El Gobierno de Honduras comenzó este miércoles a entregar 800.000 raciones de alimentos en una jornada “casa por casa” para atender a unos 3,2 millones de personas pobres y afectadas por las medidas establecidas para tratar de frenar el coronavirus en el país, que suma 36 casos positivos.
La entrega de alimentos inició en Tegucigalpa, la capital del país, y se realiza a través de militares y agentes de la Policía, con apoyo de iglesias y miembros de sociedad civil.
El operativo forma parte la campaña “Honduras Solidaria”, impulsada por el Ejecutivo para cubrir necesidades de familias que se encuentran en situación de pobreza y que no pueden salir a trabajar debido a las medidas impuestas por el Gobierno para detener la propagación del COVID-19.
Los militares y representantes de diferentes zonas son responsables de los registros de familias a las que se le entrega una bolsa con al menos 18 productos de la canasta básica, generalmente, harina de maíz, arroz, fríjoles, pasta, azúcar, café, y manteca, así como mascarillas, gel antibacterial y artículos de higiene.
CASA POR CASA
Los alimentos se entregan “casa por casa” para evitar que la gente salga y así evitar la propagación del virus, dijo a periodistas uno de los militares que participa en la distribución de los productos en el barrio Los Pinos de Tegucigalpa, donde se prevé distribuir unas 6.000 raciones.
El Gobierno tiene previsto entregar una segunda ración de alimentos a las familias pobres dentro de quince días, siempre bajo la coordinación de las Fuerzas Armadas y la Policía..
Honduras suma 36 casos confirmados de coronavirus luego de que las autoridades anunciaran la víspera seis nuevos contagios.
UNOS 3 MILLONES DE PERSONAS BENEFICIADAS
El presidente Juan Orlando Hernández indicó que la operación “Honduras Solidaria” es la “más grande” del país y busca beneficiar a 3,2 millones de personas que se encuentran en condición de vulnerabilidad por la emergencia del coronavirus.
Honduras está enfrentando la emergencia “con sus mejores hombres y mujeres”, subrayó Hernández, quien dijo que el virus es una “enfermedad dolorosa” y una “triste experiencia que arrebata vidas (...) que no distingue condición social o creencias”.
“Como Gobierno estamos haciendo todo lo que está a nuestro alcance y vamos a seguir haciéndolo para salvar vidas, esto incluye que los más vulnerables tengan alimento en su casa, en su mesa”, explicó el gobernante.
Pidió al jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas, general Tito Moreno, que la distribución se haga de la “manera más transparente, sin tendencias políticas, creencias en términos de credo y de raza de ningún tipo”.
El Gobierno restringió el lunes el acceso a los mercados del país y ordenó el cierre de los negocios a la par del toque de queda decretado para hacer frente la coronavirus.
La situación provocó protestas este martes en la capital ante la dificultad para conseguir alimentos y en rechazo a las medidas del Ejecutivo para enfrentar la emergencia.