Una millonaria ofensiva ultracatólica busca mermar en Europa los derechos de las mujeres y LGTBI

Laura Galaup

10 de julio de 2022 21:43 h

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Su éxito más reciente se ha producido en Estados Unidos, pero los lobbies ultracatólicos llevan décadas tratando de influir en la agenda para limitar los derechos de las mujeres y del colectivo LGTBI. La decisión del Tribunal Supremo norteamericano de revocar la sentencia que garantizaba el derecho al aborto ha sido asumida como un espaldarazo para la actividad que realizan en Europa más de un centenar de fundaciones y ONG que buscan tumbar los derechos sexuales y reproductivos y que cuentan con un gran apoyo económico. 

Los expertos consultados reconocen la dificultad de seguir el dinero que financia a estos colectivos. Una de las últimas aproximaciones realizadas ha sido liderada por el Foro Parlamentario Europeo sobre Derechos Sexuales y Reproductivos (EPF), que ha concluido que entre 2009 y 2018 estas plataformas ultracatólicas han manejado “al menos” 707,2 millones de dólares para influir en las políticas sociales europeas. 

La financiación para mermar los derechos de las mujeres y del colectivo LGTBI ha ido en aumento en los últimos años, pasando de 22,2 millones en 2009 a 96 millones en 2018, según la investigación realizada por Neil Datta, director ejecutivo de EPF, que considera que la sentencia norteamericana “es una gran victoria para estos colectivos”.

Para Mónica Cornejo, profesora de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), la decisión del tribunal norteamericano incrementa entre las organizaciones ultraconservadoras europeas la “percepción de que existen posibilidades” de que suceda lo mismo en otros países occidentales. 

“Esto es muy importante para un movimiento social porque dependen estrictamente de cuál es la percepción subjetiva de éxito atribuida a la demanda, de manera que si en un lugar de referencia se obtiene un éxito importante, se asume como un apoyo de realismo. Si lo han podido hacer allí, lo podemos hacer aquí. En el siglo XX ocurrió con la revolución comunista”, destaca Cornejo. 

Gran parte de la financiación analizada proviene de organizaciones asentadas en la Unión Europea (437 millones de dólares), pero la lucha en contra de la agenda antigénero también recibe una inyección económica de lobbies de Estados Unidos (81,3 millones) y de plataformas con sede en Rusia (188 millones), según el informe La Punta del Iceberg. Financiadores religiosos extremistas contra los derechos sexuales y reproductivos elaborado por EPF y liderado por Datta. Las organizaciones ultracatólicas norteamericanas invierten en combatir los derechos sexuales y reproductivos en otro continente ante el temor de que las políticas “progresistas” europeas “puedan influir” en EEUU, indica el director ejecutivo de EPF. 

“Entre los países democráticos miramos de reojo los avances en nuestros sistemas políticos y judiciales. Estas decisiones pueden ser utilizadas como una inspiración en EEUU”, añade Datta. Sin embargo, la decisión del tribunal estadounidense ha provocado el efecto contrario entre los movimientos ultraconservadores. Los partidos políticos y los lobbies antiaborto pretenden que la sentencia conocida hace unas semanas sea un punto de inflexión para las políticas feministas en los países de la UE. 

La antropóloga especializada en intersecciones entre extrema derecha y género Nuria Alabao no ve viable la extrapolación que los colectivos religiosos están tratando de hacer. “El funcionamiento de esta cuestión en EEUU y en Europa es completamente distinto. En Europa del Este estamos viendo algunos retrocesos, el caso del aborto en Polonia es muy claro, pero en Europa occidental es distinto. EEUU es una sociedad donde el cristianismo conservador tiene mucha más influencia en política”, indica.

Inyección económica proveniente de la UE, EEUU y Rusia

“En el mundo provida vemos esto como una ola que tenemos que surfear todos juntos para que este impulso que llega de EEUU se vea como un reflejo que ya existe en Europa y en nuestro país”, destacaba la eurodiputada de Vox Margarita de la Pisa en una entrevista en 7NN. En esa misma línea se manifestó el exministro popular Jaime Mayor Oreja en la manifestación que recorrió el centro de Madrid en contra de la ley del aborto el pasado domingo 26 de junio. Esta concentración se ha asumido como un éxito entre los organizadores, que aseguran que reunieron a 100.000 personas. La Delegación del Gobierno redujo esa cifra a 25.000 asistentes. 

Mayor Oreja se ha convertido en un referente internacional de los colectivos ultracatólicos. El exeurodiputado del PP es uno de los doce actores más destacados en el activismo en contra de las políticas feministas y LGTBI en Europa, según el informe La Punta del Iceberg. El foro impulsor de esta investigación se describe como una “red de parlamentarios de toda Europa comprometidos con la protección de la salud sexual y reproductiva de las personas más vulnerables”. 

Entre las 117 organizaciones activas en Europa, este informe destaca la actividad de la Federación One of Us, presidida por el exministro del Gobierno de José María Aznar. Entre los años 2009 y 2018 esta plataforma y las decenas de organizaciones que forman parte de ella gestionaron en total unos ingresos que oscilan alrededor de 31,5 millones de dólares, siempre según el informe consultado. EPF divide en cinco modelos la actividad de los colectivos que promueven una agenda antigénero en Europa: activismo contra el aborto, campañas anti-LGBT, redes políticas cristianas, movilización ultraconservadora en las redes sociales y franquicias pseudocatólicas de extrema derecha.

Mayor Oreja y Arsuaga, dos de los actores más relevantes

One of Us, con sede en Bruselas, ha centrado su causa en la lucha contra la interrupción voluntaria del embarazo. “Su fuerza se basa en sus 40 miembros, que incluyen las principales organizaciones nacionales antiabortistas y algunos de los actores antigénero transnacionales más grandes y ricos”, destaca el informe. Nació en 2012 como una iniciativa ciudadana europea con el apoyo económico de tres colectivos: Fondazione Vita Nova (Italia) y las fundaciones españolas Provida de Catalunya y Valores y Sociedad. Contó con una financiación inicial de 159.219 euros. Al frente estaban Mayor Oreja y el político italiano Carlos Casini.

Desde One of Us aseguran que desconocen “de dónde salen” los 31,5 millones de dólares que calcula Datta que ha gestionado la federación antiabortista y todos sus satélites europeos. “Esa cifra no es cierta y ciertamente está muy lejos de nuestras finanzas y de nuestro presupuesto que es, insisto, muy humilde”, apuntan desde el gabinete de prensa de esta organización, sin aportar información sobre sus cuentas anuales. 

El director ejecutivo de EPF explica que la estructura de One of Us gestiona “poco dinero”, pero para llegar al cálculo realizado lo que ha tenido en cuenta es “la suma” de los ingresos de todas las organizaciones nacionales adscritas a la federación liderada por Mayor Oreja. 

Las cuentas realizadas por Datta sobre HazteOir y CitizenGo concluyen que las organizaciones presididas por Ignacio Arsuaga han manejado ingresos que oscilan alrededor de 32,7 millones de dólares en el periodo examinado. Para los miembros de EPF, HazteOir se ha convertido “en una de las organizaciones más importantes de la extrema derecha del espectro político e internacional”. elDiario.es ha intentado contrastar esta información con CitizenGo, la organización antiabortista se ha limitado a remitir un comunicado a esta redacción en el que aseguran que “se financian íntegramente a través de pequeñas donaciones online realizadas por miles de ciudadanos provida y profamilia de todo el mundo”. 

La estrategia de CitizenGo

“El presupuesto inicial para lanzar CitizenGo en 2013 se calculó en 600.000 euros”, indica el informe La Punta del Iceberg, que concluye a su vez que desde entonces “ha generado más de diez millones de dólares”. Para ello, y basado en el modelo de “peticiones de Tradición, Familia y Propiedad (TFP)”, la organización presidida por Arsuaga ha apostado por “canalizar el activismo en las redes sociales para cumplir objetivos antigénero y transformar a los participantes en actores políticos”. 

El comportamiento de la organización de Arsuaga tiene las siguientes características: “Crean múltiples marcas para atraer a diferentes grupos demográficos y luego intercambian datos personales para maximizar el potencial de la recaudación de fondos”, apunta el informe. Además, este documento recoge que “fabrican la indignación social para canalizar sus objetivos hacia los partidos políticos de extrema derecha”. 

En nuestro país, el auge electoral de Vox permitió la entrada de nombres vinculados tanto a HazteOir como a otros lobbies ultracatólicos en las instituciones públicas como diputados autonómicos y nacionales. Desde entonces sus mensajes también han sido difundidos en instituciones públicas. Gádor Joya, diputada del partido de extrema derecha en la Asamblea de Madrid, llegó a relatar en el parlamento autonómico su experiencia realizando ecografías a las puertas de clínicas que practican interrupciones voluntarias de embarazos. Su compañera Lourdes Méndez Monasterio aseguró en el Congreso que el ámbito natural de la maternidad es la “unión heterosexual”.

Entre los protagonistas de la agenda ultraconservadora llama la atención que haya dos lobistas españoles: Arsuaga y Mayor Oreja. Los académicos y expertos que llevan años investigando el funcionamiento de este entramado de organizaciones no se ponen de acuerdo al perfilar la importancia de cada uno de ellos. Para Datta el líder de CitizenGo tiene un papel más destacado que el exeurodiputado popular en las redes ‘antigénero’ por haber creado “de la nada” una organización que nació en 2013 y que actualmente maneja grandes cantidades de dinero, con “un historial exitoso en la recaudación de fondos”. 

La profesora de la UCM discrepa de esta argumentación y sostiene que “Mayor Oreja es más relevante que Arsuaga”. Cornejo asegura que el líder de HazteOir únicamente es “famoso y conocido, dentro del movimiento ultracatólico Arsuaga no es ideológicamente tan fundamental” como el exministro del PP. 

En la misma línea se manifestaba el investigador postdoctoral en el departamento de sociología de la Universidad de la City de Londres Felipe González Santos preguntado hace unas semanas por esta figura. Según apuntó, Mayor Oreja ha conseguido convertirse en “un referente en Europa y una pieza fundamental en la conexión del eje EEUU-Rusia-Europa con Latinoamérica” de las redes 'ultras' gracias a los “contactos labrados durante su carrera política”. 

Entre las organizaciones que manejan una mayor cantidad de ingresos, EFP ubica a la fundación francesa Jérôme Lejeune liderando el ranking con 120 millones de dólares ingresados entre 2009 y 2018. Se trata de una organización que recauda “fondos públicos” del estado francés. Se creó en “1995 en honor al científico francés Jérôme Lejeune, a quien se le atribuye el descubrimiento del gen del Síndrome de Down”, recoge el informe.

Las asociaciones vinculadas a TFP ocupan el segundo lugar del ranking elaborado por Datta. Los datos publicados por EFP sitúan en 113,4 millones de dólares la cantidad gestionada en la UE por esta red que tiene su origen en Brasil. El fundador de esta asociación anticomunista y tradicionalista fue el político brasileño Plinio Corrêa de Oliveira. En España la presencia de TFP se desinfló hace décadas, sin embargo una de las escisiones creadas tras el fallecimiento del fundador está intentando echar raíces en nuestro país: los Heraldos del Evangelio.  

“Las organizaciones vinculadas a TFP como Ordo Iuris en Polonia están detrás de algunas de las iniciativas antigénero recientes más reaccionarias y más relevantes, incluido el proyecto de ley de 2016 para prohibir el aborto, la ley para detener la pedofilia que criminaliza la educación sexual y las 'zonas libres de LGTBI”, apunta el informe. 

“Grandes fortunas y empresas financian este movimiento”

¿De dónde proviene la financiación de estas organizaciones? En Europa, a pesar de que es más complicado seguir el dinero porque hay que analizarlo país por país, Datta detalla un patrón común: “Grandes fortunas y empresas financian este movimiento”. Ante esta dinámica, destaca un hallazgo que en un principio le pareció “exótico”, aunque con el paso del tiempo ha constatado que es una tendencia, la presencia de aristócratas en el “movimiento antigénero”. 

Datta recupera en el informe unas palabras del sociólogo alemán Andreas Kemper para explicar esta vinculación. “La ‘protección de la vida’ en este sentido es la ‘protección de la nobleza”, apunta el informe. Y continúa citando al académico germano: “El vínculo entre este movimiento 'pro-vida' y sus seguidores aristocráticos es el título. La familia debe ser 'santa' porque garantiza herencia familiar. No solo en el sentido de propiedad privada, sino también en el sentido de un pedigrí más ‘elevado”. Entre los nombres que cita la investigación señalan el papel de Paul Herzog von Oldenburg, que lidera “la oficina de representación de la TFP en Bruselas ante las instituciones de la UE”. 

Además, recuerda que Luis Alfonso de Borbón, bisnieto de Francisco Franco y Alfonso XIII, fue “orador VIP” en el Congreso Mundial de las Familias de 2019 que se celebró en Verona (Italia). Este evento es el mayor punto de encuentro para todas estas organizaciones ultracatólicas. Algunos colectivos, como Human Rights Campaign, han alertado de que este evento –en el que se reúnen decenas de organizaciones– es uno de los “más influyentes” en la “exportación de odio”. En la edición de 2019 participaron el ex ministro italiano Matteo Salvini y la presidenta del partido italiano de extrema derecha de Hermanos de Italia (Fratelli d'Italia), Giorgia Meloni. 

Otra de las vías de financiación proviene de las administraciones públicas. Como apunta Datta en el informe, las ayudas que recibe la Iglesia a través de los concordatos suscritos entre los estados y el Vaticano también se incluye como un apoyo económico vinculado a estas organizaciones. A esas cantidades se suman las subvenciones públicas. Por un lado, los gobiernos ultraconservadores de Hungría, Polonia y Rusia, así como algunas administraciones italianas, “han apoyado o financiado la diplomacia blanda antigénero”, recoge la investigación.

Esta estrategia también se ha desplegado en nuestro país, donde cinco colectivos antiabortistas recibieron 1,8 millones de dinero público entre 2014 y 2018. Entre las organizaciones que se beneficiaron de esa inyección económica procedente de las arcas públicas se encuentra Red Madre, la Fundación Madrina, el Foro Español de la Familia, Adevida y varias entidades de la Federación Provida, como informó elDiario.es.

La última fuente de financiación pública alertada por EPF procede de “subsidios agrícolas de la Política Agrícola Común (PAC) de la UE”. Tal y como recoge el informe redactado por Datta, “la base de datos” elaborado por el colectivo “FarmSubsidy.org” desvela que “varias de las élites sociales y económicas activas en la movilización contra las políticas feministas son beneficiarias de generosas” ayudas, “particularmente las familias aristocráticas con posesiones terratenientes”.

La ofensiva económica de organizaciones estadounidenses para promover una agenda en contra de las políticas feministas y LGTBI en la UE supone únicamente el 11,5% del total. El estudio cifra en 81,3 millones de dólares la inversión que tiene su origen en EEUU. “Vemos que hay diez ONG y grupos de expertos que se financian gracias a fundaciones estadounidenses que han sido impulsadas por multimillonarios estadounidenses muy cercanos a la extrema derecha y al entorno de Trump en el partido republicano”, indica Datta a elDiario.es.

La inversión procedente de organizaciones de EEUU: 81,3 millones

Los tres con mayor influencia financiera son: Billy Graham Evangelistic Association (23,8 millones), ADF International (23,3 millones) –según los cálculos de EPF– y el Centro Americano para la Ley y la Justicia (15,7 millones). La que cuenta con mayores recursos es una “organización religiosa protestante”, “con sede en Charlotte, Carolina del Norte”. Su actividad consiste en realizar “manifestaciones de oración masivas para los protestantes evangélicos de todo el mundo llamadas ‘cruzadas”, en ellas su líder “ha despotricado regularmente contra los musulmanes y las personas LGBTI”, indica el informe La Punta del Iceberg. 

Las otras dos organizaciones ADF International y el Centro Europeo para el Derecho y la Justicia –organización que el estudio vincula al Centro Americano para la Ley y la Justicia– han abogado por “construir infraestructura legal en defensa de los derechos cristianos en Europa” impulsando, de esta manera, desde 2013 “más de 35 casos ante los tribunales europeos para socavar los derechos humanos”.

Se amparan en esta actuación porque “se dan cuenta de que los tribunales estadounidenses utilizan sentencias europeas como ejemplo para sus argumentaciones legales”, apunta Alabao. De esta forma, añade, “intentan influir en la legislación europea para tener sentencias favorables” en EEUU con “postulados conservadores”.

El último foco señalado en esta investigación opera desde colectivos con origen en Moscú. “Rusia ha asumido el papel de la defensa de los valores cristianos como una auténtica alternativa europea a lo que consideran la degeneración gay de Europa Occidental”, indica Datta. Y añade que desde el Kremlin han tratado de “encontrar aliados en otros países” que compartan esa agenda. 

La financiación rusa con influencia en Europa detectada por EPF arrancó en 2013 con 41,9 millones de dólares y se ha mantenido hasta 2018. Durante esos seis años la inversión ascendió a 188 millones de dólares, siempre según el informe consultado. “La financiación antigénero rusa en Europa proviene de entidades vinculadas a dos oligarcas rusos –Vladimir Yakunin y Konstatin Malofeev–”, apunta la investigación, que cita, a su vez, varias fundaciones creadas directamente por el Kremlin.

Con el estallido de la guerra en Ucrania, “parece que cualquier relación con Rusia se ha vuelto tóxica”, destaca Datta. “Vemos que [algunas organizaciones] han estado ocupadas limpiando todos los rastros en internet de cualquier vínculo previo con Rusia”, indica. Sin embargo, a pesar de que se corten los vínculos económicos, este investigador destaca el origen de ese apoyo económico seguirá vigente. 

“Es como plantar semillas. Las semillas rusas se plantaron en 2012, 2013 y 2014. El dinero procedente de Moscú regó esas semillas al principio. Las raíces han brotado y ya no necesitan financiación porque pueden vivir solos y son capaces de generar sus propios recursos. Aún así, el origen ruso se mantendrá”, finaliza Datta.

Gráficos y mapa elaborados por Raúl Sánchez