Magda Campins dirige el servicio de Epidemiología y Medicina Preventiva de uno de los hospitales de referencia en España, el Vall d'Hebron de Barcelona, pero además ha participado en el desarrollo del ensayo CombiVacs del que tanto se habla en las últimas semanas. De sus resultados penden más de un millón de personas. Son todos los trabajadores esenciales menores de 60 años a los que se les administró la primera dosis de AstraZeneca antes de que se limitara su uso en esa edad por los infrecuentes casos de trombos detectados. Mientras Sanidad ha optado por decidir qué segunda vacuna ponerles en función de lo que arroje el estudio, que analiza la respuesta tras administrarles una segunda dosis de Pfizer, Campins cree que “no hay señales de alerta en estos momentos” que impidan continuar con la segunda dosis de AstraZeneca y piensa que el ensayo “nos dará información valiosa para evaluar posibles pautas alternativas”, pero rechaza condicionar la toma decisiones a sus conclusiones.
Sobre la situación epidemiológica, Campins advierte de que aunque en mayo se prevé tener a la población más vulnerable vacunada, “relajarnos y pensar que por eso podemos desescalar rápido y volver a la normalidad sería un error gravísimo porque el virus está circulando y lo vemos con el número de contagios que se detectan cada día”. Cree, además, que lo “positivo” hubiera sido mantener más tiempo el estado de alarma, que decae el próximo domingo: “Es peligroso porque si una comunidad ve que tiene un incremento de casos y quiere tomar medidas más restrictivas, habrá algunas que no podrá tomar”.
Sanidad y las comunidades decidieron el viernes pasado retrasar cuatro semanas más la decisión de las segundas dosis de AstraZeneca en menores de 60 a la espera de los resultados de CombiVacs. ¿Piensa que tiene sentido aún incluso superando el plazo de administración de la segunda dosis que contempla la ficha técnica de la vacuna?
Por esperar un mes o un mes y medio y retrasar estas 12 semanas a 16 en principio no tiene por qué haber ningún inconveniente porque sabemos que la protección es alta y hay trabajos que apuntan a que incluso retrasando la administración de la segunda dosis, la protección es muy superior. De todas formas, yo tampoco tendría ningún problema en que se pusiera la segunda dosis ahora y que los resultados del ensayo nos ayuden a tener dos posibles pautas o estrategias: una, continuar con una segunda de AstraZeneca y otra, que se puedan utilizar pautas alternativas (combinada con Pfizer) en momentos en que se necesitara, por ejemplo si hubiera problemas de suministro de esta vacuna, como los ha habido. Al ensayo le veo más un tema de tener flexibilidad si necesitamos combinar ambas vacunas que un tema de contraindicación o de decidirse por una pauta u otra, yo creo que pueden ser complementarias.
Pero el Ministerio sí está condicionando la decisión a este ensayo. ¿Es un error?
En el momento en el que el Ministerio opta por hacer el ensayo y tomar las decisiones en base a sus resultados se estaba investigando la asociación de AstraZeneca con las trombosis de senos venosos cerebrales y Janssen se había paralizado en Estados Unidos. Ahora tenemos más conocimiento, sabemos que en Reino Unido se han administrado casi 2,8 millones de segundas dosis en personas que habían recibido la primera y se ha detectado uno o dos casos de estos eventos adversos raros graves, una incidencia igual a la esperada en la población general sin vacunar. No parece que haya un incremento de riesgo con respecto a la primera, lo que da tranquilidad para poder administrar estas segundas dosis con AstraZeneca, porque no hay ninguna señal ahora mismo que nos haga estar alerta en este sentido.
Esto, además, es lo que ha dicho la Agencia Europea del Medicamento (EMA), pero cuando ocurrió, Sanidad ya había optado por hacer el ensayo y evitar tirarse a la piscina sin evidencia científica al elegir una pauta heteróloga con Pfizer, que es una vacuna de tecnología diferente, como estaban haciendo otros países como Alemania, Francia o Dinamarca. Pero claro, las cosas avanzan deprisa y ahora ya tenemos datos de que no hay ninguna alerta en administrar una segunda dosis de AstraZeneca. En este sentido, yo creo que Sanidad podría haber decidido, tal y como indica la EMA, seguir con las segundas dosis de AstraZeneca. Como te decía, optar por una opción mixta: continuar con ellas y con el ensayo, que nos dará información valiosa para evaluar posibles pautas alternativas y útiles.
Por otro lado, CombiVacs observará la acción de una segunda dosis de Pfizer, pero no se compara con una segunda de AstraZeneca. ¿Hubiera sido lo ideal?
Lo que se pretende con el ensayo es saber si con una segunda dosis con Pfizer se obtiene una respuesta inmune adecuada. Quizás lo ideal sí hubiera sido haber dado a un segundo grupo de personas una segunda de AstraZeneca, pero desconozco por qué no se diseñó así. En todo caso, los resultados se podrán comparar con los datos históricos de los ensayos clínicos en los que ya se sabe cuál es la respuesta inmune inducida con dos dosis de AstraZeneca. Esos datos ya están ahí y ahora se verá si con segunda dosis de Pfizer se consigue una respuesta inmune igual o incluso superior.
"Se ha generado información contradictoria sobre la edad de aplicación de AstraZeneca que cuesta mucho entender"
El ensayo no evalúa si con una segunda dosis de Pfizer pueden darse estos efectos adversos raros, cuya aparición es el motivo por el que aparentemente Sanidad no decide administrar una segunda de AstraZeneca. ¿Qué nos dirá el estudio?
Eso es. No es un ensayo ni de seguridad ni de eficacia. He oído a expertos estos días en medios de comunicación hablando del tema y creo que es importante conocer el protocolo y el diseño del estudio para opinar. Este es un ensayo clínico en fase 2 cuyo objetivo principal es ver la respuesta inmune a una pauta heteróloga de AstraZeneca más Pfizer. Con las 600 personas que participan es imposible estudiar la seguridad o la eficacia porque el tamaño muestral tendría que ser mucho más grande, en fase 3, los estudios de eficacia requieren entre 30.000 y 40.000 personas. Y ni siquiera en estos se vieron los eventos raros, que se han detectado en fase de vigilancia postcomercialización.
Del retraso de cuatro semanas más se deduce que todas las dosis que lleguen de AstraZeneca hasta finales de mayo se administrarán a mayores de 60, que es el objetivo prioritario de Sanidad. Pero el Ministerio se resistió a administrarla, primero a mayores de 55, luego de 65. ¿Hubiera sido mejor no anteponer a los trabajadores esenciales, que además ahora están en un limbo, a los mayores de 60, más vulnerables?
Yo creo que se tendría que haber hecho al mismo tiempo. Es verdad que al principio no había suficientes vacunas, pero inicialmente poner el corte en los 55 años no tenía ningún sentido aunque en los ensayos clínicos había menos gente mayor que joven incluida, pero eso ha pasado con las otras vacunas también y no impide que se pueda observar que la respuesta inmune es la adecuada. En muchas ocasiones, ser demasiado prudente o querer ser demasiado teórico te impide poder avanzar de forma eficaz en situaciones como esta, en la que necesitamos poder vacunar de forma muy rápida a la mayor parte de la población posible y ,sobre todo, a las personas más vulnerables. La estrategia tenía que haber sido aplicar AstraZeneca independientemente del grupo de edad. En parte creo que se podría haber evitado generar toda esta información contradictoria en la población de primero 55, después 60, primero solo jóvenes, luego solo mayores... que cuesta tanto entender.
En este sentido, no tener todavía una decisión tomada ¿puede incrementar la incertidumbre y la desconfianza de los ciudadanos?
Los ciudadanos llevamos todos más de un año en esta situación y lo que queremos es salir cuanto antes de esto, y creo que, afortunadamente, la población está sensibilizada lo suficiente como para que pesen más los beneficios claros de las vacunas y la importancia de la vacunación que estas informaciones contradictorias. La gente es consciente de que estas informaciones son muchas veces causadas más por decisiones políticas que científicas.
"Cuanta más gente vayamos vacunando, cada vez habrá menos ingresos y menor ocupación de UCI y podremos irnos relajando, pero no quiere decir que esto ya haya pasado"
La vacunación avanza a buen ritmo. Si España recibe la dosis comprometidas, en mayo se prevé que esté la población vulnerable vacunada. ¿Estamos en el punto de pensar ya en un cambio significativo en lo que respecta a suprimir las restricciones?
Estar pensándolo puede ser que sí, pero poder ejecutarlo de forma amplia no. Hemos de tener en cuenta que aunque tengamos a la población vulnerable vacunada, estamos viendo a personas cada vez más jóvenes entrando en las UCI. Relajarnos y pensar que como ya tenemos a todos los mayores vacunados, podemos desescalar rápido y volver a la normalidad sería un error gravísimo porque el virus está circulando y lo vemos con el número de contagios que se detectan cada día. La bajada de la curva no es tan rápida como en otras olas y tenemos a la variante británica, que es mucho más transmisible. Es cierto que cuanta más gente vayamos vacunando, cada vez habrá menos ingresos y menor ocupación de UCI y podremos irnos relajando, pero no quiere decir que esto ya haya pasado. Podremos ir desescalando, pero lentamente y cuando finalice el estado de alarma, independientemente de lo que las comunidades puedan hacer, toda la población tiene que ser consciente de que aunque termine, no podemos hacer todo lo que nos gustaría. Tenemos que seguir siendo prudentes.
Como dice, el próximo domingo decae el estado de alarma. Con la situación epidemiológica que tenemos actualmente, ¿cree que habría que seguir manteniéndolo o que será posible controlar al virus sin él?
Yo creo que habría que seguir manteniéndolo porque hay decisiones que sin el estado de alarma no se podrán tomar. Y esto ya lo hemos visto en etapas anteriores, cuando alguna comunidad autónoma ha decidido aplicar alguna restricción concreta y después los jueces se la han tumbado. Esto es lo peligroso. Si una comunidad ve que tiene un incremento de casos y quiere tomar medidas más restrictivas, habrá algunas que si no hay estado de alarma no podrá aplicar. Mantener el estado de alarma más o menos hasta el verano, que es cuando quizás se alcanzará un 60 o 70% de población vacunada, sería positivo.
"En verano habrá que seguir siendo prudentes y probablemente manteniendo restricciones, por ejemplo la mascarilla en lugares cerrados"
Hablando del verano, ¿hasta qué punto cree que nos podremos relajar?
Si realmente tenemos ese porcentaje vacunado, estaremos en una buena situación como para poder afrontar un verano en buenas condiciones. El virus aún circulará, pero menos. Entiendo que se querrá reactivar el turismo y volver a dar un impulso a la economía, y si llegamos a esos niveles de vacunación, podremos hacerlo, pero es importante que se controle el turismo exterior para que no sea un foco de importación de variantes más transmisibles. Durante los meses de verano se está más al aire libre y disminuye el riesgo de contagios, o sea que habrá condicionantes positivos, pero aún así habrá que seguir siendo prudentes y, probablemente, manteniendo restricciones. Por ejemplo, habrá que seguir utilizando la mascarilla en lugares cerrados. Habrá medidas que no se podrán eliminar de un día para otro.
Estamos estos días viendo la situación en India. Influyen diferentes factores de diferente tipo, más allá de la detección de nuevas variantes aparentemente más contagiosas. Pero, ¿le preocupa que estas mutaciones se extiendan?
Frenar la introducción de variantes es muy complicado en un mundo tan globalizado como en el que vivimos y las posibilidades de que ocurra son altas. Algún caso ya hay, y eso teniendo en cuenta que secuenciamos el 10% de todas las muestras, así que es posible que haya más y no lo sepamos. Pero más que eso, lo importante es saber cómo se comportan: esta en concreto parece que es más transmisible, pero no podemos aún hablar de gravedad ni de si escapan al efecto de la vacuna. Por eso es importante hacer estudios, ir monitorizándolas y hacer un seguimiento muy estrecho. Eso es lo más importante.