Seis años después de ser imputado en la querella argentina y de haber manifestado su voluntad de declarar, Rodolfo Martín Villa se ha sentado frente a la jueza María Servini. Lo hizo a 11.000 kilómetros de ella, que estaba en Buenos Aires, por videoconferencia desde la embajada argentina.
El exministro entraba en la embajada argentina de Madrid en torno a las tres y media de la tarde. Varios testigos afirman haber visto salir su coche conducido por su chófer, pero sin él dentro, veinte minutos más tarde. Fuentes consultadas por elDiario.es señalan que habría empezado a declarar en torno a la seis de la tarde, contestando a preguntas del ministerio fiscal y por tanto no limitándose a entregar la declaración escrita, de cuarenta páginas, que había enviado previamente a la magistrada de la querella argentina María de Servini.
El inicio de la declaración se ha retrasado porque previamente se ha realizado una lectura de parte del sumario y de los cargos que se le imputan.
No se descarta que la toma de declaración indagatoria prosiga este viernes o el próximo lunes. De hecho, cuando la magistrada argentina María de Servini tenía previsto viajar a Madrid en septiembre de 2019, para tomar declaración en persona a Martín Villa, fijó cinco o seis días de estancia en la capital española, previendo ya que la indagatoria se podría prolongar incluso varias jornadas. Finalmente ese viaje se suspendió a causa de la celebración de elecciones en Argentina.
El exministro del Interior declara ante la jueza de la querella argentina por voluntad propia, ya que el Consejo de ministros operó en su día para impedir que fueran obligatorios los interrogatorios a las personas imputadas en esta causa impulsada desde Argentina que investiga crímenes de lesa humanidad del franquismo.
En el texto entregado ante la jueza, según ha podido saber elDiario.es, Martín Villa resalta su colaboración con la justicia y arremete contra lo que califica como falsedades y errores de la querella en su contra. Está acusado de delitos de homicidio agravado en un contexto de crímenes contra la humanidad. La justicia argentina busca al alto cargo franquista desde 2014 por 12 homicidios, crímenes contra la humanidad cometidos en un “ataque sistemático” para eliminar opositores. Como la “matanza” de Vitoria de 1976, asesinatos cometidos por ultraderechistas o los sucesos de Sanfermines de 1978.
Respecto a estas muertes, el que fuera ministro durante el franquismo y la Transición reconoce que se cometieron lo que califica como graves errores, y admite que hubo comportamientos policiales contrarios al respeto a los derechos de las personas y por tanto es legítimo reclamar una reparación justa. Sin embargo, no está de acuerdo en que este proceso judicial persiga ese fin. Y rechaza de plano la idea de que lo sucedido en Vitoria pueda enmarcarse en un contexto de genocidio y crímenes de lesa humanidad. Considera que fueron “muertes dolorosas y lamentables”, pero insiste en que no formaban parte de un “plan deliberado”. “La Transición fue lo contrario. Por primera vez en 200 años las cárceles quedaron vacías de presos políticos y el mundo sin exiliados españoles”.
Martín Villa se desmarca del accionar de los policías y guardias civiles cuyos disparos causaron las muertes de varias personas, y defiende que cuando se planteó si él podía ser responsable político de determinadas acciones policiales o merecía ser reprobado políticamente las Cámaras surgidas de las elecciones de 1977 lo rechazaron.