Noticia servida automáticamente por la Agencia EFE

“El legado de Oliver”, cunas para iniciar el duelo más difícil

0

Cádiz, 21 ene (EFE).- Manuel y Natalie, una pareja de Chiclana de la Frontera (Cádiz), no quiere que otros padres tengan que pasar por el mismo dolor que tuvieron que pasar ellos cuando su hijo Oliver nació muerto. Por eso se han empeñado en llevar a los hospitales “cunas frías” que permitan dar tiempo para la despedida más difícil.

Una iniciativa que han llamado “El legado de Oliver” y con la que han conseguido ya llevar esta semana a los hospitales de Puerto Real y Jerez, las dos primeras “cuddle cot” (cunas de abrazos) para bebés fallecidos en el parto, y que, gracias al frío que desprenden, permitirán a sus padres disponer de tiempo, elaborar unos pequeños y únicos recuerdos, que facilitarán el duelo.

Natalie Claytor las vio por primera vez en un capítulo de la serie de Netflix, “New Amsterdam”, y enseguida pensó cuánto le habría ayudado a ella disponer de una cuna fría el 24 de noviembre de 2020 cuando, tres semanas antes de lo previsto, le tuvieron que inducir el parto porque su bebé Oliver había fallecido antes de nacer por un fatídico nudo del cordón umbilical, según ha contado a EFE su pareja y padre del niño, Manuel Moreno.

“Estábamos en shock. En esos momentos el tiempo empieza a correr muy rápido porque el cuerpo se empieza a deteriorar. Yo tuve algo más, pero Natalie, que estaba en el quirófano porque acaba de tener una cesárea, tuvo muy poco tiempo para despedirse del bebé”, explica.

Se dieron cuenta entonces de que los hospitales no disponían de ningún protocolo ni espacio para estos momentos tan duros. “Parece que pasa muy poco, pero no, pasa más de lo que se piensa”, dice Manuel, que cuenta cómo, en plena pandemia además, el personal del hospital de Puerto Real trató de improvisar dándoles la huella dactilar del pequeño y su gorrito.

Al ver que existían otras posibilidades para cambiar esta situación crearon “El legado de Oliver”, una iniciativa con la que recogen aportaciones económicas para comprar estas cunas, que fabrica una empresa inglesa, y donarlas a los hospitales.

“En dos meses hemos conseguido dos cunas. Ya casi tenemos la tercera y vamos a empezar a recaudar para la cuarta”, explica.

La donación de una “cuna de abrazos” implica que los hospitales reserven un espacio para que estas familias puedan estar solas, sin interferencias, despidiéndose de su bebé y también creen un protocolo para atenderlas.

“Es regalarles a los padres un poco de tiempo para elaborar unos recuerdos que luego son muy necesarios para superar el duelo y darles un espacio en el que recibir la peor noticia del mundo con un poco de intimidad”, añade.

“No quiero que otros padres se sientan agobiados y apresurados con el tiempo que les queda con sus hijos antes de despedirse. Si pudiera retroceder en el tiempo, hubiera abrazado un poco más fuerte a Oliver esa última vez”, apunta Natalie Claytor.

La práctica del “cuddle cot” está muy extendida en otros países como Inglaterra o Estados Unidos. En España, sin embargo, todavía no está implantada.

Los hospitales de Puerto Real y Jerez cuentan ya con una “habitación de despedida” para los progenitores de un bebé fallecido en paritorio o neonatología, ha explicado la Junta de Andalucía.

Identificadas con un símbolo (mariposas azules), disponen de luz natural o conexión visual con el exterior, iluminación artificial indirecta, decoración sencilla y acogedora y sillas para los padres y hermanos, mobiliario cálido y fácil de acoplar, y espacio para un cambiador y baño.

En el Hospital de Puerto Real, dos profesionales, la ginecóloga Carmen González Macías y la matrona Concepción Gamundi, participan desde 2017 en un proyecto de investigación e innovación estratégica para el abordaje de la muerte gestacional y neonatal en la provincia de Cádiz.