La Ley Trans está cerrada para ser aprobada este jueves en el Congreso. La norma, que tanto conflicto ha desatado en el seno del Gobierno y del movimiento feminista, tiene los apoyos necesarios en la cámara baja para seguir su camino hacia el Senado.
De ello han dejado constancia este miércoles los grupos durante el debate del texto en el pleno, que se ha adelantado un día a la votación. La ley enfila así su aprobación a pesar de la oposición del PP y Vox, que ha vuelto a acusar a Irene Montero de “corrupción de menores”, las dudas de Ciudadanos, que no ha desvelado el sentido de su voto, y las discrepancias en la izquierda, hoy escenificadas en el pleno.
“Esta ley repara una deuda histórica del Estado con las personas trans, por fin despatologiza las vidas trans y garantiza el derecho a la libre determinación de la identidad de género”, ha afirmado la ministra de Igualdad en los últimos minutos del debate, en el que ha agradecido a las entidades, organizaciones y activistas que en el pasado y en los últimos años han impulsado la ley, llamada oficialmente Ley para la Igualdad real y efectiva de las personas trans y para la garantía de los derechos de las personas LGTBI y que, si nada cambia, será aprobada gracias “a la mayoría feminista” del Congreso, ha celebrado la ministra.
La tónica general del debate ha sido la de agradecer a las personas trans su lucha y celebrar como un avance la norma, que “pretende solventar una injusticia”, la de “convertir en ley una realidad que ha estado oculta, denigrada, ofendida en sus derecho y perseguida”, en palabras de Joseba Agirretxea (PNV). La norma incluye un abanico de medidas para las personas LGTBI y permite el cambio de sexo legal para las personas trans sin necesidad de cumplir requisitos médicos ni psicológicos, como ocurre ahora. Finalmente, a partir de los 16 sin condiciones, entre los 12 y 14 con aval del juez y entre los 14 y 16 con consentimiento paterno, después de que los grupos tumbaran la enmienda del PSOE que pretendía extender la fórmula judicial a este grupo.
El PSOE “quiso imaginar una ley mejor”
La tensión entre los socios del Gobierno a cuenta de la norma, una de las negociaciones más arduas en el seno de la coalición y con los aliados parlamentarios, ha sido palpable durante el debate. Así, en su intervención, la diputada socialista y secretaria de Igualdad del PSOE, Andrea Fernández, ha asegurado que Unidas Podemos ha estado “absolutamente desacertado” en la tramitación por “acusar a mi partido de pactar con la derecha un retroceso en derechos LGTBI”, en referencia a la posibilidad de que el PP apoyara en su momento la enmienda sobre los menores que finalmente decayó. “Es una falta de respeto a un partido centenario que ha sido imprescindible en la lucha por los derechos LGTBI”, ha añadido.
La figura del histórico socialista Pedro Zerolo, fallecido en 2015, también ha sido nombrada. Sofía Fernández Castañón, de Unidas Podemos, lo ha citado como “referente” de los derechos LGTBI y ha asegurado que “le debemos una de las cosas más duras que hay en política, defender las ideas por encima de la disciplina de partido”. Andrea Fernández ha respondido en su turno, visiblemente molesta: “Por cierto, señora Castañón, he de decirle que Pedro Zerolo nunca tuvo que estar por encima de la disciplina de partido porque siempre tuvo al PSOE con él. No seguía la disciplina de voto, la marcaba”.
El PSOE ha sido también objeto de acusaciones por parte de sus aliados parlamentarios habituales. PNV, ERC y Bildu le han reprochado que “con su voto rodillo impidiera” la inclusión de las enmiendas conjuntas que registraron estas formaciones, entre ellas la que reconocía a las personas no binarias, que contó con el apoyo de los partidos de la izquierda junto al PNV, pero no de los socialistas. “La ley es un avance, pero no suficiente”, ha dicho la diputada republicana María Dantas, que se ha comprometido a “conseguir” lo que “ustedes, señores del PSOE, han dejado fuera”.
Los socialistas han reconocido que la formación “supo y quiso imaginar una ley mejor, una forma más garantista de los derechos, un marco más seguro y robusto jurídicamente”, ha afirmado Fernández tras negar en varias ocasiones un conflicto entre el feminismo y la Ley Trans con frases como “ser feminista no es negar la existencia de las personas trans”. La diputada ha zanjado además el apoyo de su grupo a la norma: “En 40 años el PSOE ha acompañado y liderado las conquistas sociales. Siempre seremos el partido de los avances feministas, de la vanguardia de los derechos y libertades. Ni les fallamos en el pasado, ni ahora ni en el futuro. Y hoy lo volveremos a demostrar. Somos el grupo más determinante en la aprobación de esta ley”.
La oposición de las derechas
Por su parte, las derechas han acusado al Gobierno de tramitar la norma “a toda prisa, sin escuchar a nadie y sin contar con los profesionales”, a los que “pretenden maniatar para imponer su ideología”, ha espetado la popular Rosa María Romero, que ha celebrado que su grupo “abriera el Congreso para escuchar a los expertos”, en referencia a la jornada parlamentaria con ponentes críticos a la ley, entre ellos Amelia Valcárcel, que organizó la semana pasada. El PP advierte de “consecuencias graves” de la norma y apunta a que “no es una ley feminista, lo han dicho las asociaciones, que reclaman no retroceder en los derechos de las mujeres”.
Fernández Castañón ha afeado a los populares no haber contado “con ninguna persona titular de los derechos” que incluye la ley en las ponencias mientras que Andrea Fernández les ha recordado al catedrático de Psicología, Aquilino Polaino, que el PP invitó al Senado en 2005 para defender que la homosexualidad es una enfermedad. “Aunque quieran vestirse de feministas de ocasión parece que han aprovechado para desempolvar su nostalgia más reaccionaria”, ha afirmado la socialista.
Al igual que hiciera en la Comisión de Igualdad, Ciudadanos ha vuelto a reiterar que “el sabor es agridulce” con la futura legislación. Ha asegurado Sara Giménez que la formación está “a favor de la despatologización de las personas trans y la autodeterminación de género”, pero cree que es no es una ley “completa, seria ni garantista” porque “se ha legislado con premura, con falta de consenso y falta de rigor jurídico”, ha añadido antes de acusar al Gobierno y al Ministerio de Igualdad de llevar a cabo una “tramitación chapucera” sin desvelar si el jueves el partido naranja pulsará el botón verde, rojo o se abstendrá.
Por su parte, Carla Toscano, de Vox, ha vuelto a vincular la transexualidad con situaciones como el bullying o la anorexia y ha asegurado que los “problemas emocionales” de los adolescentes “son la mayoría de las veces el origen de la disforia de género”, un término que ya ha descartado la Organización Mundial de la Salud. Además, ha defendido la teoría por la cual el aumento de jóvenes trans visibles está “provocado por el adoctrinamiento o las modas” y ha vuelto a lanzar la acusación a la ministra de Igualdad, Irene Montero, de “necesitar corromper sexualmente” a los niños “e incitarles a tener relaciones sexuales”. Ante ello, el diputado de Unidas Podemos, Txema Guijarro, ha pedido a la presidenta del Congreso que se retire del diario de sesiones.