Hay pocas maneras más crudas de mostrar la desigualdad de un país que un atlas de mortalidad: mapas en los que se observa a primera vista dónde y cómo muere la gente. Y, en efecto, el atlas de mortalidad más completo realizado hasta la fecha en España es desgarrador. Son más de medio millón de datos y 200 mapas que muestran la mortalidad de hombres y mujeres entre 1984 y 2004. Los resultados muestran que en el sur de España la mortalidad prematura es mayor, para todas las causas y para los dos sexos. Enfermedades cardiovasculares, infartos cerebrales, diabetes e hipertensión se ceban especialmente con las regiones del sur.
El atlas, elaborado por 25 investigadores dirigidos por Joan Benach y José Miguel Martínez, profesores de la Universidad Pompeu Fabra, revela que en el caso de los hombres la mayor mortalidad se concentra en el suroeste, con cáncer de tráquea, bronquios y pulmón y cáncer de vejiga como causas habituales.
“Las desigualdades de mortalidad mostradas sorprenderán a algunos y ese es parte de su objetivo”, explica en el prefacio Ildefonso Hernández, catedrático de Salud Pública en la Universidad MIguel Hernández de Elche. El atlas “no dejará indiferente a nadie”, ya que muestra que “el espacio para políticas de reducción de desigualdades sociales en salud es amplio”, afirma el catedrático.
“Los atlas no te dicen las causas de las causas de la mortalidad”, reconoce Joan Benach. Los mapas, sin embargo, sí señalan dónde están los problemas para poder investigarlos, como cuando un trabajo anterior mostró un mayor riesgo de morir por varios tipos de cáncer en los pueblos con minas de carbón. “Un atlas de mortalidad es un instrumento para ver los grandes patrones, para planificar la salud pública. Si hay un riesgo alto en una zona, los gestores tendrán que hacer algo”, recalca Benach.
Pobreza y riqueza
El atlas, editado por la Fundación BBVA, muestra que las enfermedades cerebrovasculares, como el infarto cerebral, son la primera causa de mortalidad en mujeres, con el 14,9% de los casos. Unas 500.000 mujeres murieron por esta razón entre 1984 y 2004. La mayor mortalidad aparece en la mitad sur: Extremadura, Andalucía, Murcia, Valencia y el sur de Castilla-La Mancha. La enfermedad isquémica del corazón, segunda causa de muerte de las mujeres, con el 9,4% de los casos, también se acumula en el sur: centro de Extremadura, Cádiz, Sevilla, Huelva, Murcia, la costa de Valencia y las islas Canarias.
En los hombres, la enfermedad isquémica del corazón es la primera causa de muerte, con el 11,5% de los casos. Unos 430.000 hombres murieron en el periodo estudiado por este conjunto de trastornos cardiovasculares, que incluye el infarto. De nuevo, las áreas de alto riesgo se concentran en el sur: Cádiz, Huelva, Sevilla, Extremadura, Baleares y Canarias. Las enfermedades cerebrovasculares, segunda causa de muerte, con el 9,4% de los casos, también se ceban con la mitad sur de la Península.
Es lo que Danny Dorling, catedrático de Geografía Humana de la Universidad de Sheffield y autor de atlas similares en Reino Unido, llama “geografía de la pobreza y la riqueza”. Dorling subraya que detrás de estos patrones de mortalidad se encuentra el legado histórico de la industria y la agricultura, la geografía del tabaquismo, la inmigración que transforma las poblaciones y la diferente atención sanitaria.
“Las desigualdades en mortalidad son las peores desigualdades de todas. Los mapas que nos enseñan la extensión y cambios de esas desigualdades nos revelan hasta qué punto, como sociedad, cooperamos o competimos entre nosotros mismos a expensas de nuestros vecinos”, afirma Dorling en el prólogo del atlas.
“Las políticas de los últimos años y las recientes que reducen las prestaciones sociales, que afectan al incipiente Estado de bienestar, podrían tener graves consecuencias para la salud que sólo serán constatables a largo plazo”, advierte el catedrático Ildefonso Hernández.