Nacida en Canero (Asturias), se licenció en Ciencias Químicas por la Universidad Complutense de Madrid, donde se doctoró. En 1963 emigró a EEUU, y ahí continuó sus investigaciones en la traducción del mensaje genético junto al Nobel Severo Ochoa

En 1967 regresó y se asentó en Madrid, en el Centro de Investigaciones Biomoleculares. Su descubrimiento más importante fue la ADN polimerasa del virus bacteriófago phi29, una enzima que permite producir copias genéticas de forma precisa partiendo de rastros escasos, como por ejemplo, una gota de sangre. Su patente es la que más beneficios ha reportado al CSIC en su historia

Fallece a los 80 años la científica Margarita Salas, pionera española en genética molecular