Miles de jóvenes madrileños -unos 60.000, según el Sindicato de Estudiantes- han llenado esta mañana la calle Atocha, en una manifestación contra de la política educativa del Gobierno que precede a la de mañana, que se prevé multitudinaria y tendrá lugar en decenas de ciudades españolas. La segunda jornada de huelga estudiantil, cuyo seguimiento cifra el SE en más de un 90%, se unirá mañana a la huelga general en Educación convocada por profesores, padres y alumnos en todos los niveles de la enseñanza. Por su parte, desde el Ministerio de Educación y mediante un mensaje grabado de la secretaria de Estado de Educación, FP y Universidades, Montserrat Gomendio, aseguran que a las 12.00 de hoy y contabilizando datos de seis comunidades, la inasistencia a clase era del 18,88%.
Al grito de “Wert dimisión”, “Escuela pública para todos” y “Yo quiero estudiar pero este gobierno no lo ve normal” los estudiantes han avanzado hasta la Puerta del Sol acompañados también por algunos padres y profesores. Ana García, secretaria general del SE, ha destacado que las aulas de las universidades se encontraban hoy “completamente vacías”. “Estamos reivindicando que no queremos devolver la educación a la época del franquismo. El objetivo de la LOMCE, del decreto de becas, las reválidas... es expulsar prematuramente a los hijos de los trabajadores y convertir la universidad en el coto privado de los hijos de los ricos”, ha asegurado Ana García.
Entre cánticos y pancartas que rezaban “No a los recortes”, “Wert culpable, no a la LOWCE” o “No a la contrarreforma franquista. Sí a las becas. No a las tasas. Wert dimisión”, la respuesta más repetida entre los estudiantes es que el futuro pinta muy negro para ellos con la LOMCE, la subida de las tasas y los recortes en becas y ayudas. “Yo no veo ningún futuro para mí” aseguraba Luis Miguel, estudiante de 2º de Bachillerato del IES García Morato que se plantea estudiar un Grado Superior de FP y caminaba junto a su padre, Miguel. “Ya está bien de recortes. Todo lo que han conseguido nuestros padres se va a perder y no hay derecho. No nos dan opciones para que los chicos estudien”, agregaba su padre.
“Este año la matrícula me ha costado 1.800 y en primero fueron 800. Tengo la suerte de tener una beca, pero no gracias a lo que ellos me han dado sino a mi trabajo. Si no fuera por esta ayuda tengo claro que no podría acabar la carrera”, se quejaba Águeda, estudiante de 4º de Terapia Ocupacional de la Universidad Complutense (UCM), que afirmaba que se está viviendo “una situación insostenible” en toda la enseñanza.
Carmen, estudiante de 2º de Podología en la UCM, opinaba igual. Ella es de Brihuega, Guadalajara, y su hermana mayor también está estudiando un master. “El año pasado tuve beca y este año la he pedido, pero aún no me han contestado. Sino me la dan, tendré que dejar mis estudios”, se lamentaba con la vista puesta en una respuesta que espera para diciembre.
Doblemente afectadas se mostraban Jessica y Estíbaliz, de 23 y 22 años y estudiantes de 1º de Magisterio Infantil en la Universidad Complutense. “La matrícula nos ha costado 1.400 euros con dos asignaturas convalidadas, por las que además tenemos que pagar el 25% y una tasa nueva para tramitar la convalidación”, decían. Tras estudiar un Grado Superior de Educación Infantil que, han matizado, empezó siendo gratis, en segundo curso les costó 180 euros y este año ya vale 400 euros, quieren seguir formándose para tener más opciones laborales. Eso sí, aclaran: “Hemos pedido beca pero ya sabemos que no nos la van a dar por estas asignaturas convalidadas. Deberíamos matricularnos de dos más de segundo curso y la matrícula se nos iría a 1.600 euros y sin garantía de obtener la beca”.
“Mi padre tiene 51 años y está en paro, mi madre es ama de casa y yo trabajo cuando me sale algún curro esporádico. Este año sé que puedo estudiar porque toda la familia estamos haciendo un esfuerzo pero no sé es qué pasará el curso que viene”, explicaba Jessica. Pero para ellas los problemas no acaban aquí ya que también lo viven desde la perspectiva de maestras que en unos años se incorporarán al mercado laboral: “El futuro que se nos presenta como trabajadoras y como maestras es fatal. Cada vez hay más niños en las aulas, no hay susticiones y si te contratan es de forma precaria, de refuerzo un mes y hasta pagándote en negro algunas horas”, señalaban.
“Vamos a conseguir que solo estudien los niños de papá con dinero”, protestaban también un grupo de alumnas de 4º de la ESO del IES Valdebernardo. “Estamos cansados y no hacemos otra cosa que luchar por nuestros derechos”, decía Raquel. Su compañera Laura ponía el acento sobre una situación cada vez más extendida en multitud de hogares españoles: “Mi hermano está estudiando Biología en la Autónoma de Madrid y yo en el insituto. De momento, es posible porque nuestros padres están haciendo un esfuerzo enorme y eso que este año no le han dado la beca”.
También estudiantes de Secundaria en el IES Gabriel García Márquez son Dayana, natural de Colombia, e Isabel, de República Dominicana. Cartel en mano contra los recortes y con la vista puesta en estudiar Asistencia Social y Peluquería respectivamente señalaban que “sin beca es imposible”. Sobre la situación que viven en su centro agregaban que “está mal. Cada vez somos más chicos en clase y hay menos profesores. Estudiar así es mucho más difícil”.
“Estamos orgullosos de vosotros”
Junto a los estudiantes que tomaron ayer el centro de la capital también estuvieron representantes sindicales y asociaciones de padres y profesores. “Como no podía ser de otra manera los padres estamos orgullosos de vosotros. Esto es una fiesta de la democracia que asusta a los poderes”, apuntaba Isabel Blanco de la FAPA Giner de los Ríos. En nombre de CC OO, Paco García destacaba la situación que viven los profesores con ratios de alumnos mayores y con plantillas mermadas. “El curso ha comenzado con 80.000 alumnos más pero 25.000 profesores menos en educación no universitaria y 4.600 en las universidades públicos”, aseguraba a la par que criticaba las palabras de Montserrat Gomendio, quien afirmó ayer que los profesores pueden hacer huelga porque hacen huelga porque “tienen un puesto de trabajo asegurado”. “Cómo pueden decir que tenemos un trabajo fijo cuando en los últimos años se han despedido a 60.000 profesores”, le replicaba.
Incidentes en el campus de Somosaguas
La segunda jornada de huelga estudiantil también ha venido hoy acompañada de incidentes en el Campus de Somosaguas de la Complutense. Si ayer el rector José Carrillo denunció que la policía había entrado en el campus “sin conocimiento de las autoridades académicas”, esta mañana de nuevo se han sucedido problemas con los piquetes informativos que bloqueaban los accesos al campus. “Siempre que solo sea informativo me parece bien pero que no te dejen entrar en clase y te quiten ese derecho, que además lo has pagado, me parece injusto”, se quejaba una estudiante en Somosaguas a Europa Press. Desde la UCM han señalado a eldiario.es que no ha habido problemas de ningún tipo y la jornada ha sido tranquila. “Varios estudiantes han colocado una barricada, se les ha pedido que la quitaran y así lo han hecho. Ha estado muy tranquilo”, apuntaban. La policía, agregaron, ha estado en el perímetro del campus sin necesidad de tener que intervenir.
Y en la Facultad de Derecho de la Complutense también ha habido esta mañana problemas. De hecho, un grupo estudiantes ha pedido amparo a la Delegación de Gobierno ya que no podían acceder a clase.
Por otro lado, esta noche los estudiantes protagonizarán encierros en varias facultades en todo el país y también participarán en la manifestación que saldrá mañana de diferentes puntos de Madrid para confluir aproximadamente a las 18.30 en Sevilla.
Pero ya apuntan que las movilizaciones no acabarán mañana. Desde el SE aseguraron que continuarán si el Gobierno no responde a sus demandas. “La estela a seguir es la iniciada en Baleares pero también instamos a Cándido Méndez e Ignacio Fernández Toxo, secretarios generales de UGT y CC OO, a convocar una huelga general en defensa de la educación pública porque es una conquista y un derecho de toda la sociedad”, concluyó Ana García.