Si es o no maestro shaolín, si tiene un tumor cerebral o una enfermedad mental, si se le puede calificar de asesino en serie... Desde que la policía detuvo a Juan Carlos Aguilar el pasado 2 de junio en Bilbao tras haber dado una paliza brutal a Mauren Ada Ortuya y haber confesado que había asesinado la semana anterior a Jenny Sofía Revollo, los medios se han centrado en “buscar las razones del asesino” confeso, critica la plataforma de la Marcha Mundial de las Mujeres, que ha reunido a los medios de comunicación para expresar su malestar ante lo que ha definido como “un circo mediático e institucional”.
La plataforma, que aglutina a los principales colectivos feministas vascos y que organizó las movilizaciones de la semana pasada, lamenta que la prensa ha “estigmatizado totalmente” a las víctimas buscando datos sobre su vida para “levantar puro morbo”. “Denunciamos el trato destructivo, sexista, violento y carente de ética y humanidad y exigimos sancionar a quien corresponda tan mala práctica informativa”. Y, sobre todo, han criticado que los medios traten estos crímenes como un suceso aislado en vez de enmarcarlos en la violencia estructural que provoca un sistema “heteropatriarcal, sexista, clasista y racista”, en el que “todas las mujeres, independientemente del color de la piel o la clase social, estamos diariamente sometidas a soportar desde insultos, chistes, menosprecios e invisibilización, hasta tocamientos, violaciones, palizas y asesinatos”, han afirmado.
La plataforma feminista ha subrayado también que la cobertura dada a estos asesinatos contrasta con la escasa atención que la prensa ha prestado a otros crímenes machistas: “¿Dónde estabais cuando nos movilizábamos para denunciar la brutal agresión [sexual] contra una trabajadora social o cuando mataron a Amagoia en Laudio?”, ha exclamado.
Discursos institucionales vacíos
El Ayuntamiento de Bilbao reaccionó ante los asesinatos de Ada y Jenny afirmando que la capital vizcaína es una ciudad segura y prometiendo aumentar la vigilancia en las zonas de prostitución. El Parlamento vasco, por su parte, no consiguió el pasado jueves acordar una declaración conjunta en repulsa de estos crímenes, dado que PNV rechazó la propuesta de EH Bildu de que Ortuya y Revollo sean reconocidas por la Cámara como víctimas de violencia de género.
Los colectivos feministas han criticado duramente lo que consideran “declaraciones totalmente vacías de contenido”, en las que las instituciones no han asumido su responsabilidad de acabar con la violencia contra las mujeres ni han propuesto medidas integrales para hacerle frente. “La única alternativa que proponen es más control y más restricciones sobre las mujeres, pero no somos nosotras a quienes hay que controlar, nosotras no somos las agresoras, somos las asesinadas”.
Han exigido también la retirada de las ordenanzas como la de Bilbao, que multa a las personas que ofrecen servicios sexuales en la vía pública, dado que “invisibilizan y deterioran las condiciones de vida de las mujeres que ejercen la prostitución y contribuyen al aumento de su estigmatización, y a la legitimación de sus comportamientos sexistas y racistas”.
En definitiva, el movimiento feminista reclama que la violencia sexista sea una prioridad en las agendas políticas y mediáticas. “Si los asesinados hubieran sido empresarios o banqueros, ¿dejaríais pasarlos como hacéis siempre ante las mujeres asesinadas? Estamos hartas de que no déis a la violencia que sufrimos las mujeres en todas las esferas de nuestras vidas la dimensión que merece”. Para ello, ha llamado a la ciudadanía a manifestarse este viernes a las 19.30 horas desde el Ayuntamiento de Bilbao.
El Observatorio de Medios Mugak, de SOS Racismo Gipuzkoa, ha seguido de cerca la cobertura brindada a los asesinatos de Ada y Jenny (de origen nigeriano y colombiano respectivamente), dentro de su análisis diario de la representación de las minorías étnicas en los medios de comunicación. Una de sus integrantes, Anaitze Agirre, destaca su tono sensacionalista: “Daba mucho juego: sexo, violencia, artes marciales. Se ha hecho mucho ruido pero se ha dado poca información”. La mayoría de medios, añade, “han perdido la oportunidad de dar información que sirva para tener una visión más ajustada sobre la realidad de estas mujeres: por qué estaban en situación irregular, cuáles fueron sus procesos migratorios, por qué ejercían la prostitución (dado que se ha tendido a asimilar una vez más prostitución y trata)”.
Según los datos recogidos por el Observatorio, la prensa ha recurrido a asociaciones africanas y de apoyo a prostitutas, pero poco: “Han primado sobre todo las fuentes policiales y oficiales”. Así, el resultado de ese tratamiento superficial es que “se ha ahondado en la imagen estereotipada que la ciudadanía tiene sobre las mujeres inmigrantes: que son víctimas de violencia de género o prostitutas. A una persona que se cruce mañana con una joven negra, ¿qué le va a venir a la cabeza? El estereotipo”. De la misma forma, cree que los medios deberían hacer “un esfuerzo diario por normalizar que vivimos en una sociedad diversa y visibilizar a las personas migrantes desde los hechos positivos y no solo los escabrosos”.
Agirre critica también que los titulares destaquen los problemas psiquiátricos del agresor, “algo que no aporta nada más que estigmatizar a las personas con enfermedades mentales”. La integrante de SOS Racismo reclama especialización y formación para que los medios cumplan la función de crear puentes entre la sociedad mayoritaria y las minorías, en vez de seguir apuntalando los muros del desconocimiento“.