un nuevo “proceso constituyente” y a “levantar el país entre todos”, y pedía que recordaran “en el futuro, a vuestros hijos y nietos, que un 14 de noviembre los abuelos y abuelas salimos con vosotros. Somos dos generaciones muy lejanas en el tiempo pero cercanas en ideas”.
Durante la marcha se habían escuchado eslóganes por la autonomía universitaria, contra la religión en las escuelas, contra la monarquía y también por la abolición de la prostitución –ha intervenido a la altura de Preciados la activista contra la trata Amelia Tiganus–. Ana García, también frente al Ministerio y en nombre de Libres y Combativas, ha incidido en esa idea de unión entre generaciones y ha apelado al gobierno “que se dice feminista” de Sánchez a atreverse a ir “contra la Iglesia, contra los empresarios que nos pagan menos a nosotras, contra los jueces machistas, contra banqueros como Ana Patricia Botín que también se llaman feministas pero luego desahucian a las mujeres más humildes, y contra los partidos que recortan en Sanidad para salvar a los bancos y a los defraudadores”.