Entre enero y diciembre de 2020 fallecieron 74.839 personas a causa de la COVID-19 en España. Por primera vez desde el inicio de la pandemia, el Instituto Nacional de Estadística (INE) publica la estadística definitiva de defunciones por causa de muerte en España para el año completo de 2020.
El recuento, realizado a partir de los certificados médicos de defunción, confirma que la mortalidad real por Covid fue mucho mayor que la cifra oficial del Gobierno en la primera ola (febrero-mayo) pero que se acercaron bastante a los datos de muertes publicados por el Ministerio de Sanidad a partir del mes de julio.
A diferencia de la mayoría de cifras publicadas hasta ahora, la metodología seguida por el INE en esta estadística se basa en el análisis de los certificados médicos de defunción que rellenan los colegiados en el momento del fallecimiento. En este certificado, el médico registra la causa principal que desencadenó la muerte de cada persona.
En concreto, durante todo 2020 se registraron 60.358 fallecimientos cuya causa de muerte fue COVID-19 con el virus identificado y otras 14.481 personas fallecieron con sospecha de COVID-19 -la mayoría en los primeros 5 meses del año- por tener síntomas compatibles con la enfermedad (que el INE denomina COVID-19 virus no identificado), según las cifras publicadas por el Instituto Nacional de Estadística.
Estas dos causas de muerte relacionadas con la COVID-19 fueron incorporadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS) a la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-10) en marzo de 2020 y son las que recomienda el organismo para establecer la mortalidad causada por el virus.
Los datos oficiales del Ministerio de Sanidad contabilizan hasta la fecha 54.000 fallecidos con coronavirus en 2020. Una cifra que solo tiene en cuenta a las personas que murieron con una prueba analítica positiva y que las comunidades autónomas comunicaron a Sanidad.
La brecha entre las cifras dibuja una primera ola donde muchos casos y fallecidos quedaron sin contabilizar por la falta de pruebas analíticas y una segunda y tercera ola donde el aumento de las PCR y la llegada de antígenos dejaron pocas muertes sin contar.
Entre febrero y mayo el INE registra 46.000 fallecidos a causa de la Covid-19 mientras las cifras del Gobierno apenas incluyen 29.000 de esas defunciones. Desde julio en adelante, con la aumento de la capacidad diagnóstica, la diferencia es de poco menos de 4.000 fallecimientos: 28.000 según el INE y 24.500 en las cifras del Gobierno.
El dato de 74.839 muertes conocido hoy se acerca mucho más a las cifras de exceso de mortalidad que toman como referencia los datos de los registros civiles: 69.000 fallecidos de más en 2020 respecto a la media de años anteriores según el Sistema de Vigilancia de la Mortalidad (MoMo).
Con estos datos, este 2020 sería el año más mortal de la historia democrática de España tanto en números absolutos como ajustando por población, según cálculos realizados por elDiario.es.
El coronavirus, principal causa de muerte en 2020
Además de los 74.839 fallecimientos a causa de la COVID, los médicos han certificado otros 8.275 casos en los que la causa de muerte no ha sido directamente la enfermedad, aunque el virus ha contribuido al fallecimiento de dichas personas, como comorbilidad. Se trata de personas que murieron principalmente a causa de otra patología, como un cáncer o un infarto, a la que se sumaron las complicaciones derivadas de la COVID, contribuyendo así al fallecimiento.
De esta forma, si sumamos las muertes con COVID identificado, sospechoso y comorbilidades podríamos hablar de hasta 80.000 fallecimientos en España en 2020. Con estas cifras, la enfermedad ocasionada por el coronavirus sería la primera causa de muerte concreta en España, con amplia diferencia sobre el resto.
La COVID mató a más personas en España en 2020 que el cáncer de pulmón, colon y páncreas juntos, el doble de personas que fallecieron por una enfermedad isquémica del corazón y hasta cuatro veces más que las muertes por causas externas como suicidios, asesinatos o accidentes de tráfico.
Más mortalidad en Castilla y León, Castilla-La Mancha y Madrid
Las comunidades con mayores tasas brutas de fallecidos por COVID-19 identificado o sospechoso correspondieron a Castilla y León (321 por cada 100.000 habitantes), Castilla-La Mancha (318 por cada 100.000 habitantes) y Comunidad de Madrid (287). Estas fueron las tres comunidades donde más personas murieron a causa del virus en 2020 en comparación con su población.
La cifra coincide con el ranking de comunidades donde más muertes oficiales con una prueba positiva se registraron en la primera ola a excepción de Madrid. En el caso de la región madrileña, hubo miles de fallecidos que no fueron contabilizados en la primera ola por no tener una prueba analítica positiva. En el lado contrario, Canarias, Baleares y Murcia fueron las regiones en las que menos fallecidos se registraron a causa del virus.
Una de cada cuatro muertes, en residencias de ancianos
La estadística de defunciones del INE también detalla el lugar en el que fallecieron todas las personas que murieron a causa de la COVID-19. Esta cifra muestra si el fallecimiento se produjo en un hospital, en una residencia socio-sanitaria o en el domicilio particular. De las 75.000 muertes que se produjeron a causa del COVID en 2020, el 70% fueron en hospitales, el 23% en residencias de ancianos y el 5% en los domicilios particulares.
Casi 17.000 personas fallecieron en residencias de ancianos sin ser traslados a un hospital en 2020, la mayoría durante la primera ola de la pandemia. Esta cifra no incluye a todas las personas mayores que se contagiaron en una residencia de ancianos pero que sí fueron trasladados a hospitales y fallecieron en el centro sanitario.
Además, otras 4.000 personas fallecieron en sus propios domicilios particulares, muchos de ellos sin asistencia médica a causa del colapso hospitalario en el confinamiento de primavera.
Los datos publicados por el INE confirman como la mayoría de muertes que se confirmaron en la primera ola de la pandemia se produjeron en centros hospitalarios donde había mayor disponibilidad de pruebas mientras que la mayor parte de los fallecimientos con sospecha de COVID se produjeron en residencias de ancianos. Las defunciones que el INE denomina por 'COVID-19 virus identificado' se produjeron, principalmente, en centros hospitalarios (78% del total). Por su parte, el mayor número de fallecimientos por 'COVID-19 sospechoso' se dio en residencias socio-sanitarias (51% del total).
La metodología seguida por el INE en la estadística de defunciones por causa de muerte se basa en el análisis pormenorizado de los certificados médicos de defunción que rellenan los colegiados en el momento del fallecimiento de las personas, así como en la aplicación de dos estándares internacionales; por un lado, la clasificación internacional de enfermedades en vigor (CIE, actualmente la versión 10, CIE-10) acordada en el marco de Naciones Unidas, en el seno de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y las normas adoptadas por la propia OMS que determinan las diferentes causas de muerte, sus comorbilidades, complicaciones, etc.