Una mañana muy fría en Madrid -“no nos importa, ya nos ha calentado Wert bastante”- ha recibido a la marea verde en la capital, en su marcha contra la LOMCE recién aprobada en el Parlamento. La nueva ley educativa promovida por el Gobierno del PP de Mariano Rajoy y diseñada por el ministro José Ignacio Wert ha reunido opositores en el centro de la capital venidos de toda España. La oleada de personas ataviadas con camisetas verdes en defensa de la educación pública que nació en Madrid ante los primeros recortes en educación llevados a cabo por el Ejecutivo regional que entonces presidía Esperanza Aguirre (PP) se ha transformado en un parada multicolor por las banderas autonómicas que alfombraban la Gran Via madrileña.
“Es la manera de señalar que el rechazo viene de todo el territorio”, explicaba Manuel, un sindicalista que ayudaba a portar la enseña asturiana. Grandes trapos iban intercalados en la manifestación: Cataluña, Andalucía, Galicia, Castilla-La Mancha, Islas Canarias... la marcha ha conjuntado a miles de ciudadanos llamados por la Plataforma Estatal en Denfensa de la Educación. Y, además de variedad geográfica, también había un amplio rango de edades. Juan y Andrea, peinando canas, apuntaban a que “la educación laica es fundamental para un pueblo libre”. Las filas del Sindicato de Estudiantes se mostraban más ruidosas y con propuestas más enérgicas: “Una huelga general en toda la educación de 72 horas”.
La LOMCE, la séptima reforma educativa de la democracia española, ha concitado rechazo por parte de múltiples colectivos y por razones variopintas: desde la selección del alumnado para obtener mejores resultados en las pruebas externas que luego se asocian a la financiación de centros educativos hasta el aliento a la educación concertada o el visto bueno a la educación segregada por sexos sostenida con fondos fondos públicos. Quizá por eso, la plataforma convocante aúna a CC OO, UGT, CGT, STEs, el Movimiento de Renovación Pedagógica (MRPs), el Sindicato de Estudiantes, la Federación de Asociaciones de Estudiantes Progresistas (Faest), Estudiantes en Movimiento y la Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos (Ceapa).
Al son de la ya imprescindible batukada (no hay manifestación que no la incluya), con los termómetros marcando cinco grados en Madrid, la marcha ha llegado hasta casi la sede del Ministerio de Educación para subrayar un nuevo rechazo a la legislación de Wert. La que el jueves obtuvo el refrendo de los votos del PP sin un sólo apoyo más por parte del resto del arco parlamentario.