La Ley de Bienestar Animal, en vigor desde el 29 de septiembre de 2023, es la primera norma estatal que regula los derechos y la situación de los animales en nuestro país. No solo recoge directrices para el cuidado de los animales domésticos, sino que también prohíbe la tenencia de animales silvestres en cautividad y su actividad y participación en espectáculos. En concreto, los circos han tenido una moratoria de seis meses para adaptarse a la ley. El plazo finaliza el 29 de marzo. Sin embargo, la mayoría de ellos ya comenzaron hace años un reciclaje hacia una nueva manera de hacer circo libre de animales, ya fuese porque la comunidad autónoma en la que actuaban lo prohibía con una ley de Protección Animal a nivel regional o por voluntad propia.
El primer circo que decidió comenzar esta transición de manera voluntaria fue el Circo Europa, regentado por Francisco Cristo –familiar directo del famoso domador Ángel Cristo– y su familia. Hasta mayo de 2017 trabajaban con leones, tigres, llamas, caballos, ponis, watusis, búfalos y serpientes. En ese momento decidieron donar su totalidad a un centro de protección animal: “Vimos que tarde o temprano los animales no iban a tener cabida en los circos. Un circo portugués me ofreció mucho dinero por ellos, pero esos animales eran nuestra familia y decidimos buscarles un sitio donde fuesen a vivir en las mejores condiciones el tiempo que les quedase de vida, y lo encontramos en Villena”, señala Francisco.
Se trata de un centro de rescate situado en este municipio valenciano, donde la entidad de protección de fauna salvaje AAP España - Primadomus ha ido reubicando paulatinamente algunos animales silvestres de los circos españoles. El lugar es una gran finca adaptada con vallas que dividen a las especies pero que, en comparación a su anterior vida, les permite estar libres. Cuentan con un veterinario las 24 horas del día y un gran equipo que se implica para que la vida de estos animales criados en cautividad sea la más natural posible.
A partir de la donación de sus animales, el Circo Europa tuvo que reinventarse. Ahora viajan por toda España con su equipo de malabaristas, contorsionistas, trapecistas y payasos, artistas que, aparte de seguir haciendo sus números particulares, han creado un equipo de teatro de cuentos y personajes infantiles: “Nuestros espectáculos siguen teniendo la esencia de un circo destinado a los niños, pero sin animales. Ahora hacemos números teatrales de la Patrulla Canina, Bob Esponja, la Vaca Lola y Pocoyó, entre otros. Después, salen nuestros artistas para hacer disfrutar del circo de siempre”. Para el Circo Europa 2018 “fue un año difícil” ya que esta nueva dinámica, dice el dueño del circo, “no gustó nada al público en un primer momento”.
“Durante muchos meses el público nos rechazaba. Llegábamos a un pueblo y solo venían a vernos el primer día de la semana, después nos teníamos que ir a otro. A los niños les gustaba igualmente, pero los mayores, acostumbrados a ir al circo para ver leones o elefantes, decían que un circo sin animales no valía para nada. Poco a poco se ha ido aceptando el cambio de paradigma, tanto por los demás circos como socialmente. Aunque al principio costó, digamos, ‘educarlos’, ahora el público disfruta igual que con el circo tradicional”, concluye Cristo.
A este pequeño circo le siguió otro más conocido a nivel nacional: el Circo Wonderland. Regentado por la familia italiana Macaggi, sus grandes carpas de colores llevan más de 40 años girando por España. Hasta hace seis años, los protagonistas cada fin de semana eran sus siete tigres, su león y su elefante. En septiembre de 2017 decidieron donarlos de manera amistosa a Primadomus junto a sus demás animales, haciendo historia por ser el mayor rescate de grandes felinos circenses en la historia española hasta la fecha.
Los teníamos domesticados, sí, pero sabíamos que no dejaban de ser animales salvajes por ello. [...]. No los vendimos porque no son objetos, son seres vivos que tienen que estar en su hábitat y hay que cuidarlos como se merecen
“Yo he crecido con esos tigres en las caravanas. Los teníamos domesticados, sí, pero sabíamos que no dejaban de ser animales salvajes por ello. En el momento en el que nos dimos cuenta de que los códigos sociales estaban cambiando respecto al cuidado de los animales –también en la mentalidad de nuestro propio circo–, no dudamos ni un segundo en donarlos. No los vendimos porque no son objetos, sino seres vivos que tienen que estar en su hábitat y hay que cuidarlos como se merecen”, cuenta Fredy Blanco, director de publicidad del Circo Wonderland.
A partir de ese momento decidieron no trabajar con ningún animal, solo con talento humano. Necesitaban conseguir que el reciclaje de sus espectáculos fuese efectivo sin que el famoso circo perdiese atracción. Ahora sus actuaciones son muy parecidas a las del Circo Europa, aunque con más presupuesto. Adaptaron ciertas narrativas infantiles al formato circense sin dejar de lado los números tradicionales. Uno de sus espectáculos estrella es la representación de la saga de ‘Piratas del Caribe’, teatralización a la que añaden funambulismo, acrobacias o números con fuego. La segunda parte de sus shows se basa en el circo más puro: muchos payasos, magos, la rueda de la muerte y un espectáculo de telas, entre otros.
Creo que gracias al esfuerzo de todos se está creando una cultura circense mucho más respetuosa con los animales
La transición hacia una nueva manera de hacer circo alejándose de la tradición fue “muy difícil”, señala Blanco, “tanto por el cambio repentino como por la rápida llegada de la pandemia”. Sus ingresos se desplomaron de un día para otro mientras habían hecho una gran inversión para la contratación de nuevos artistas, “aunque rápidamente se contrarrestó al no tener que mantener a los animales”, detalla. “A esas dificultades se le añadió nuestra añoranza a la forma que hemos tenido de trabajar durante cuarenta años, pero creo que gracias al esfuerzo de todos se está creando una cultura circense mucho más respetuosa con los animales”, concluye este miembro del Wonderland.
En AAP España - Primadomus señalan que los dos casos de circo anteriores son una excepción: “Muy pocos circos escogieron la opción de donar sus animales silvestres al centro de rescate de Valencia, concretamente tres. La mayoría de los circos a los que nos dirigimos decidieron ganar dinero vendiéndolos a otros países”.
Aparte de Primadomus, existen otros santuarios de animales donde han acabado los animales circenses. Por ejemplo, el centro de rescate de primates Rainfer, el Safari Aitana o El Bosque. Todas ellas son entidades privadas, pues el Gobierno no ha contemplado crear un centro público o contratar centros privados para recoger estos animales. La falta de sitio hace que muchos se tengan que reubicar en centros fuera de España, según DeAnimals, un despacho de abogados especializados en Derecho Animal.
Los inmóviles: “Si tengo la oportunidad, seguiré trabajando con elefantes y tigres”
Francisco Cristo recuerda que, cuando decidió dar el paso a una regeneración de su espectáculo, el resto de circos con los que tenía contacto le recriminaron sus acciones por cómo eso les iba a afectar: “Los compañeros de profesión se nos echaron encima al tomar esta decisión. Hemos tenido muchos problemas con ellos por esto, nos decían ‘¿Y cómo es que habéis dado los animales? Ahora nos van a obligar a todos a hacer lo mismo’”, recuerda el dueño del Circo Europa. Aunque desde el 2017 el goteo de circos libres de animales fue constante, no todos los circos ni todos los gobiernos autonómicos han aceptado la idea de eliminar los animales de los espectáculos de igual manera.
Según Infocircos –una coalición formada por distintas entidades de protección de los animales y la fauna salvaje–, en 2021 aún existían cinco circos en España en los que se utilizaban animales silvestres para hacer números con ellos: el Circo Quirós, el Circ de Nadal, el Gran Circo Alaska, el Alpha Circus-Circo Parada y el Circo Roma Dola. Este último, según la coordinadora de Infocircos y responsable de Políticas Públicas de AAP España - Primadomus, Marta Merchán, ha sido famoso por “haber mantenido a más animales en propiedad hasta el último momento. ”Varias veces alegaron que cuando no les dejasen actuar en España, el circo se marcharía del país con los animales. Finalmente, en 2022 crearon un zoológico y siguieron actuando sin ellos“, recuerda.
Merchán asegura que “en 2020 algunos de estos cinco circos ni siquiera tenían animales en propiedad, sino que los alquilaban para hacer números concretos allí donde sabían que podían hacerlo e iban a vender más entradas”. La Comunidad de Madrid, Andalucía, las Islas Canarias, Cantabria y Castilla y León han sido las regiones que se han resistido a implantar leyes de Proyección Animal autonómicas para proteger a los animales salvajes de los espectáculos circenses.
También señala que, hoy en día, “todos han dejado los animales salvajes de forma definitiva y, si los tienen, no los utilizan en sus espectáculos”. Sin embargo, con la cuenta atrás para la prohibición efectiva de animales salvajes a nivel nacional, algunos se han resistido al cambio. Por ejemplo, el Circ de Nadal (Valencia), que las pasadas navidades utilizaba watusis en su nuevo espectáculo llamado “Amar a los animales, las estrellas del Circo”.
Otro de ellos es el Circo Quirós, actualmente ubicado en el barrio de Carabanchel, en Madrid. La familia circense lleva varios años haciendo gira con parada en la capital, donde hasta hace unos meses era legal utilizar animales salvajes. A Marta Merchán le consta que este circo ha criado felinos en cautividad “siendo el circo que más se resistió al cambio hasta el último momento” aunque asegura que, en los últimos años, “Quirós decidió vender la mayoría de sus animales y, cuando llegaban a un municipio donde aún era legal utilizarlos, los alquilaban para determinados números junto a su dueño o domador”.
Nacho Pedrera Mallo, gerente del Circo Quirós, cuenta en una entrevista con elDiario.es que, en efecto, ya ha vendido todos sus animales salvajes, algo que le parece “muy mal”. Asegura sentirse “obligado por una normativa pensada para ganar votos y lavar la cara a este gobierno”. “Este año solo estoy trabajando con camellos y caballos, pero si en futuros años se me presenta la oportunidad de hacerlo con elefantes o con leones lo voy a hacer”, reconoce en esta conversación. “Si querían prohibirlo, la ley está mal hecha”, continúa asegurando que “existe una lista de animales prohibidos en la que no aparecen ni los elefantes, ni los leones, ni los tigres”.
Nuestros animales cumplen la normativa del bienestar animal porque los hemos criado nosotros ‘a biberón’ desde pequeños. [...]. Tengo claro que cuando quiera los llamaré para trabajar con ellos
Fuentes del Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030 aseguran que “lo que pretenden desde ese circo está expresamente prohibido por la ley en varios aspectos”. En primer lugar, señalan que “está prohibida la tenencia de cualquier animal silvestre en cautividad”. Además, la ley es clara respecto a uso en circos: “Está prohibido utilizarlos en espectáculos públicos o actividades artísticas turísticas o publicitarias, que les causen angustia, dolor o sufrimiento, [...], así como el uso de animales pertenecientes a especies de fauna silvestre en espectáculos circenses”.
Para Nacho, los tigres que él ha criado “no son salvajes”. “Nuestros animales cumplen la normativa del bienestar animal porque los hemos criado nosotros ‘a biberón’ desde pequeños”. Sin embargo, segundos más tarde rectifica al ser preguntado si esos tigres son de su propiedad: “Los tigres como tal no son nuestros, sino de compañeros que los tienen y desde chiquititos están con ellos. Y tengo claro que cuando quiera los llamaré para trabajar con ellos”, reiteraba.
La Federación de Veterinarios Europea (FVE) en 2015 se posicionó en contra de la utilización de animales salvajes en circos y declaró que “estos animales comparten la misma estructura genética que sus homólogos en estado salvaje y conservan sus mismos impulsos y necesidades naturales de comportamientos instintivos.”
Por otro lado, el ministerio reconoce que “existe un listado positivo de animales silvestres que no se ha publicado todavía”, pero que “para el caso de los leones y elefantes no es necesario que se publique para saber que su tenencia está ya prohibida desde la entrada en vigor de la Ley”.
Aunque trabajar con camellos y caballos también pueda parecer que está fuera de la norma, lo cierto es que la actual ley estatal de Bienestar Animal también permite la actividad y participación de animales en espectáculos circenses siempre y cuando no sean silvestres y que su utilización no implique maltrato, crueldad o sacrificio. Es decir, no prohíbe explícitamente la utilización de animales que no son considerados silvestres, como los camellos, caballos o watusis.