- El sociólogo José Saturnino Martínez considera que la reforma del sistema de becas aumenta las desigualdades: “Deja fuera a los que no pueden pagar”.
José Saturnino Martínez es doctor en Sociología por la Universidad Autónoma de Madrid (UAM). Fue vocal asesor en el Gabinete de José Luis Rodríguez Zapatero entre 2007 y 2011 y en la actualidad es profesor de Sociología en la Universidad de La Laguna. Experto sobre desigualdades en Educación, colabora con el espacio de debate político Agenda Pública.
Las reformas en el sistema de becas, ¿cómo incrementan la desigualdad?
Hay dos puntos fundamentales. El primero, es que genera incertidumbres entre aquellos más sensibles a ellas y, el segundo, es que la mejora de la eficiencia se hace a costa de las clases populares. La exigencia de nota sólo es para los más pobres, sólo recae sobre la parte más débil, por lo que se quedan fuera los que no pueden pagar desde el momento en el que la nota es un requisito fundamental.
¿A qué se refiere con las incertidumbres?
Porque de un año para otro cambiará el dinero disponible para becas. Habrá una bolsa de dinero y los becados no siempre serán los mismos de un curso para otro. Las familias no van a poder planificar los estudios universitarios de sus hijos porque no van a saber si al año siguiente podrán seguir disponiendo de ayudas. La inseguridad es enorme precisamente para quienes más necesitan saber si van a tener o no dinero para los estudios de sus hijos. Las personas que menos dinero tienen son las más sensibles a los riesgos, las que más se retraen si hay incertidumbre económica.
¿Dónde radica el principal cambio con el sistema actual?
En época de José Luis Rodríguez Zapatero se puso en marcha un sistema que traía de cabeza a Hacienda, porque consistía en no poner un límite al dinero para las becas, sino en dar becas a quienes cumplían una serie de requisitos. La clave estaba en los requisitos, no un fondo dado que se repartía hasta que se agotara. En términos presupuestarios era complicado, porque las partidas no eran previsibles, había flexibilidad.
¿Y cómo será ahora?
La LOMCE mantendrá una parte de los requisitos, pero, en líneas generales reduce la cuantía del dinero destinado a becas y, por otro, aumenta la nota hasta el 6,5 para conservarlas. Habrá un dinero determinado de becas y de beneficiarios, en lugar de lo que había antes, en el que el dinero se adaptaba a los estudiantes que cumplían con los requisitos.
¿Cuál es el perfil del estudiante universitario?
Hay que tener en cuenta que el fracaso escolar, es decir, los que no pasan de la ESO, afecta al 30% de las clases más bajas, mientras que sólo al 5% de las clases más altas. En el paso a la universidad, que en el caso de la pública está subvencionada con dinero público, ya se produce una brecha.