Hollywood le ha convertido en el periodista de moda al retratar su trabajo en la oscarizada Spotlight. Él dirigía el Boston Globe cuando investigaron los abusos sexuales perpetrados por sacerdotes de la Iglesia Católica en la capital de Massachusetts. Era 2002 y la serie de artículos, además de ganar el Pulitzer, provocó la dimisión de Bernard Law, el todopoderoso arzobispo de Boston, y de alguna forma animó a muchos periódicos de todo el mundo a indagar este asunto y descubrir que en otros lugares estaba ocurriendo lo mismo.
Pero la estrella de Martin “Marty” Baron (Tampa, Florida, 1954), además de en las pantallas, brilla ahora sobre todo al frente del Washington Post, el periódico del Watergate, que hace tres años, sumido en graves dificultades, fue comprado por Jeff Bezos, el dueño de Amazon, y que desde entonces ha comenzado a remontar el vuelo.
Por eso no sorprende que la Fundación Gabriel García Márquez le haya pedido que inaugure este año el Festival Gabo, que arranca el próximo jueves 29 en Medellín, y en el que se entregarán sus premios anuales a la excelencia periodística en Iberoamérica.
Baron, hombre muy ocupado, meticuloso y extremadamente amable y que habla un fluido español, herencia de su paso por el Miami Herald, del que fue primero redactor y más tarde director, opina sobre las elecciones en Estados Unidos y nos relata cómo es su relación con Bezos y por qué el Post ha vuelto a la carrera.
Usted llega a la dirección del Post en diciembre de 2012, en un momento muy delicado de la historia del periódico. La familia Graham, que lo controló durante cinco generaciones, no encontraba la salida a una larga crisis provocada por la llegada de Internet y el nacimiento de nuevos competidores digitales. Tan solo ocho meses después, en agosto de 2013, Jeff Bezos compró el periódico. ¿Qué pensó en esos días? ¿Qué esperaban de Bezos y en qué ha cambiado la situación del WP en estos tres años?
Empecé mi carrera en el Washington Post en enero de 2013. Obviamente, me sorprendió la venta del periódico. Fue anunciada seis meses después de mi llegada, y la venta se realizó tres meses después del anuncio. Como Don Graham, el dueño anterior, ha confesado, a la gerencia y a los propietarios del periódico se les acabaron las ideas para asegurar el éxito del Post e intentaron encontrar un nuevo propietario que pudiera llevar soluciones que nos ayudasen en un tiempo en el que la tecnología está cambiando dramáticamente y los hábitos de los consumidores de información se transforman a gran velocidad.
Sin duda, Jeff Bezos ha llevado al Post no solo su capital financiero, que puede ayudarnos durante la transformación de nuestra industria, sino también su capital intelectual. Nos ha empujado a pensar a fondo en cómo el mundo digital es muy diferente al mundo impreso. Nos ha dado los recursos para invertir en varios experimentos digitales. Hemos recibido dinero para mejorar la redacción y nuestro departamento de ingeniería. Como siempre dice, nos ha dado “la pista” para experimentar. Hemos aprovechado esta oportunidad y afortunadamente hemos tenido mucho éxito.
El periódico que usted dirige se mueve entre el servicio a una comunidad local y la política nacional e internacional. En solo tres años han logrado remontar la crisis de lectores y están obteniendo un seguimiento creciente en Internet. ¿Cuál es la fórmula? ¿Cuáles son los puntos más importantes de su estrategia periodística?
Lo cierto es que no hay una fórmula. Cada medio tiene que experimentar. Cada modelo podría ser diferente. Sin embargo, es importante que reconozcamos que Internet es un medio distinto. Diferente a los periódicos impresos, diferente a la radio, diferente a la televisión. Este nuevo medio exige una nueva forma de comunicación, más dialogante, más asequible, donde se puede oír más la voz del autor, donde se utilizan las nuevas herramientas disponibles (como vídeo, audio, redes sociales, documentos originales, etc.) Ahora no solo podemos contar historias, podemos mostrar lo que ocurrió.
Supongo que también habrá sido fundamental la parte tecnológica y de gestión empresarial y comercial. ¿En qué medida ha influido la experiencia de Jeff Bezos en este campo?
Como todo el mundo sabe, es ingeniero con un conocimiento profundo de la nueva tecnología. Sin embargo, él tiene otros conocimientos que también nos ayudan. Él conoce bien los hábitos, preferencias y comportamientos de los consumidores. Y siempre piensa a largo plazo. Desafortunadamente, pensar a largo plazo no es común entre los periodistas.
¿Cómo se comporta Bezos como propietario? ¿Tiene reuniones frecuentes con usted y su equipo directivo? ¿Les marca directrices informativas o de tendencia ideológica o se limita a pedir resultados y rentabilidad?
Tenemos reuniones por teléfono cada dos semanas. Primordialmente abordamos los temas de tácticas y estrategia. Bezos nunca se involucra en la cobertura. Le da a la redacción independencia completa.
Usted dirigió el Miami Herald, luego el Boston Globe, ahora el Washington Post. Tres grandes periódicos en tres momentos muy diferentes. En el Globe destaparon los abusos a menores por parte de miembros de la Iglesia de Boston, investigación por la que obtuvieron muchos premios y que ha sido narrada en la película Spotlight. ¿Sigue siendo el servicio público, el control de los poderosos, la esencia del periodismo?
Creo que sí. La misión central y esencial de los medios es pedir cuentas al poder. Si no lo hiciéramos, nadie lo haría. Y estoy completamente convencido de que los lectores quieren que lo hagamos.
¿Cómo cree que está afectando la crisis de modelo económico y las técnicas de optimización del tráfico (periodismo viral) a la calidad del trabajo de los periodistas?
No puedo negar que hay muchos ejemplos del descenso de la calidad del periodismo. Obviamente, nos faltan los recursos y el personal que teníamos en el pasado. También la rapidez, la competencia intensa, y la lucha para sobrevivir ha desembocado en demasiado periodismo superficial. Sin embargo, afortunadamente hay ejemplos de la mejoría del periodismo, y es importante no olvidar ese hecho. Ahora podemos utilizar nuevas herramientas para contar historias y por eso podemos comunicar con más eficacia.
Los periódicos y los periodistas hemos perdido en buena medida la capacidad de intermediar entre los hechos y los poderes y el público, que antes teníamos casi en exclusiva. Ahora, desde la llegada de las redes sociales, tampoco controlamos la distribución de la información. ¿Cómo cree que lograremos en el futuro seguir siendo necesarios?
Hay que distinguir entre el poder de controlar la distribución y la idea de ser necesario. Es verdad que ahora las personas pueden compartir información por las redes sociales pero el público por lo general acude a los medios tradicionales para recibir información cuando hay noticias importantes. Siguen buscando fuentes fiables y respetables. Tenemos que reconocer que las realidades actuales nos obligan a contar las historias de una manera más atractiva. Tenemos que experimentar con nuevas formas de relato, no utilizar siempre las tradicionales con las cuales no sentimos mas cómodos.
Su país se acerca a unas elecciones presidenciales singulares. Cuando Donald Trump peleó su nominación entre los republicanos no parecía el candidato con más posibilidades, y ganó. Ahora tampoco lo parece, pero algunas encuestas le dan cerca del triunfo ¿Qué opina sobre él? ¿Ve a su país presidido por un personaje como Donald Trump?
No quiero opinar sobre los candidatos pero hay que reconocer que él podría ser el próximo presidente. Las elecciones van a ser muy apretadas.
Y por otro lado está Hillary Clinton, una política experimentada ¿A qué retos se enfrentaría en caso de llegar a la presidencia? ¿Cree que el hecho de ser la primera mujer que lo lograría en la historia le va a condicionar de alguna manera?
Ser una mujer no es el obstáculo mas difícil. Lo cierto es que hay muchos ciudadanos estadounidenses que la ven con mucha hostilidad debido a su historial, a su política, a su presunta actitud, a la manera en la que los Clinton han ganado dinero después de la presidencia de su esposo.También hay muchas personas que no creen en su honestidad, que no confían en ella. La realidad es que este es un país dividido.