Una manifestación contra la pobreza de aquí y de allí

“Allí los contamos por muertos y aquí, de momento, por parados”, denuncia con rabia Mercedes Ruiz Giménez, de la Coordinadora ONG para el Desarrollo en España. Junto a ella, más de un millar de personas en Madrid han dicho 'no' al tijeretazo en cooperación al desarrollo conocido en los últimos Presupuestos Generales del Estado con el lema “rebélate contra la riqueza que empobrece”.

Lo que inicialmente era un acto de repulsa a los recortes en políticas sociales y de ayuda al desarrollo ha terminado por integrar diversas consignas. Desde el rechazo al desmantelamiento de la Educación y de la Sanidad pública hasta los reclamos de los afectados por las preferentes. Todos a una, aunque con voces distintas, han recorrido la céntrica calle Alcalá de la capital. La protesta, convocada con motivo del Día Mundial por la Erradicación de la Pobreza, se ha disuelto en el Paseo del Prado, a la altura del museo Thyssen, tras la lectura del manifiesto.

Un manifiesto que la Alianza Nacional de ONG ha hecho llegar al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, en forma de decálogo. “Esperamos que nuestras propuestas se tengan en cuenta y se reflejen en los presupuestos que se harán públicos en los próximos días”, manifiesta Ruiz Giménez, situada en la cabecera de la protesta junto con Sonsoles García Nieto, presidenta de la Coordinadora madrileña de ONG. A pesar del descalabro en el presupuesto destinado a cooperación, García Nieto es consciente de que “la gente se está empezado a movilizar” ante situaciones como la que se vive, por ejemplo, en Madrid, donde al ayuntamiento ha bloqueado el presupuesto destinado a las políticas de cooperación. “La paralización de estas partidas, ahora a cero, comenzó durante el mandato de Ruiz-Gallardón. Se nos pintó como algo temporal, pero hoy seguimos esperando una respuesta”. “La cooperación se ha quedado temblando”, añade Ruiz-Giménez. “Estamos olvidando nuestros compromisos internacionales. La pobreza allí es insufrible”.

Esa pobreza, antes percibida como un fenómeno lejano, inherente al tercer mundo y casi inevitable, se ha colado en nuestros barrios, entre nuestros vecinos e incluso en nuestras propias familias. En España hay 13 millones de personas que viven por debajo del umbral de la pobreza, sin olvidar los 1.400 millones que la sufren en el mundo. La situación de emergencia social ha activado la alarma de las ONG españoles e internacionales que tradicionalmente habían operado en países en vías de desarrollo. Hoy su mirada también se dirige a España.

La necesidad de austeridad, repetida como un mantra por los miembros del Gobierno, camufla el desmantelamiento progresivo de las políticas sociales y, con ello, del Estado del bienestar. Ana Lima, presidenta del Consejo General del Trabajo Social, advierte de que “no es suficiente con parar la tijera”. Los trabajadores sociales, en contacto directo con la dramática realidad que viven miles de familias, “están desbordados”.

“Al contrario de lo que nos hacen creer, sí hay dinero. Puede haberlo si hay una política fiscal que ponga freno al fraude que evade 90.000 millones de euros”. Con ese dinero, afirma con rotundidad Ruiz-Giménez, “las políticas sociales, tan necesarias en este momento, tendrían salida”. Un mensaje que se ha escuchado este jueves en las calles de 40 ciudades españoles y en 16 países de África, Europa, América Latina y Asia que se han sumado a la causa.