El número total de casos judiciales relacionados con el cambio climático está creciendo en todo el mundo: se han duplicado desde el año 2017. Si hace cinco años se denunciaron 884 casos, a finales de 2022 se contabilizaron hasta 2.180.
Aunque la mayoría de ellos fueron registrados en Estados Unidos (1.522 casos), 17 radican en España, novena en el ranking mundial de países en denunciar este tipo de casos, por debajo de Australia, Reino Unido, Brasil, México o Alemania, entre otros. El número de jurisdicciones en las que se han presentado este tipo de casos, incluidos órganos internacionales o regionales y tribunales, también han aumentado de 24 a 65 en este período. Estos datos revelan que los litigios climáticos se están convirtiendo en una parte integral e imprescindible en la acción y la justicia climática, según el informe Global Climate Litigation Report: 2023 Status Review presentado este jueves por el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA).
El informe sostiene que, a medida que los litigios climáticos aumentan en frecuencia y volumen, el corpus de precedentes legales crece formando un campo del derecho cada vez mejor definido. Estas conclusiones, estudiadas por el Sabin Center for Climate Change Law de la Universidad de Columbia, se basan en una revisión de los casos centrados en la legislación, la política o la ciencia del cambio climático recopilados hasta el 31 de diciembre de 2022 por las bases de datos de litigios sobre el cambio climático mundial y estadounidense del Sabin Center.
El recopilatorio ofrece una visión general de los principales casos de litigios climáticos de los dos últimos años, incluyendo avances históricos. Algunos de los casos clave en los que se basa el estudio son, por ejemplo, el caso del tribunal alemán que anuló partes de la Ley Federal de Protección del Clima por ser incompatibles con los derechos a la vida, a la salud y a la integridad física o cuando un tribunal holandés ordenó a la empresa petrolera y gasística Shell que cumpliese el Acuerdo de París reduciendo sus emisiones de dióxido de carbono en un 45% respecto a los niveles de 2019 para 2030. Fue la primera vez que un tribunal declaraba que una empresa privada tiene una obligación en virtud del Acuerdo de París.
Existe una brecha angustiosamente creciente entre el nivel de reducción de gases de efecto invernadero que el mundo debe lograr para alcanzar sus objetivos de temperatura, y las medidas que los gobiernos están adoptando para reducir las emisiones
“Cada vez más personas acuden a los tribunales para combatir la crisis climática, exigiendo responsabilidades a los gobiernos y al sector privado, haciendo del litigio un mecanismo clave para garantizar la acción climática y promover la justicia climática”, afirma Inger Andersen, directora ejecutiva del PNUMA. Sin embargo, asegura, las políticas climáticas están muy por debajo de lo necesario para mantener la temperatura global por debajo del umbral de 1,5° C, y los fenómenos meteorológicos extremos y el calor abrasador “ya están ‘asando’ nuestro planeta”.
El director del Sabin Center, Michael Gerrard, asegura que “existe una brecha angustiosamente creciente entre el nivel de reducción de gases de efecto invernadero que el mundo debe lograr para alcanzar sus objetivos de temperatura, y las medidas que los gobiernos están adoptando para reducir las emisiones”. En su opinión, esto será motivo de un aumento de denuncias de episodios de crisis climática ante los tribunales al tiempo que Gerrard anima a usar este informe como “un recurso inestimable para todo aquel que desee obtener el mejor resultado posible en los foros judiciales”.
Los jóvenes y las mujeres mayores denuncian
En cuanto a las motivaciones de los denunciantes, la mayoría de los litigios climáticos en curso pertenecen a una o varias de las siguientes categorías: casos basados en los derechos humanos consagrados en el derecho internacional y las constituciones nacionales, la impugnación de la falta de aplicación de leyes y políticas relacionadas con el clima, ciudadanos que pretenden mantener los combustibles fósiles bajo tierra, defensores de una mayor divulgación de información sobre el clima, el fin del lavado de responsabilidad de las empresas por los daños climáticos y las demandas por falta de adaptación de los estados y empresas a los efectos del cambio climático.
Aunque se encuentren diversos motivos, el informe demuestra cómo los tribunales están encontrando fuertes vínculos entre los derechos humanos y el cambio climático, lo que, dicen, está dando lugar a una mayor protección de los grupos más vulnerables de la sociedad, así como a un aumento de la rendición de cuentas, de transparencia y justicia de los gobiernos y las empresas a perseguir objetivos más ambiciosos de mitigación y adaptación al cambio climático.
Los datos recogidos dejan ver que, gracias a los litigios climáticos, se están escuchando aquellas voces que están más olvidadas a nivel mundial, como la de los niños y mujeres de pueblos indígenas: 34 casos han sido presentados por y en nombre de jóvenes menores de 25 años, quienes argumentan que, debido a su corta edad, sufrirán unos efectos del cambio climático que se intensificarán con el tiempo.
Los niños se ven especialmente afectados por el cambio climático, tanto por la forma en que experimentan sus efectos como por el potencial del cambio climático para afectarles a lo largo de su vida, sobre todo si no se toman medidas inmediatas
Dos demandas fueron encabezadas por niñas de tan sólo 7 y 9 años de edad. La primera se llama Rabab Ali y denunció a la Federación de Pakistán en 2016. La pequeña impugnó las políticas climáticas de Pakistán desde una perspectiva basada en los derechos humanos. El otro caso es el de Ridhima Pandey, quien denunció a India en 2017 cuestionando la idoneidad de los esfuerzos de mitigación climática del país basándose en la doctrina de la confianza pública. El Comité de los Derechos del Niño de las Naciones Unidas reconoció los méritos de este tipo de reclamaciones al afirmar que los niños “se ven especialmente afectados por el cambio climático, tanto por la forma en que experimentan sus efectos como por el potencial del cambio climático para afectarles a lo largo de su vida, sobre todo si no se toman medidas inmediatas”
También existen otros grupos que han empezado a utilizar argumentos relacionados con la igualdad ante la ley y la protección de los derechos humanos para denunciar litigios climáticos. Por ejemplo cuatro casos en Chile, Pakistán, Suiza y el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) fueron presentados por niñas o mujeres que alegaban verse afectadas de forma desproporcionada por el cambio climático, aunque en varios casos estos argumentos no prosperaron. Es el caso del colectivo de mujeres KlimaSeniorinnen contra Suiza, en el que las demandantes expusieron el impacto desproporcionado del cambio climático en las mujeres mayores. El Tribunal Administrativo Federal suizo consideró que las mujeres mayores de 75 años no se veían exclusivamente afectadas por las crisis climáticas.
El estudio prevé que en el futuro habrá un aumento aún mayor del número de casos relacionados con el cambio climático, la migración, los casos presentados por los pueblos indígenas, comunidades locales y otros grupos afectados de forma desproporcionada por los casos de fenómenos meteorológicos extremos y su consecuente migración climática, así como un incremento de los casos de “reacción violenta” contra litigantes que pretendan desmantelar las normativas que promueven la acción climática. También anticipa desafíos en la aplicación de la ciencia para mitigar la crisis climática.